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la diaria

Cultura

Marco Maggi. · Foto: Pablo Nogueira
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Cuatro o cinco cosas a la vez

La semana pasada fue entregado el Premio Figari 2012 a Marco Maggi. Residente en Estados Unidos desde hace muchos años, sigue viniendo a Uruguay con cierta frecuencia. Aprovechamos su última visita para hablar de su trayectoria, recientemente galardonada, y de sus ideas sobre arte y sistema.
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La presencia de los silencios

El 5 de enero dará comienzo la tercera edición del José Ignacio International Film Festival, en el que se proyectarán al aire libre ocho películas de renombre internacional. En calidad de padrino del festival, el actor, dramaturgo y artista plástico Julio Chávez llegó a nuestro territorio para el lanzamiento oficial, en el restaurante La Huella, el cual contó con la proyección de Un oso rojo, película emblemática argentina que en 2012 cumplió diez años.
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“Carajo, no hay más ley que la de abajo”

“Este disco se llama La viuda porque los amigos pueden seguir haciéndose chistes después de la vida para que la muerte no sea tan triste. Con Higinio [Mena] hablábamos mucho sobre lo que nos iba a sobrevivir a los dos y eso eran las canciones”, escribía José Carbajal a las tres de la mañana del 21 de noviembre de 2006, para el librillo que llevaría su último disco.
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O poeta é um fingidor

En octubre recibió el Gran Premio a la Labor Intelectual; unos días después presentó un nuevo poemario bajo el seudónimo de John Filiberto. Meses antes, en abril, se volvió a publicar su primer libro como parte de un desagravio por la quema de la edición original, de 1955, en la plaza pública de Tacuarembó. Como si fuera poco, mañana es el lanzamiento de un libro de trabajos inéditos. Presentamos aquí dos comentarios: Asuntos del falsificador y Tata Vizcacha.
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El underground asesino

Curioso el caso de Scott Derrickson, que de hacer un blockbuster de 80 millones de dólares y carísimos efectos especiales -y que tuvo una boletería razonable (la refilmación de El día que la Tierra se detuvo)- pasó a esta película de terror, de meros tres millones, y que condensa dos vetas del terror reciente muy vinculadas al bajo presupuesto: la de la familia que se muda a una casa donde “pasan cosas”, y la de la filmación amateur que documenta una historia inquietante.