Cultura
El destructor del mundo
Vaya uno a saber por qué a Roland Emmerich -director alemán razonablemente progresista, defensor de causas antidiscriminatorias y militante de la conciencia del calentamiento global- le gusta tanto destruir ciudades, continentes o, en este caso, el mundo entero. Arrasó con buena parte de los principales monumentos estadounidenses en El día de la independencia (1996), con muchos de los mejores paseos de Nueva York en Godzilla (1998) y con la mayor parte de Estados Unidos en El día después de mañana (2004).