Es imposible no tener presente que lo que sucede en los dos países vecinos influye en nuestro país, porque las derechas continentales actúan de manera coordinada.
Emancipados del fascismo clásico, los posfascismos ya no desean derribar la democracia para instalar regímenes autoritarios, sino trabajar dentro de la democracia para socavarla.
Aunque importante y necesaria, la agenda de defensa de la democracia es defensiva, limitada a los contornos de un debate público guiado por la agenda destructiva de Bolsonaro.
La designación del próximo directorio de la INDDHH a partir de cuotas favorables a quienes conducen las políticas del Estado es una muestra de una forma de autoritarismo estatal.
Para el socialismo democrático, la democracia no se reduce a un orden formal cristalizado en reglas e instituciones contemporáneas: es también un horizonte utópico que puede fundarse en la participación deliberativa.