Educación

Los docentes necesitan sentir que pueden enseñar en un ambiente de confianza. Que las autoridades confían en su capacidad como profesionales.

En definitiva, los vínculos para aprender y para seguir adelante son nuestro mejor sostén frente a la desazón que puede ocasionar esta realidad tan dinámica en la que vivimos.

Freire nos invita a pensar que la pedagogía es política y la política es pedagógica. La pedagogía como política de reflexión y acción y la política como pedagogía de transformación.

Se trata, entonces, de promover el reconocimiento del derecho a las memorias de las nuevas generaciones, para que incorporen sus preguntas y respuestas y, así, amplíen la memoria social.

De más está decir que esta neutralidad a la que referían en su momento los conservadores y a la que apelan ahora los híbridos de la derecha nacional es la neutralidad de la clase dominante.

Si los centros María Espínola son el “buque insignia” del nuevo gobierno para mejorar la enseñanza de los docentes y los aprendizajes de los estudiantes, deja gusto a poco.