A pocas semanas de la firma de un convenio colectivo que costó ocho meses de negociación, el sector lácteo va camino a un nuevo conflicto. La Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) anunció un paro general de 24 horas para el jueves 13 de octubre y dispuso el inicio de trabajo a reglamento -sin horas extras- a partir del martes 11 de octubre. Este lunes, además, hubo una movilización frente a la empresa Fritran SA, encargada de la distribución de helados Conaprole y centro del problema.
La FTIL cuestiona a la empresa por la suspensión de todos los trabajadores afiliados al Sindicato Único de Empleados de Cemesa (Sudec) luego de una asamblea del sindicato. Cemesa repartió helados y congelados de Conaprole hasta 2018, cuando fue transferida al grupo Transamerican (de suministro de personal, logística, transporte y otros servicios), bajo la razón social Fritran. La FTIL también denuncia el despido “abusivo” del presidente de Sudec.
En diálogo con la diaria, Enrique Méndez, dirigente de la FTIL, afirmó que hay un “alto riesgo” de que la situación de conflicto “se generalice a toda la industria láctea”. “Acá estamos viendo nuevamente cómo los sectores empresariales terminan llevando a la industria láctea a una realidad bastante compleja. De no haber una racionalización y un análisis por parte de la empresa para cambiar su accionar, sin duda, la empresa está empujando a un nuevo conflicto en la industria láctea”.
Además de las sanciones y el despido, Méndez aseguró que Fritran “viene incumpliendo el convenio colectivo firmado” y “llevando adelante una reestructura de forma unilateral”, con sanciones “desmedidas” contra los trabajadores. “En varias instancias la empresa se encargó de patear la mesa de negociación”, agregó.
Tras la declaración de conflicto de Sudec, y la de preconflicto de la FTIL, en estos días hubo varias reuniones en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), que no tuvieron éxito. En rueda de prensa, el ministro Pablo Mieres se limitó a decir que la Dirección Nacional de Trabajo “está en el tema”. Prefirió “no transmitir mayores novedades” en el “afán de encontrar alguna salida”.
Según Méndez, el viernes, Fritran “cambió su plataforma de negociación, cambió los propios puntos que puso para negociar” y “empezó nuevamente a llevar a la práctica medidas de forma unilateral”. A su entender, hay “un desconocimiento del espacio de negociación colectiva” y “una falta de respeto” tanto a la FTIL como al MTSS.
Mieres puntualizó que el MTSS está tratando de “evitar” que la situación escale y se transforme “otra vez” en un problema general del sector lácteo. “Después de tantos meses de conflicto, en pocas semanas volvemos a tener problemas… Ojalá logremos alcanzar un entendimiento”, expresó. Desde Conaprole afirmaron a la diaria que por ahora la empresa no ha definido una posición dado que “el conflicto de Fritran es de Fritran”.
Mediante un comunicado, Fritran lamentó “profundamente” la declaración de conflicto de Sudec y rechazó “enfáticamente” las acusaciones “infundadas” del sindicato, “que argumenta una supuesta suspensión a quienes asistieron a una asamblea”. Según la empresa distribuidora, las sanciones fueron aplicadas a “algunos trabajadores” debido a “errores groseros y sistemáticos en sus tareas”, y en ningún caso por sus participaciones en actividades sindicales. “El sindicato oculta estos hechos y plantea una situación falsa para justificar el conflicto”.
En cuanto al despido del presidente de Sudec, Fritran sostiene que la desvinculación fue “consecuencia de una investigación que contó con todas las garantías”, la cual constató faltas “reconocidas por el sindicato”. En el comunicado se asegura que el “funcionario” realizaba “actividades ajenas a su cargo” en horario de trabajo, como por ejemplo, utilizar equipos de la empresa para “su empresa de gestión de cobros a morosos”. “Su conducta lejos estaba de ser ejemplar y ya había sido objeto de sanciones”.
La cláusula de paz
Ante el cruce de versiones entre la empresa y el sindicato, Mieres dijo que los motivos de las sanciones y el despido “se deberán probar” en un ámbito de negociación. Por otro lado, si bien aclaró que Fritran “no es estrictamente una empresa láctea”, sino una empresa tercerizada que distribuye productos de Conaprole, el jerarca destacó que el gobierno “trabajó durante meses para alcanzar un acuerdo que incluye una cláusula de paz para la prevención de conflictos sindicales”.
Consultado al respecto, Méndez señaló que en este caso la cláusula de paz no aplica porque Fritran no pertenece al grupo del sector lácteo en los Consejos de Salarios. De todos modos, explicó que la cláusula de paz comprende únicamente “cuestiones salariales”. “Acá estamos hablando de una reestructura unilateral por parte de una empresa que toma decisiones en contra de los trabajadores, incumpliendo el convenio colectivo firmado. Hay una actitud antisindical de la empresa”.
Con todo, el dirigente de la FTIL pidió “la apertura de un nuevo espacio de diálogo” “porque entendemos que es por ahí que se va a lograr una salida”. “Nosotros estamos convencidos de que en un marco del diálogo hay condiciones para salir de este conflicto, pero es necesario que eso se identifique desde el lado empresarial”, añadió.