Luego de la divulgación de algunos pasajes del libro Los Indomables, de Pablo Cohen, que retrata la historia y los pensamientos de Lucía Topolansky y José Mujica, varias organizaciones de derechos humanos repudiaron los dichos sobre supuestas declaraciones falsas “para meter presos” a algunos militares por los crímenes cometidos durante la última dictadura militar. También se desmarcaron de los dichos de Topolansky la Mesa Política del Frente Amplio y el secretariado ejecutivo del PIT-CNT.

Si bien esta afirmación fue la más extendida, en ese mismo relato la exsenadora y ex vicepresidenta de la República también señaló que en el marco de las investigaciones “fueron apareciendo niños uruguayos, pero en Argentina y en Chile, es decir otras dictaduras”.

“Hay muertos en Uruguay, pero niños desaparecidos en Uruguay no hay ninguno: son todos en Argentina o en Chile. Así que está bien reclamarle al Cóndor, porque el Cóndor no supo de fronteras”, afirmó Topolansky, quien estableció una distinción entre los militares uruguayos y sus pares de la región.

Topolansky reiteró una afirmación que ya había realizado en su momento el entonces presidente Julio María Sanguinetti, en 1999, cuando dijo que en “Uruguay no desapareció ningún niño”. Sin embargo, existen varios casos documentados de menores, tanto de nacionalidad uruguaya como argentina, que fueron secuestrados con la participación de integrantes de las Fuerzas Conjuntas en Uruguay, Brasil, Argentina y Chile.

Tal vez el caso más emblemático sea el de Macarena Gelmán, hija de María Claudia García y Marcelo Gelman, y nieta del poeta Juan Gelman, quien nació en noviembre de 1976 en el Hospital Militar y luego fue apropiada por un comisario de policía uruguayo, al que fue entregada por Gilberto Vázquez. Macarena fue identificada en junio del 2000.

Su madre, quien estaba embarazada de siete meses, estuvo retenida en la antigua sede del Servicio de Información y Defensa (SID) en Bulevar Artigas y permanece desaparecida hasta el día de hoy. Por este caso fueron procesados José Nino Gavazzo, José Ricardo Arab, Gilberto Vázquez, Jorge Silveira y Ricardo Medina.

Gavazzo y Arab también fueron procesados por haber participado del secuestro de los uruguayos María Emilia Islas y Jorge Zaffaroni, en setiembre de 1976 en Buenos Aires, lo que derivó en la desaparición de ambos así como la apropiación y robo de identidad de su hija, Mariana Zaffaroni, de 18 meses de edad. Mariana fue entregada al agente de la SIDE argentina Miguel Ángel Furci, y recuperó su identidad en 1993 luego de ser encontrada por su abuela, María Esther Gatti.

En 2002 fue identificado en Argentina Simón Riquelo, hijo de la militante del PVP Sara Méndez, que fue secuestrado junto a su madre en Buenos Aires en 1976, en un operativo en el que participaron Gavazzo, Manuel Cordero y Juan Rodríguez Buratti junto a militares argentinos.

En 1984, por primera vez se identificó mediante la utilización de análisis de ADN a Paula, hija de Ernesto Logares y Mónica Gripson, militantes del grupo Montoneros que fueron secuestrados el 18 de mayo de 1978 en la intersección de las calles Fernández Crespo y Mercedes, en Montevideo. Sus padres, quienes presumiblemente habrían sido llevados al Pozo de Banfield, centro clandestino de reclusión en Buenos Aires, permanecen desaparecidos.

Los hermanos Anatole y Victoria Julien Grisonas, hijos de Mario y Victoria, fueron secuestrados en Buenos Aires en setiembre de 1976 y llevados a Montevideo por un grupo de militares uruguayos entre los que se encontraban Gavazzo -quien negó su participación- y Arab. Permanecieron recluidos hasta diciembre de 1976 en la sede del ex SID bajo el cuidado de María Claudia García de Gelman hasta que fueron trasladados a Chile y abandonados en la plaza O’Higgins de Valparaíso. Fueron identificados en 1979 gracias al testimonio de una mujer anónima.

Asimismo, en noviembre de 1978 fueron secuestrados en Porto Alegre los hermanos Camilo y Francesca Casariego, hijos de Lilián Celiberti, militante del PVP, y trasladados a Uruguay en un operativo ilegal a cargo del oficial de la Compañía de Contra Informaciones del Ejército Eduardo Ferro.

Ambos niños permanecieron retenidos en un apartamento de la calle Río Negro durante 13 días, hasta que fueron entegados a sus abuelos luego de que el caso lograra repercusión gracias a la denuncia de la prensa brasileña. Ferro fue procesado con prisión por la Justicia en noviembre de este año, luego de haber permanecido prófugo en España durante casi cuatro años hasta que se entregó a la Interpol en enero de 2021.