Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

El país ingresa en un período un poco confuso, en el que integrantes del próximo gobierno anuncian, sin dar muchos detalles, medidas que se proponen aplicar cuando asuman, y reciben críticas que interpretan sus intenciones. El sábado, Luis Lacalle Pou dijo que va a flexibilizar algunas normas actuales del Banco Central para el ingreso de capitales, porque considera que esto requiere demasiados trámites. Dirigentes del Frente Amplio (FA) se adelantaron a comentar que no sería bueno dejar sin efecto normas destinadas a las prevención del lavado de activos, ni regresar a los tiempos en que Uruguay trataba de ser un “paraíso fiscal”, pero en realidad no se puede asegurar que sea esa la intención.

Mucho más claro es qué quiere lograr el presidente electo con la derogación de los decretos reglamentarios de la ley sobre viviendas “de interés social”, que también anunció el sábado. Se trata de decretos que fijaron topes para el precio de venta de las viviendas construidas al amparo de esa norma, con generosas exenciones de impuestos. Lo que está en juego aquí es de qué “interés social” hablamos: si hay topes, el Estado subsidia la construcción de viviendas para sectores que tienen dificultades para comprarlas en el libre juego del mercado; sin topes, lo que subsidia es la actividad de las empresas constructoras, que sin duda brinda fuentes de trabajo y dinamiza a otros sectores, pero que no necesariamente contribuye a resolver el déficit habitacional.

Lacalle Pou dijo que habrá medidas para que “los uruguayos de menos recursos” puedan acceder a “una vivienda digna”, pero parece que, en el mejor de los casos, será por otros medios.

Confuso es también el panorama previo a las elecciones del 10 de mayo en varios departamentos, y uno de los casos más extremos es el de Rocha, donde el FA se ha hecho fuerte con tres gobiernos consecutivos, y los integrantes de la “coalición multicolor” decidieron explorar la posibilidad de formar una alianza. Por ahora, es muy discutible que esa iniciativa haya servido para unificar a la oposición departamental: Cabildo Abierto y el Partido Independiente aceptaron, en una decisión sin precedentes, presentar a sus candidatos bajo el lema Partido Nacional, pero el sector Ciudadanos (que lidera Ernesto Talvi) se negó a utilizar ese recurso, y las posiciones están divididas dentro del sublema Batllistas Unidos (formado por los seguidores de Julio María Sanguinetti y de José Amorín Batlle). De este modo, se ve venir una situación muy extraña, en la que unos colorados votarían con su lema y otros con el de los nacionalistas.

En cambio, no es confusa, sino muy clara, la situación dentro del FA con respecto a las políticas educativas. Ha sido notoria, especialmente en el período de gobierno que termina, la existencia de una orientación dominante pero con disidencias internas, y para confirmarlo basta con leer la nota de opinión de la profesora Celsa Puente que publicamos en esta edición, en respuesta a lo que dijo el presidente del Codicen, Wilson Netto, en una entrevista reciente con este medio.

Tampoco hay, por una vez, confusiones, ni disputas entre frenteamplistas y “multicolores”, acerca de lo ocurrido ayer en Venezuela. Las declaraciones al respecto del Ministerio de Relaciones Exteriores y de Lacalle Pou coincidieron en condenar la actuación del gobierno de Nicolás Maduro, que impidió la reelección de Juan Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional.

Hasta mañana.