El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, anunció este martes que no se suspenderán las clases, una opción que se había manejado ante el aumento de casos de coronavirus. En la conferencia de prensa, Lacalle Pou contó que consideraba que esa medida era necesaria, pero lo convencieron de lo contrario el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, y el presidente de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Robert Silva.
“Quedó descartado suspender las clases”, indicó el presidente, quien señaló que se tuvo en cuenta “que ha sido un año lectivo muy complejo” en el cual “se ha ensanchado la brecha educativa”. Lo que sí se estableció es la suspensión de todos los actos protocolares de fin de año.
Más allá de la decisión tomada, a la interna del Consejo Directivo Central de la ANEP hubo diferencias a la hora de decidir cómo proceder. Por un lado, el consejero electo por los docentes, Óscar Pedrozo, propuso en una carta dirigida a Silva suspender todas las actividades presenciales.
“Ante el aumento de casos covid-19, la continuidad educativa por parte de docentes y estudiantes, las estrategias implementadas y las posibilidades de trabajo a distancia, se solicita suspender las clases presenciales, disminuir las tareas presenciales en oficinas, suspender los actos de culminación de ciclos 2020 y todas las actividades que requieran congregación de personas”, sostuvo Pedrozo en la misiva.
Además, sugirió establecer “un sistema de guardias en las oficinas dependientes de ANEP, retomando el teletrabajo y restringiendo la presencialidad a los ámbitos netamente necesarios”, y que cada consejo adopte “las medidas que garanticen los derechos laborales, fundamentalmente traslados y elecciones de cargos/horas evitando las aglomeraciones y promoviendo la descentralización territorial de estos actos”.
Presencialidad total
La visión del consejero político Juan Gabito se diferencia de la de su colega. En una entrevista con el programa Primera mañana, de la radio El Espectador, Gabito brindó su opinión a favor de la presencialidad total, es decir, que todos los estudiantes concurran a clase todos los días y en su horario habitual.
“Si de mí dependiera, y esta es una opinión estrictamente individual, después de haber escuchado a los científicos, yo arriesgaría, porque para echar para atrás siempre hay tiempo. Yo dispondría de asistencia completa todos los días; si surge un brote, todo el mundo para atrás y reconoceremos que nos habremos equivocado, pero resulta que ahora, por las dudas, hemos estado perjudicando la cuestión esencial para nosotros, que es la educación. Lo hacemos en aras de la salud, que es mucho más importante, pero como dicen los científicos, si el riesgo no es tan grande yo arrancaría en todo lo que se pueda por esta vía”, dijo el consejero.
Incluso resaltó algunas iniciativas por las que los centros educativos buscaron otros lugares para poder expandir su espacio de aula, pero marcó que a su entender “no se ha buscado con la fuerza necesaria” otras soluciones. En ese sentido propuso acudir a las instituciones privadas que bajaron su matrícula y tienen espacio liberado: “En lugar de crear una nueva escuela en esa zona podríamos mandar algunos niños a ese colegio, siempre que los padres estén de acuerdo”, ejemplificó.
Sobre la decisión que tomó el Poder Ejecutivo, Gabito opinó que es “lógica, coherente y correcta. Si hasta hace poco el propio grupo de científicos asesores nos decía que era mayor el riesgo de que los niños y jóvenes estuvieran fuera de los centros educativos a la posibilidad de enfermarse, ese mismo grupo no iba a dar marcha atrás ahora. La obligatoriedad de la asistencia y la presencialidad la hemos sostenido a lo largo de todo el año desde el punto de vista educativo, pero hemos dado la derecha desde el punto de vista sanitario”.
Sobre los ajustes en el presupuesto de la educación
Gabito afirmó que “el presupuesto de ANEP crece; por encima de lo que tenemos este año, vamos a tener más, tanto si se aprueba la propuesta del Poder Ejecutivo o la de la ANEP, por lo tanto es una falacia afirmar que hay achique”. Asimismo, aseguró que “lo que hay es un reordenamiento interno que obedece a realidades muy concretas: la matrícula desciende porque la natalidad baja, más allá de alguna pequeña compensación por el lado de los inmigrantes, y en el nivel de ciclo básico hay una notoria preferencia por UTU sobre Secundaria. Alguna gente se queja porque se suprimen grupos o se trasladan recursos, pero la premisa básica es que el funcionario está para la función, no la función para el funcionario, y desde el punto de vista de lo que importa, que son los alumnos, no queda nadie sin atender, desde el servicio tenemos que fortalecer donde está la demanda”.