Ucrania rechazó el ultimátum impuesto por Rusia para entregar la ciudad portuaria de Mariúpol, y en cambio le exigió a Moscú que permita la salida de unos 350.000 civiles de la ciudad. “No se puede hablar de entregar armas. Ya informamos de esto a la parte rusa”, aseguró Iryna Vereshchuk, la primera viceministra ucraniana, al diario local Ukrainska Pravda, según consignó AFP.

Este domingo por la noche Rusia dio el ultimátum a la ciudad para que quienes continúan en la defensa se rindan: “Llamamos a las unidades de las fuerzas armadas de Ucrania, batallones de defensa territorial y mercenarios extranjeros a detener las hostilidades, deponer sus armas y entrar a territorios” controlados por Kiev, dijo Mikhail Mizintsev, jefe del Centro Nacional de Control de Defensa de Rusia.

Desde los comandos militares del Kremlin enviaron ocho páginas de demandas y la advertencia de que debían responder antes de las 5.00 del 21 de marzo, pero responsables ucranianos entendieron que aceptar esa propuesta equivaldría a una capitulación.

El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksiy Reznikov, dijo que quienes están defendiendo la ciudad portuaria han “desempeñado un enorme papel en la destrucción de los planes del enemigo y en la mejora de nuestra defensa. Hoy Mariúpol está salvando a Kiev, Dnipro y Odesa. Todo el mundo debe entenderlo”, aseguró.

Mariúpol se convirtió en un punto estratégico en el sureste de Ucrania ya que ese puerto es la conexión que necesitan los rusos con la península de Crimea y los territorios en el noreste de Ucrania que están en disputa desde el comienzo de la guerra.

Tanto la ciudad portuaria como otras en la zona este del país se convirtieron en los nuevos objetivos de los militares comandados por Vladimir Putin que buscan tomar la capital, Kiev. Los últimos ataques dejaron de estar dirigidos a puntos militares; apuntaron, en cambio, a centros de civiles.

Este lunes las bombas del Ejército ruso alcanzaron un centro comercial en Kiev, causando la muerte a al menos ocho personas, según la Fiscalía General ucraniana.

Periodistas de AFP constataron que los cuerpos se apilaban delante del centro comercial Retroville, en el noroeste de la capital, mientras continuaba el trabajo de bomberos y militares. Según se supo, una bomba cayó en el lugar y pulverizó los vehículos estacionados y abrió un cráter frente al edificio.

En este escenario el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, anunció que se instalará un nuevo toque de queda a partir del lunes por la noche hasta el miércoles por la mañana.