La situación de la población ucraniana en zonas donde persisten los combates se está volviendo cada vez más crítica. En la ciudad de Mariúpol, sitiada por tropas rusas desde hace dos semanas, las reservas de agua y comida se están agotando, advirtió el Programa Mundial de Alimentos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El coordinador de emergencias para Ucrania del programa, Jakob Kern, señaló que “la única manera de asistir a Mariúpol es a través de convoyes humanitarios, que por ahora no han logrado entrar”. No obstante, manifestó que otras ciudades ‒Járkov, Kiev y Odesa, entre ellas‒ sí están recibiendo suministros.

A la situación crítica de Mariúpol se agrega la de ciudades como Chernihiv, Donetsk, Mikolai, Zaporizha y Kabatsa, donde más de 900.000 personas se encuentran sin energía eléctrica, dijo el portavoz de la secretaría general de la ONU, Stéphane Dujarric. Además, 259.000 personas quedaron sin acceso a gas por cañería.

Mientras tanto, los combates se intensificaron este viernes en la ciudad de Lviv, a 70 kilómetros de Polonia, un lugar que funciona como corredor para miles de personas que intentan dejar el país para huir de la guerra. Según datos de la ONU, 3,3 millones de personas se fueron de Ucrania debido a la guerra, los desplazados internos ya son 6,5 millones y un total de 12 millones de personas se encuentran atrapadas en las zonas de combate.

Al mismo tiempo, continúan los contactos entre autoridades con expectativas de poner fin a este conflicto. En esos diálogos, Moscú y Kiev acercaron “al máximo posible” sus posiciones sobre el estatus neutral de Ucrania con respecto a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), informó este viernes el jefe negociador ruso, Vladimir Medinski, según la agencia TASS. Sin embargo, todavía están en discusión cuestiones de seguridad que preocupan a Ucrania, manifestó, de acuerdo con Efe.

Las garantías de que Ucrania no se unirá a la OTAN son una de las condiciones que reclama Rusia para solucionar este conflicto. Otras, en las que no hubo acercamientos, tienen que ver con el estatus de la región separatista del Donbás y la península de Crimea.

También mantuvieron conversaciones el viernes el presidente de China, Xi Jinping, y su par estadounidense, Joe Biden. El mandatario chino le transmitió a Biden que, “como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y como las dos principales economías del mundo”, sus países deben “trabajar por la paz y la estabilidad mundial”, según citó la agencia Xinhua. “Los hechos muestran de nuevo que los países no deberían llegar al extremo de encontrarse en el campo de batalla. El conflicto y la confrontación no le interesan a nadie, y lo que más debería atesorar la comunidad internacional es la paz y la seguridad”, agregó Xi. A su vez, Biden le advirtió a Xi de las “implicaciones y consecuencias” de darle “apoyo material” a Rusia en su ataque a Ucrania, según la Casa Blanca.

Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, le transmitió a su par ruso, Vladimir Putin, su “extrema preocupación” por la situación en Mariúpol y le pidió acciones “concretas y verificables” para permitir el ingreso de ayuda humanitaria, así como un alto el fuego inmediato. En la conversación, Putin, quien poco antes había celebrado un acto multitudinario en el que defendió la invasión, volvió a responsabilizar a Ucrania por esta guerra, y afirmó que su ejército está haciendo todo lo posible por salvar vidas.