La reforma de la seguridad social sigue sin encontrar unanimidad en el oficialismo y desde hace varios días todos los focos apuntan al Partido Colorado (PC) que, luego del acuerdo bilateral entre Cabildo Abierto (CA) y el presidente Luis Lacalle Pou, pidió un cuarto intermedio tras otro, de una semana cada uno, en la comisión de Diputados que estudia el proyecto, para cultivar nuevas propuestas. El motivo, como se sabe, es que entienden que la negociación se abrió, incluso sobre puntos que pensaban innegociables, como los años para el cálculo de la tasa de reemplazo –el sueldo jubilatorio–, que pasó del promedio de los mejores 25 años a los mejores 20 –como en la actualidad–, a pedido de CA.  

Así las cosas, en la tarde del lunes la bancada bicameral del PC se reunirá en el Palacio Legislativo, donde cada sector colorado discutirá oficialmente sus propuestas, para luego acordar una lista común de planteos que representantes del partido esperan poder llevar personalmente al presidente Lacalle Pou, el martes o el miércoles a más tardar. En filas del PC reina el hermetismo sobre el contenido concreto de lo que plantea cada sector. Un dirigente colorado argumentó a la diaria que no quedarían bien parados si algunas de sus ideas no llegan a destino. Además, subrayó que no les “queda otra” que hablar directo con Lacalle Pou, porque fue lo que hizo CA; de todos modos, aclaró que los colorados son “distintos”, porque al mismo tiempo también se las mandarán al resto del oficialismo y a la oposición, para que las puedan “ir masticando”.

Según supo la diaria, entre los colorados hay visiones encontradas sobre si deben formalizar una propuesta que implique cambiar lo que ya acordaron CA y el Poder Ejecutivo. Hay quienes piensan que si se discute sobre lo que ya laudaron los otros, llevaría a reabrir la negociación y volver a trancar el tema, sumándole más tiempo, algo que “juega en contra” de la Torre Ejecutiva y puede hacer “quedar mal” al PC. Por otro lado, hay algún dirigente colorado que está muy molesto con lo acordado bilateralmente, y deslizó, por ejemplo, proponer una cifra intermedia para el cálculo de la tasa de reemplazo: ni 20 años ni 25: 22 y medio. 

A su vez, un alto dirigente colorado subrayó a la diaria que no quería “meterse” con los “pilares de la reforma”, es decir, el promedio de años para calcular la tasa de reemplazo y la edad mínima para jubilarse, que en el proyecto es 65 –en la actualidad, 60–; pero, como la base del cálculo quedó afectada a raíz del pedido de CA, está dispuesto a plantear que en la reforma se baje a 63 años. Subrayó que en varios sectores colorados simpatizaron con esa idea, “pero si no afecta mucho financieramente”.

La propuesta que no faltará sobre la mesa, y se supo de antemano, es la del diputado Gustavo Zubía, del sector colorado Tercera Vía, de reducir el impuesto a la asistencia de la seguridad social (IASS), su caballito de batalla. El diputado ya dijo varias veces públicamente que no votará el proyecto si no se accede a su pedido. Un legislador colorado subrayó a la diaria que si con una modificación del IASS logran el apoyo de Zubía, “también es importante”, por lo tanto, no descartan esa propuesta.

Pedro Bordaberry, otra vez

A todo esto, se sumó la opinión del exsenador y excandidato a la Presidencia del PC Pedro Bordaberry, que si bien en la teoría está retirado de la política activa, en la práctica viene comentando cada vez más sobre temas de agenda, a través de sus columnas en el diario El País –y no son pocos los colorados que bregan por que vuelva al ruedo y se calce el traje de candidato–. En la publicada el domingo, titulada “No a la reforma”, se metió de lleno con el proyecto de la seguridad social y hasta marcó posición.

Bordaberry hizo un pequeño racconto histórico del tema, recordando que en 1989 el también colorado Jorge Batlle “perdió las elecciones cuando no apoyó una modificación constitucional sobre pasividades que, como alertaba, era inviable”. “Después pasó lo que tenía que pasar: ajuste fiscal para enfrentar el déficit en el período siguiente y reforma del sistema en 1997”, acotó. Luego aseguró que “la situación de la seguridad social actual fue acelerada por las reformas” que el Frente Amplio introdujo en 2008, y subrayó que “el único partido que no las votó fue el Colorado”.

Yendo a los últimos movimientos del proyecto en discusión, Bordaberry resaltó que Lacalle Pou negoció en forma bilateral con CA, “sin consultar a los otros partidos”, entre ellos, al PC, que, a su juicio, “no debe aceptar” los cambios, en primer lugar, “porque los acuerdos están para cumplirlos, ya que “se había llegado a un acuerdo en el Senado entre todos los partidos”, por lo tanto, “no parece sensato que no se cumpla en Diputados”. Por último, dijo que “lo más importante” es que aceptar esos cambios “significa no actuar de acuerdo con la ética de la responsabilidad, que es el ADN” del PC.

Como suele suceder cada domingo que Bordaberry publica una columna de opinión, ayer fue motivo de intercambio de mensajes entre colorados. Un dirigente del PC dijo a la diaria que el planteo del exlegislador “no es descabellado”, sobre todo por “cómo lo razonó y lo planteó”, porque el proyecto “cambió mucho respecto al original” que envió el Poder Ejecutivo, pero recalcó que Bordaberry lo plantea desde la posición de “observador”. Por el contrario, quienes llevan adelante las negociaciones por el PC “se comprometieron mucho, llevando cambios de un lado para el otro”, por lo tanto, les es “mucho más difícil asumir esa posición”.

Otro dirigente colorado señaló a la diaria que si no aceptan el acuerdo entre CA y Lacalle Pou, “significaría que no haya reforma”, entonces, “no sería muy de la ética de la responsabilidad tampoco”, por lo tanto, ve “una contradicción” en el planteo del excandidato. De todas formas, la fuente colorada también indicó que la visión de Bodaberry “no es descabellada”, ya que “por algo” pidieron aplazar la votación del proyecto en comisión.