Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
En mayo de este año se realizarán las elecciones del segundo nivel de gobierno (intendencias y juntas departamentales) y, junto con ellas, las del tercero, o sea el de los concejos municipales integrados por cinco personas, que una de ellas preside como alcalde o alcaldesa. Hoy se anunciará la reglamentación correspondiente, y el Partido Colorado ya adelantó su voluntad de impugnar algunas de las normas definidas por la Corte Electoral.
El problema de los colorados es, básicamente, que durante el ciclo electoral en curso no “reservaron” a todas las personas que quieren poner a competir en el tercer nivel bajo el lema Coalición Republicana (CR), que compartirán con los partidos Nacional (PN), Cabildo Abierto (CA) e Independiente (PI) en los departamentos cuyos intendentes son hoy frenteamplistas: Montevideo, Canelones y Salto.
El criterio general de las normas electorales, desde que la reforma de 1996 estableció las elecciones internas, es impedir que si alguien resulta derrotado en las de un partido pase a formar parte de otro durante el mismo ciclo. En otras palabras, quien compitió para integrar la Convención Nacional de un lema en junio de 2024 no pudo ser candidato de un lema distinto tres meses después, y tampoco podrá serlo en mayo de este año.
Como la CR es un lema distinto a los de los partidos que la integran, estos debían tomar la precaución de que quienes se perfilaran para candidaturas en Montevideo, Canelones y Salto no figuraran en las listas para las internas del PN, el PC, CA y el PI. Fue, por ejemplo, el caso del nacionalista Martín Lema, para que pudiera competir por la intendencia capitalina. Los colorados no manejaron esto con la anticipación necesaria en el tercer nivel, y ahora van a reclamar que se elimine la prohibición mencionada para las candidaturas a concejos municipales.
La fundamentación manejada desde el PC es que quiere defender la libertad de la ciudadanía, y que para los concejos se vota más por personas que por partidos. Sin embargo, no parece muy realista plantear que en Uruguay se hace alguna elección con escasa incidencia del sistema partidario. Todo indica que lo que suele suceder, especialmente en los ocho municipios de Montevideo, es que quienes conocen a una persona y quieren apoyarla también saben qué partido integra, pero mucha gente no conoce a los candidatos, y opta por no votar a ninguno.
En las departamentales montevideanas de 2020, la cantidad de votantes en el tercer nivel de la capital aumentó más de 40% en relación con las anteriores, de 2015, pero aun así más de la mitad del electorado votó para la intendencia pero no para el concejo de su zona. De hecho, el triunfo nacionalista en el municipio F capitalino pareció deberse en parte a que la oposición presentó 13 candidaturas a la alcaldía y el Frente Amplio (FA) sólo una, pero también a que la oposición se organizó mejor que el FA para lograr que junto con la hoja de votación correspondiente al segundo nivel se incluyera una del tercero. Para la intendencia ganó la frenteamplista Carolina Cosse, pero entre quienes votaron para el concejo triunfó el nacionalista Juan Pedro López Román.
Hasta mañana.