La naranja es una fruta cítrica obtenida del naranjo dulce (Citrus x sinensis), del amargo (Citrus x aurantium) y de otras variedades o híbridos. El origen de la palabra se remonta al idioma sánscrito y se empleaba para hacer referencia al árbol del naranjo, no al fruto en cuestión, ya que en su origen las naranjas poseían un color verde intenso en su corteza.

Algunos expertos aseguran que esta fruta proviene de China y Japón, mientras que otros ubican su origen en India o Libia y sostienen que se extendió a todo el mundo hasta convertirse en una de las más elegidas. Se consume principalmente como postre o en el desayuno en forma de jugo, y en menor medida se utiliza para saborizar bizcochuelos, tortas, panes y otras preparaciones dulces.

Gracias a su contenido en azúcares simples, no se destaca tanto el sabor ácido como en el pomelo. Tiene un alto contenido de vitamina C, asociada a los beneficios que aporta. Su ingesta diaria protege el sistema cardiovascular, es un potente antioxidante debido a su concentración de aminoácidos y vitamina C, y es ideal para reforzar el sistema inmunológico.

En la citricultura de Uruguay es posile reconocer dos zonas productoras: la del norte, que incluye los departamentos de Salto, Paysandú, Río Negro, Artigas y Rivera y que representa aproximadamente 91% del área destinada a este cultivo; y la zona sur, comprende San José, Montevideo, Canelones, Colonia, Maldonado, Florida y Soriano y aporta el 9% restante.

El área efectiva destinada a la citricultura es de aproximadamente 15.000 hectáreas, con una producción estimada de 271.115 toneladas. De este total, 44% se destina a la exportación, 15% a la industria (jugos, aceites esenciales, entre otros), 41% a consumo interno y 1% a otros destinos. En cuanto a los puestos de trabajo que genera a lo largo de toda la cadena agroindustrial, suman unos 16.000 durante la zafra.

La mayoría de las frutas que comemos en casa se consume sin piel, sobre todo en las piezas que tienen cáscaras duras; este es el caso de la naranja. Aunque estén tan presentes en la dieta, pocos son conscientes de todos los beneficios y propiedades que tienen sus cáscaras. Entre los principales: favorecen la digestión, combaten las infecciones, reducen el colesterol, ayudan a perder peso y, en lo que se refiere al hogar y al cuidado personal, sirveb como aromatizante de ambiente y como base de cremas, perfumes o desodorantes.

Un verdadero clásico: cáscaras de naranja confitadas

Siempre sobran cáscaras de naranja y existen muchas formas de aprovecharlas en la cocina. Sin dudas, las cascaritas confitadas son un clásico, tanto solas como envueltas en chocolate amargo, pero hay otros truquitos para sacarles provecho. Lo mismo sucede con las cáscaras de pomelo amarillo o rosado.

Procedimiento
Lavar las cáscaras de naranja, quitarles la piel blanca y cortarlas en bastones parejos de un centímetro de grosor. Dejarlas unos 30 minutos en la heladera, dentro de un bol con agua fría y con un puñado de sal gruesa para quitarles el amargor. Pasado ese tiempo, colarlas y colocarlas en una olla, cubriéndolas nuevamente con agua. Hervir por unos ocho minutos, retirar y colar. Colocarlas sobre un repasador limpio de cocina o sobre un papel absorbente mientras se enfrían y se secan.

Poner en una sartén partes iguales de las cáscaras de naranja, agua y azúcar a fuego muy bajo. Cocinar hasta que se evapore la mayor parte del líquido y las cáscaras queden confitadas. El secreto es que el fuego esté muy bajo y que el azúcar no se caramelice, sino que se cristalice con el agua. Retirar del fuego, dejar entibiar y colocarlas en un plato con abundante azúcar. Presionarlas bien de ambos lados, de forma que les quede una capa de azúcar en la superficie. Guardarlas en un tupper sobre papel manteca, cerrar bien y colocarlas en un lugar fresco y sin humedad. Se pueden conservar por unos 30 días. Sirven para dar sabor a galletitas, bizcochuelos e incluso helados.

Azúcar perfumada de cítricos

Procedimiento
Colocar en un tarro con cierre hermético 500 g de azúcar con 120 g de cáscaras de naranja confitadas cortadas o procesadas (pueden ser de pomelo o de ambas frutas). Dejar en un lugar seco y sin luz durante al menos 15 días, de modo que el azúcar absorba todo el sabor de la fruta. Se le puede agregar a esta preparación una rama de canela o ½ cucharadita si es en polvo.

Orange tip

Podés procesar una taza de las cáscaras de naranja que abrillantaste, mezclarlas con un kilo de azúcar, dejar reposar esta mezcla por unos diez días en un tupper bien cerrado o en una bolsita de cierre hermético, y utilizar para preparar los más variados postres y dar un toque de sabor a un crujiente crumble o a la masa de bizcochuelos.

Mermelada de cáscara de naranja

Procedimiento
Lavar las cáscaras de naranja, quitarles la parte blanca y cortarlas en tiritas muy finas. Colocarlas en una olla cubriéndolas con agua fría y llevar a hervor. Colarlas y repetir este paso una vez más para quitarles el gusto amargo. Luego, colocarlas nuevamente en la olla, cubrirlas con el mismo peso de agua y de azúcar, agregar un toque de clavo de olor y cocinar a fuego muy suave hasta que la mezcla tome la consistencia de una mermelada. Una vez que se logre esa consistencia, retirar del fuego, quitar el clavo de olor y dejar enfriar. Envasar y terminar de enfriar.

Esta mermelada es ideal para servir en un desayuno o merienda con tostadas, medialunas o escones, así como con carne de cerdo, pescado o quesos como el camembert o el brie.