Montaña Errante, que se inauguró en 2001 con la saga Los Andaluins, de Gabriel Aznárez, es la colección que la editorial Fin de Siglo dedica especialmente a la literatura infantil y juvenil y abarca tanto novelas como libros álbum, y en la que Lía Schenck ha publicado varios títulos, entre ellos las historias en verso de Timotea e Historias de Pueblo Chico, con el que ganó el Premio Nacional de Literatura y el Bartolomé Hidalgo.

Paulina verde verde es uno de los títulos que acaba de estrenar la colección, con textos de Lía Schenck e ilustraciones de Federico Murro. Aborda un tema cotidiano –el miedo– desde una perspectiva de cercanía al personaje, con sensibilidad y una pizca de humor. Los autores se instalan con comodidad en el pequeño universo de la rana que protagoniza el cuento para narrar su peripecia desde una mirada comprensiva que acompaña tanto la acción concreta como los cambios que experimenta el personaje.

En un esquema clásico que, abrevando de la tradición de la fábula –pero sin moraleja–, cuenta desde la perspectiva de animales, la rana Paulina que proponen Schenck y Murro conquista al lector desde la primera página en un par de trazos. El color verde es protagonista en ambos lenguajes y es vehículo de un abordaje poético en los textos que no sólo da lugar a una ambientación concreta en el hábitat, sino que es un elemento de carácter narrativo.

Schenck echa mano de los recursos del género –repeticiones, paralelismos– para generar el ritmo que le da a la historia el potencial de convertirse en uno de esos cuentos que, de la mano de la lectura en voz alta –imprescindible en este caso porque es un texto dirigido a los más pequeños–, pida ser leído una y otra vez para recrear cada momento.

La sencillez es una virtud tanto en el texto como en las ilustraciones, que se valen de recursos sutiles para plasmar la expresividad de la protagonista y quienes la acompañan en la historia.

Foto del artículo 'Nuevos títulos de Lía Schenck y Malí Guzmán para los más chicos'

En una línea similar, Malí Guzmán en Eugenia no quiere comer también parte de una situación cotidiana –la de una hija que se niega a comer la comida que le preparó su mamá– y, esta vez de la mano de una familia de mulitas, lleva la situación al absurdo para arribar a su resolución de final feliz. Apela al humor tomando como elemento central la panza que, al estar vacía, hace ruido. Ruge. El crescendo del sonido de la barriga de la mulita asusta a sus amigos y genera una serie de malentendidos al intentar responder cuál es el origen del estruendo (porque, claro, conforme pasa el tiempo, el sonido es más y más fuerte).

La estructura episódica y rítmica –cada doble página incorpora unos amigos, una interpretación y una reacción– permite darle vuelta a ese “bruuum” que es camión, tormenta, tambores, helicóptero, terremoto, explosión. Y que rompe los límites de la letra de molde para tomar el espacio de la ilustración e invadir la escena hasta forzar una resolución. Que la mulita finalmente vuelva a casa a comer.

Paulina verde verde, de Lía Schenck con ilustraciones de Federico Murro. 24 páginas. Fin de Siglo, 2023. $ 420. Eugenia no quiere comer, de Malí Guzmán con ilustraciones de Victoria Baglietto. 24 páginas. Fin de Siglo, 2023. $ 420.