“Me voy, me cansé de que me mientan en la cara; nos vemos en las aulas”, dijo una docente a dos colegas mientras abandonaba ofuscada el salón de actos de la Escuela Experimental de Malvín. En un clima de alta confrontación con organizaciones sociales y vecinos que se convocaron, las autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) realizaron una nueva instancia “Cara a cara con la comunidad”, concretamente la número 19 desde que aceleraron con la llamada “transformación educativa”.

La manifestación con cantos y carteles fuera de la escuela daba la pauta de lo que iba a ocurrir minutos después, ya que varios militantes de sindicatos y centros de estudiantes de formación en educación y secundaria participaron en la actividad. Como suele ocurrir, el evento empezó con una exposición en la que el presidente del Consejo Directivo Central (Codicen), Robert Silva, presenta datos de la realidad que la reforma educativa busca cambiar y con las acciones que ya se están desplegando.

Cuando Silva hablaba de los centros María Espínola y del “fortalecimiento” de las políticas de alimentación de ese programa y de la ANEP en general, desde el público le retrucaron que estaba mintiendo y que en las aulas se siente el “hambre” de los estudiantes. Los militantes comenzaron a gritar y desde un grupo de participantes afines a la reforma y a Silva un hombre gritó: “¡Parásito, andate a Cuba!”. “Tenemos los datos, hablan para la tribuna”, replicó Silva desde el estrado, quien exigió a los manifestantes que hicieran silencio o se retiraran, ya que luego habría un espacio para que plantearan sus inquietudes. “Es preocupante que quizás algunos van a ser futuros docentes”, lanzó el jerarca en alusión a los centros de estudiantes de formación en educación que esa misma mañana ocuparon la sede del Codicen en busca de una mesa de negociación.

Cuando llegó el espacio para las intervenciones del público se anotaron 22 participantes, que finalmente fueron menos. Como en dos bloques, por un lado, buena parte de las participaciones cuestionaron el accionar de los consejeros políticos en la ANEP y se preocuparon especialmente por marcar el desacuerdo de la mayoría de estudiantes y docentes con los mecanismos por los que se están llevando adelante los cambios en la educación; por el otro, entre elogios a las autoridades y a la educación de otros tiempos históricos en el país, quienes se mostraron afines a los cambios también aprovecharon para cuestionar a los sindicatos y sus formas de protesta.

En el medio quedaron algunos que, en otro tono, hicieron preguntas y no ocultaron su enojo con varios temas que, a su entender, no están siendo atendidas en los centros educativos. Por ejemplo, desde Familias Organizadas de la Escuela Pública se planteó que la “hostilidad” que se veía en la sala daba cuenta de la falta de espacios de discusión que reclaman los distintos colectivos presentes. A su turno, el integrante del Codicen Juan Gabito respondió a la organización que los han recibido en la ANEP y lamentó que no realicen planteos por la pérdida de clases causadas por paros y ocupaciones, como sí lo hacían durante la pandemia, cuando pedían por la vuelta de la presencialidad a los centros educativos.

Algunos reclamos que se reiteraron tuvieron que ver con problemas edilicios y “recortes” de grupos en centros educativos, además de la necesidad de contar con equipos multidisciplinarios para atender a los estudiantes. Ante un reclamo puntual de la situación locativa de los Institutos Normales de Montevideo, Silva reconoció que existen problemas y dijo que se habían conseguido dos locales más para atender la matrícula estudiantil, algo que desde el Centro de Estudiantes de Magisterio han rechazado porque genera problemas logísticos a la hora de ir de un curso a otro. Sobre la situación edilicia general, sostuvo que se trata de problemas “estructurales” del sistema educativo y que no son de esta administración. Si bien dijo que se están “haciendo cargo” de atenderlos, planteó que no se les puede pedir que ahora solucionen problemas de años.

Formación docente y participación

Como varios estudiantes y docentes de formación en educación estaban en la sala, fue un tema recurrente. Por un lado, las autoridades de ANEP señalaron que se está actuando con autonomía y que el Ministerio de Educación y Cultura no tiene injerencia en las acciones del ente en esta área. Del otro lado, se retrucaba que el ministerio es el que pone las condiciones para que una formación cumpla con el carácter universitario y se valida la entrega de un título que es solamente “un papel”. De esa manera, se planteó la necesidad de que la formación en educación se ofrezca en una universidad autónoma y cogobernada, a lo que Silva respondió que en Uruguay no hay acuerdo político para ello y que el que definió el gobierno es el mecanismo posible para que los docentes tengan título universitario, que además fue ratificado en las urnas en el plebiscito contra 135 artículos de la ley de urgente consideración.

Los estudiantes de formación en educación también cuestionaron a las autoridades por el plagio cometido en un documento sobre la reforma curricular en el CFE y señalaron que si ellos cometen esa infracción pueden ser duramente sancionados. Sin embargo, ese planteo no fue respondido pese a que desde el público se reclamó una respuesta varias veces. “A [Víctor] Pizzichillo y a Robert los vamos a echar”, corearon desde las gradas, canción que no pasó inadvertida para el presidente del Codicen, que pidió a los manifestantes que, ya que “tienen tiempo”, renueven las letras y no canten siempre las mismas canciones.

Otro de los reclamos más frecuentes de toda la noche fue la falta de “participación real” de los actores del sistema educativo, que no se sienten escuchados. Como ejemplo se planteó que la reforma sigue pese a que las Asambleas Técnico Docentes (ATD) se manifestaron en contra. Al respecto, Gabito señaló que tanto en el Codicen como en el CFE hay representantes electos por estudiantes y docentes, y que junto con las ATD ese es el canal que tienen para plantear sus posturas.

Por su parte, Silva defendió distintas reuniones y cuestionarios que la ANEP organizó en los últimos meses y pidió salir de la “endogamia” de creer que sólo los docentes pueden transformar el sistema. “Somos los que estamos todos los días en las aulas”, le retrucaron al respecto desde el público.

En concreto sobre las ATD, Silva dijo que el Codicen desestimó buena parte del contenido de los informes que elaboraron meses atrás sobre el Marco Curricular Nacional, ya que mayormente se trataba de conceptualizaciones contra lo que dice el documento. Adelantándose a lo que ocurrirá en las próximas semanas, cuando las asambleas vuelvan a ser consultadas sobre el nuevo plan de estudios y los programas, el jerarca reclamó propuestas alternativas para que puedan ser consideradas.

También se plantearon dudas sobre la implementación de la reforma, como si pasar a tener séptimo, octavo y noveno grado será sólo un cambio de nombre, a lo que las autoridades respondieron que implica un cambio de diseño que impactará en la concepción del sistema. Además, rechazaron que exista un recorte de horas en Geografía y en las disciplinas artísticas, que ahora se darán mayormente en talleres. También aseguraron que el año que viene se aumentarán los espacios para coordinación de los docentes y que estos serán pagos.

Finalmente, se preguntó con insistencia sobre si la ANEP había resuelto que los colegios privados tengan la posibilidad de tomarse un año más para aplicar los cambios, que las autoridades habían anunciado para todo el sistema en 2023. La consulta fue motivada por recientes declaraciones de la directora ejecutiva de Política Educativa del Codicen, Adriana Aristimuño, que dijo en Arriba gente que iba a plantearse esa posibilidad porque se trata de empresas privadas que, por ejemplo, podían definir sobre si eran necesarios despidos para aplicar el nuevo plan. Silva, Gabito y la consejera Dora Graziano fueron enfáticos en que la reforma empezará en públicos y privados por igual. “Se apresuró”, respondió Gabito a la diaria sobre el alcance de los dichos de Aristimuño en televisión, que fueron realizados antes de que el Codicen tomara postura sobre el tema.