1. Los robots no podrán acceder a una jubilación digna

La robotización es un factor cuyo peso en el mundo laboral seguirá aumentando. El vertiginoso desarrollo de esta industria hace que se pierdan cada vez más puestos de trabajo. Para evitar que los robots se queden también con las jubilaciones, el nuevo sistema les prohibirá jubilarse. Aquellos robots que ya no puedan trabajar serán puestos fuera de servicio y almacenados en depósitos. Una propuesta para hacer esto mismo con los trabajadores humanos fue desechada por ser considerada “poco oportuna desde el punto de vista político”.

2. La Caja Militar pasará a autofinanciarse

Como se sabe, esta entidad es históricamente deficitaria, por lo que sus finanzas son equilibradas mediante aportes millonarios de Rentas Generales. Para revertir esta situación, considerada injusta por muchos, esta caja dejará de recibir dinero del gobierno central. En lugar de eso, los militares estarán habilitados a ir una vez por mes al Banco Central y retirar de allí el dinero que necesitan, pero por sus propios medios. Si bien los directores de la institución no estarán obligadas a entregar el dinero a los militares, las diferencias entre ambos grupos en materia de entrenamiento para el combate seguramente lleven a que el retiro de fondos se concrete sin mayores resistencias.

3. Quienes trabajen en casa solamente podrán gastar su jubilación en casa

El teletrabajo es otra de las realidades que llegaron para quedarse, o, mejor dicho, para seguir instalándose con cada vez más fuerza. Se trata de una modalidad que tiene características diferenciadas al trabajo presencial y por eso también tendrá un régimen de pensiones especial. Quienes se jubilen tras trabajar toda su vida en esta modalidad podrán usar el dinero solamente para pagar el alquiler y las cuentas y pedir comida y artículos de limpieza a domicilio. Con esto se busca que los teletrabajadores, que al momento de su retiro serán ermitaños que habrán olvidado prácticamente todas sus habilidades comunicativas y los códigos de convivencia social, salgan al mundo exterior y pongan en riesgo la integridad física de los seres humanos normales.

4. Las personas podrán seguir trabajando después de fallecer

En la misma línea de la habilitación para continuar con la actividad laboral luego de la jubilación, esta norma elimina el impedimento de trabajar luego de la muerte. Para quienes elaboraron el proyecto, estar muerto hoy en día difiere bastante de cómo era estar muerto a fines del siglo XX. “La muerte no es el fin de la vida, sino su verdadero comienzo”, afirman.

5. La sede del BPS pasará a funcionar en un puesto de la feria de los Techitos Verdes

Con la disminución del trabajo presencial, muchas oficinas quedaron obsoletas debido a su gran tamaño. La casa matriz del Banco de Previsión Social, que se construyó en una época en la que ni siquiera existían computadoras, claramente está en camino de transformarse en un edificio abandonado. Con la mudanza a un local de la feria lindera no sólo se busca ahorrar dinero, sino también aumentar los ingresos de la institución mediante la venta de ropa interior femenina.

6. La redactaron tres millonarios durante una borrachera

Si bien las discusiones previas a la elaboración del proyecto estuvieron a cargo de un grupo de expertos y representantes de la sociedad civil, la redacción final quedó en manos de pocas personas. Concretamente, fueron dos estancieros y un industrial que, durante una noche de fiesta y alcohol, se pusieron a fantasear con cómo sería la reforma previsional de sus sueños. Al otro día se la enviaron a representantes del gobierno, quienes le corrigieron algunos errores de ortografía y sintaxis (no olvidemos que los autores estaban ebrios) y la mandaron directamente al presidente Luis Lacalle Pou.