Sin anuncios previos, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, llegó este domingo a la ciudad de Ramala, capital de Cisjordania, donde se reunió por primera vez desde que empezó la guerra con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas.

En el encuentro, enmarcado en la gira del jefe diplomático de la Casa Blanca por la región, Abbas, líder de Fatah, la organización política que gobierna Cisjordania, condenó lo que está sucediendo en la Franja de Gaza, algo que calificó como un “genocidio”, de acuerdo con lo que consignó la agencia oficial palestina Wafa.

“No tengo palabras para describir el genocidio y la destrucción sufridos por nuestro pueblo palestino en Gaza a manos de la maquinaria de guerra de Israel, sin tener en cuenta los principios del derecho internacional”, le dijo Abbas a Blinken.

En su conversación con el jefe diplomático de la Casa Blanca, Abbas abogó también por una “solución política integral” al conflicto, que desde su visión pasa por el establecimiento de un Estado, en el que queden bajo un mismo gobierno los tres territorios palestinos, Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este. Al igual que lo habían hecho los cancilleres de Jordania y Egipto en el encuentro que habían tenido con Blinken el sábado en Amán, la capital jordana, Abbas pidió un cese del fuego por parte de Israel.

Pero esta posibilidad fue negada una vez más en las últimas horas por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien dijo que esto no sucederá hasta que todos los rehenes que están cautivos en Gaza sean liberados.

Volviendo a la reunión de Abbas con Blinken en Ramala, el jerarca estadounidense le dijo a Abbas que el gobierno de Joe Biden está comprometido con la transferencia de ayuda humanitaria para salvar vidas a la Franja de Gaza. Blinken dijo también que Estados Unidos se opone al traslado de la población palestina de la Franja y que seguirá promoviendo la ambición de los palestinos de establecer un Estado independiente. En Gaza la situación es cada día peor.

Desde el final de la semana pasada las fuerzas israelíes comenzaron por el norte la invasión por tierra de la Franja, donde se produjeron violentos enfrentamientos, mientras los bombardeos israelíes prosiguen de manera incesante.

Este domingo, según informó el diario Haaretz, voceros del Ejército dijeron que dentro de pocas horas la ciudad de Gaza quedará completamente rodeada y comenzará una durísima serie de batallas urbanas en la superpoblada ciudad del enclave.

La situación humanitaria es extremadamente grave por la falta de insumos de todo tipo, en el marco de los persistentes ataques israelíes, que ya causaron más de 10.000 muertes, y miles de heridos, según informó el Ministerio de Salud de Gaza, manejado por el gobierno de facto de Hamas.

El Ejército israelí, según los objetivos planteados de manera pública, tiene la intención de capturar a dirigentes de Hamas. Además, otra meta concreta es destruir la red de túneles y las instituciones militares y civiles de Hamas.

Las jerarquías militares de Israel creen que es posible alcanzar el objetivo de destruir a la organización islámica conservadora que gobierna en Gaza, pero que será una operación que llevará tiempo: desde varios meses hasta un año, o incluso más.

Dentro de Israel la situación política y social es muy tensa. El fin de semana hubo marchas promovidas por familiares y amigos de las personas que fueron secuestradas y llevadas a Gaza en los ataques terroristas del 7 de octubre, que marcaron el inicio de esta nueva guerra.

También hubo una manifestación fuera de la casa de Netanyahu en Jerusalén exigiendo su renuncia. Por otra parte, son significativas por representar una parte del sentimiento de un sector de la sociedad las opiniones de algunos representantes de los sectores más extremistas que integran el gobierno de ultraderecha que gobierna Israel.

El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, planteó en una entrevista televisiva que luego de que finalice la guerra en Gaza el territorio palestino pasará a ser ocupado por el Ejército israelí “durante años”.

Mucho más allá fueron las declaraciones del ministro de Patrimonio, Amichai Eliyahu, integrante del partido xenófobo y supremacista que encabeza Itamar Ben-Gvir, Poder Judío. En una entrevista, Eliyahu sugirió que la posibilidad de lanzar una bomba nuclear sobre el territorio de Gaza era una opción.

El gobierno de Netanyahu rápidamente se desmarcó de estas declaraciones, expresó que estaban “desconectadas de la realidad”, agregando que el ejército israelí hace todo lo posible para evitar atacar a “los no combatientes” en Gaza.

Además, Netanyahu suspendió la participación del ministro racista en las reuniones del gobierno “hasta nuevo aviso”.