El fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, incorporó a sus investigaciones sobre el conflicto en Medio Oriente las denuncias de Reporteros sin Fronteras (RSF) sobre posibles crímenes de guerra cometidos contra periodistas. Según RSF, así se lo manifestó la oficina del fiscal.

La organización denunció ante ese tribunal que “tiene motivos razonables para creer” que algunos periodistas, a los que hace referencia, podrían haber sido “atacados deliberadamente” por su profesión, según citó la agencia Efe.

Además, RSF llamó públicamente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a que haga cumplir su resolución 2222, que exige a los estados la protección de los periodistas no sólo como integrantes de la población civil sino también para garantizar el derecho de los ciudadanos a recibir información en tiempos de guerra.

También la oficina del alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos manifestó su preocupación por el “elevado número de muertes” de periodistas en la Franja de Gaza.

Según informa RSF en su sitio web, “desde el comienzo de la guerra entre Israel y Hamas”, el 7 de octubre, “los ataques israelíes han matado al menos a 81 periodistas en la Franja de Gaza” y de ellos, 18 o más murieron “en el ejercicio de su profesión o a causa de su trabajo como periodistas”. Otra organización civil, Press Emblem Campaign, con sede en Ginebra, denunció que de las 140 muertes violentas de periodistas ocurridas en 2023, más de la mitad, 81, se registraron en la Franja de Gaza en los últimos tres meses del año.

Desde octubre, además, “Israel ha detenido a un total de 38 periodistas palestinos, y actualmente mantiene privados de libertad a 31, la mayoría de ellos sin cargos”, denunció RSF el 11 de enero. Afirmó que 29 fueron detenidos en Cisjordania, uno en Gaza y otro en Jerusalén Este, en una “oleada de detenciones y encarcelamientos sin precedentes” con “el objetivo deliberado de silenciar a los medios de comunicación palestinos”. Señaló que “todos los periodistas detenidos trabajan para medios de comunicación palestinos” o “son freelances”.

Mencionó en particular el caso de Diaa al-Kahlout, jefe de la oficina en Gaza del periódico al-Araby al-Jadeed, liberado el 9 de enero después de más de un mes de detención. Su situación se conoció en diciembre, cuando se hicieron virales imágenes que muestran a decenas de detenidos en ropa interior a la intemperie, arrodillados en el suelo en filas, mirando hacia abajo y vigilados por soldados israelíes. Entre esos hombres, se encontraba Al-Kahlout, que fue reconocido en las imágenes por su primo, el periodista de la BBC Mohammad al-Kahlout.

Un portavoz del gobierno de Israel dijo por entonces a esa cadena británica que esos hombres habían sido “descubiertos en áreas que se suponía que los civiles habían evacuado hace semanas”.

Carta a Biden

El Comité para la Protección de Periodistas, Freedom House y Human Rights Watch, junto a otras organizaciones con sede en Estados Unidos, le enviaron semanas atrás una carta al presidente de ese país, Joe Biden, para pedirle que “actúe de forma inmediata y decisiva para promover las condiciones para que se pueda informar de forma segura y sin restricciones sobre las hostilidades” en este conflicto.

En su carta recuerdan un caso que ocurrió al comienzo de este conflicto, el 13 de octubre, en el sur de Líbano, donde Israel ha combatido con la milicia Hezbolá. Señalaron que hay “informes creíbles” elaborados por medios y organizaciones civiles acerca de que un ataque del ejército israelí –en el que murió un periodista de la agencia Reuters, Issam Abdallah, y fueron heridos otros seis reporteros– pudo haber sido deliberado.

Uno de esos informes, de Amnistía Internacional, señala que después de verificar más de un centenar de videos y fotografías, entrevistar testigos y analizar otros indicios encontrados en el lugar, se concluyó que “el ejército israelí sabía o debería haber sabido” que esas personas “eran civiles, no obstante las atacó con dos disparos [de un tanque militar] efectuados con 37 segundos de diferencia”.

Afirmó que los siete periodistas estaban debidamente identificados con cascos y chalecos antibalas con la palabra “press” (prensa), que uno de sus vehículos tenía un cartel con las letras “TV”, y que no hicieron ningún movimiento sorpresivo que diera lugar a alguna confusión. Los periodistas se habían mantenido en el lugar durante cerca de una hora, y los militares tenían torres de observación que les permitían vigilarlos.

En la carta enviada a Biden, las organizaciones reclamaron que exhorte a las partes que combaten en este conflicto a respetar el derecho de los periodistas a informar, que exija a Israel y a Egipto que permitan la entrada de corresponsales de medios internacionales a la Franja de Gaza, y que el gobierno israelí termine con los apagones de internet que impiden comunicar lo que ocurre allí.

John Kirby, vocero de la Casa Blanca, fue consultado sobre un fallo del principal tribunal de Israel que rechazó la solicitud de la Asociación de la Prensa Extranjera de que se permita a los periodistas ingresar a Gaza. El portavoz no comentó el fallo, pero dijo que Estados Unidos respalda el derecho a informar de manera independiente y que le transmitió a Israel la necesidad de preservar la libertad de prensa. “No entraré en detalles sobre conversaciones diplomáticas, pero puedo asegurarles que la libertad de prensa es y seguirá siendo parte integral de esas conversaciones”, dijo.

El caso Al Dahdouh

En octubre, el jefe de la corresponsalía de la cadena Al Jazeera en la Franja de Gaza, Wael al Dahdouh, perdió a su esposa, dos de sus hijos y un nieto en un ataque israelí contra un campo de refugiados palestinos. En diciembre, el propio Wael al Dahdouh fue herido en otro ataque israelí, que mató a un camarógrafo que trabajaba junto a él, Samer Abu Daqq.

Poco después, el 7 de enero, murió el mayor de sus ocho hijos, Hamza al Dahdouh, que también trabajaba para Al Jazeera. Viajaba en un auto por el sur de Gaza junto a otros tres periodistas cuando un misil lanzado por un dron israelí contra el vehículo los mató a él y a Mustafa Thuraya, colaborador de AFP y otros medios. Los otros dos reporteros fueron heridos.

“Hago un llamado al mundo a que observe de cerca lo que está sucediendo en Gaza”, pidió Wael.

Al Jazeera acusó a Israel de atacar “deliberadamente a periodistas” y en particular a Wael al Dahdouh y a su familia. “El asesinato de nuestros colegas Mustafa y Hamza confirma la necesidad de tomar medidas legales para que las fuerzas de ocupación no queden sin castigo”, manifestó la cadena qatarí.

Consultado por la BBC al respecto, Mark Regev, asesor del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, rechazó las acusaciones. Dijo que “Israel no ataca deliberadamente a los periodistas” y agregó: “Somos el único país en Medio Oriente que realmente tiene una prensa libre. Somos el único país en toda la región donde la prensa puede escribir cosas malas y criticar a los líderes del gobierno”.

Acerca de las muertes de Hamza al Dahdouh y Mustafa Thuraya, el ejército israelí manifestó que sus tropas “detectaron un dron hostil cerca de Rafah, una amenaza inmediata para los soldados cercanos”, y por eso se envió un avión de combate “para atacar a los operadores del dron”, informó Efe. Después, el ejército informó que reportes de Inteligencia señalaban que los dos periodistas muertos eran “miembros de organizaciones terroristas”, uno de Hamas y otro de la Yihad Islámica.

Shuruq Asad, vocero del Sindicato de Periodistas Palestino, que tiene unos 3.000 asociados, negó esa acusación. “Creemos que Israel miente”, dijo a la agencia Efe. Argumentó que Al Dahdouh y Thuraya “eran muy conocidos como periodistas en Gaza y no necesitaban ser otra cosa”. Señaló que no se conoció nunca que formaran parte de grupos armados y que los dos trabajaban regularmente en su profesión.

Otro portavoz del sindicato, Shuruq Asad, dijo a la misma agencia que desde octubre la ofensiva israelí mató al 10% de los periodistas de la Franja de Gaza. Desde Cisjordania, afirmó que ante la imposibilidad de que ingresen periodistas internacionales, esos reporteros “son nuestros ojos y sentidos”.