
Deporte
Derrotados pero no perdidos
Está claro que en ningún caso una derrota puede considerarse un buen resultado, pero está bueno cruzar resultado y desarrollo del partido con expectativas, con las fortalezas y debilidades del rival, con dificultades preestablecidas y no aleatorias como la altura, y entonces sí enfrentar el análisis o la sensación que a uno le queda después de terminado el juego. Es entonces que uno se queda con la idea de que se perdió un partido perdible, pero que estuvo abierto hasta el final.