Deporte
Apenas nacida, tu sonrisa lo iluminaba todo. Tenías los cachetes inflados, un poco de pelo, y dos bolones color miel como ojos. Apenas abiertos, apreciabas todo. Eras la más esperada de la familia. Todos querían una niña y llegaste vos, dulce. Al tiempo dabas los primeros pasos, siempre por el orillo de las cosas, agarrándote de todo mientras tambaleabas. Luego se escucharon tus primeras palabras a medio hablar, con señas y morisquetas de resignación cuando nadie entendía nada. Muñecas, cisnes, calesitas, y hadas con arcoíris. Tu viejo no olvidará jamás aquel primer día cuando tu mamá, cansada, te cedió en brazos para que te alzara. Nunca se olvida la primera vez.