Educación

Actualmente hay en marcha un decidido proceso de destrucción de la formación pública en educación, cuyos primeros pasos ya se han dado: su inferiorización por ley, la renuncia a transformarla en universidad.

La Cámara de Diputados aprobó hace pocos días que un eventual aumento de lo recaudado por el impuesto de primaria se pueda destinar a pagar remuneraciones de docentes y auxiliares de Primaria.

Las medidas enunciadas en la Rendición de Cuentas son inconsistentes con el tamaño del problema que deben enfrentar, parecen curitas frente a una apendicitis.

No permitamos que nos metan en corrales de ramas en la discusión y agreguemos inteligencia a la gran cuota de fe que, sustentada en 800.000 firmas, tenemos para darla.

Las transformaciones en las formas de articulación entre escuela y familia son tan grandes que algunos autores hablan de la necesidad de nuevos pactos de corresponsabilidad educativa.

A través del emprendedurismo, con un sujeto obligado a sentirse en libertad, se vuelve más eficaz el aumento de la productividad y el control social.

Los docentes necesitan sentir que pueden enseñar en un ambiente de confianza. Que las autoridades confían en su capacidad como profesionales.