Si un marciano aterrizara en cualquier momento de la historia de este paisito (menos en los días en los que ha salido campeón), le preguntaría: ¿por qué esa cara? No es que seamos feos, pero tampoco somos lindos. Seamos sinceros. Mal olor, yo creo, no tenemos. Pero siempre la misma reducida cantidad de tristones. Siempre tan poquitos. Los inmigrantes vienen, tocan y se van. Y hay que decirlo: no nos gusta reproducirnos. ¿O por qué entonces desde el éxodo que seguimos siendo tres millones? Como lo relatara el gran escriba de la patria Félis Gustamante:

Iba el altivo prócer descalzo, cuajado, trajinante, con sus perros blancos, negros cimarrones. A paso de revolucionario íntegro e insobornable en una pata, y en la otra: a paso de “pierdo una y me pelo”. Lo seguían, sí, ¿cómo no? Sus bravos orientales. Ese pueblo inclástico, brumiante, almidonado, pero famélico de libertad. Marchaban, juntos, al gran almuerzo de la independencia. Con la servilleta de la dignidad colgando del cuello, cubriendo su pecho para no mancharse de hipocresía y traición. Eran tres millones. Ni uno más, ni uno menos (como me pide acá la masonería que escriba). Qué pueblo, Dios, ¡qué pedazo de pueblo, carajo!

(Gustamante, Félis; La independencia no es moco de pavo. Ediciones Aburridas pero sin faltas, 1940).

Reconozcamos que tuvimos una infancia bastante feliz. Como la de cualquiera, bah. Pero a la pubertad entramos mal y tarde. Mientras el resto de la barra ya sabía lo que era llegar, nosotros nos quedamos en la salida, ratoneándonos con Obdulio y su pelota abajo del brazo. Cuando los demás ya sabían cómo cuidarse en las relaciones, nosotros andábamos desesperados atrás de cualquier cosa que nos sacara esta insaciable sed de carne que tenemos desde Hernandarias (gracias Hernando, la próxima meté hienas, así nos reímos juntos).

Ay, paisito. ¿Por qué no te muta ese semblante? Ya liquidaste a todos tus salvajes, paisito, a esos que te molestaban para tu europeización, no tenés terremotos ni nada de eso (a no ser alguno suelto). ¿Por qué sufrís ese perfil bajo pero por otro lado te enorgullece? Ya estás grande, Uruguay. Arriba. Salí a buscar trabajo, que en este continente, si no ponemos cada uno un poco, no hay quién pague la deuda externa. Vamos.

Y ahí salió nuestro paisito, con las medias de Progreso como cábala, en busca de ser autosuficiente. De no depender más de su madre, ni de su padrastro del jopo rubio y camisas de 50 estrellas, ni de la última pareja que tuvo, que, la verdad, lo dejó hecho pelota. Ahí lo vemos contento al paisito porque está más activo (por lo menos no se pasa el día rascándose en el cordón de la vereda a pura caipiriña y galleta de campaña, con el maluco ese de sunga). Ahora tiene para sus gastitos, se siente estable. Ha aprendido mucho de nuevas tecnologías. Las sabe usar. Hasta puede agarrar su smartphone, abrir whatsapp y... ¿Qué hacés, paisito? No me digas que vas... No es lo que yo pienso, ¿no?

Sí. Ahí va otra vez el paisito en recaída.

uruguay está escribiendo hola, en q andás? VAMOS ARGENTINA está escribiendo quen sos perdona q se me cayó el cel al water y perdí agenda uruguay está escribiendo el petiso loco de enfrente VAMOS ARGENTINA está escribiendo a, cm stas uruguay está escribiendo bien de biela vos? ... ... uruguay está escribiendo biela es una empresa de ac VAMOS ARGENTINA está escribiendo no te puedo hablar ya me algra estes bin uruguay está escribiendo espero q vos tambien abzo VAMOS ARGENTINA está escribiendo yo si no te pude escrbir perdona estuve mucho el cole los chicos uruguay está escribiendo no hay problema como decia alf VAMOS ARGENTINA está escribiendo a jaja uruguay está escribien VAMOS ARGENTINA está escribiendo mira ahora con macri puedo hablar + pero igual sabes lo nuestro no pede ser uruguay está escribiendo si obvio, te escribí xq ayer soñe contigo re loco anda a saber jajaja te mando un abzo me voy a la feria VAMOS ARGENT- Dos de zanahorias, tres zucchinis. Un nabo...