Una encuesta reciente de la consultora Radar la ubicó en el tercer lugar de las preferencias frenteamplistas para la candidatura a la presidencia, detrás de José Mujica y Daniel Martínez. Carolina Cosse siente esto como un reconocimiento y se dice parte de los “tres millones de presidentes” que tiene Uruguay. Llama a cuidar la unidad del Frente Amplio y a procesar con “apertura” la situación del vicepresidente Raúl Sendic. La ex presidenta de Antel y ministra de Industria desde 2015 dijo que su cartera está preocupada por “trabas” que imponen Argentina y Brasil en el comercio de autopartes, informó que es “probable” que se realice un nuevo llamado a operadores de televisión digital y sostuvo que en la negociación con UPM hay que encontrar “formas de repago” a la inversión que hará el gobierno en infraestructura.
¿En qué etapa está el proceso de instalación de fibra óptica, y hasta dónde se piensa llegar?
Al día de hoy, más de 75% de los hogares tiene conexión a internet, más de la mitad mediante fibra. Eso, unido a la instalación del data center de Antel, que es de clase mundial y ya está siendo utilizado por empresas realmente enormes, configura a Uruguay como un puerto tecnológico interesante para que las empresas se instalen acá. Me parece que eso, junto con otras cuestiones como el Plan Ceibal y el Ibirapitá, y una enorme cantidad de programas dirigidos al estímulo de la robótica, el software y la electrónica, les va dando herramientas a los niños y los jóvenes para tener libertad de elección en el mundo del futuro. Con la fibra óptica, el objetivo es terminar llegando a todos los hogares en este período de gobierno, y seguramente Antel lo pueda hacer.
¿Algunas disposiciones de los Tratados de Libre Comercio (TLC) pueden impactar negativamente en la inversión que ya ha hecho Antel en fibra óptica, por ejemplo, el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE)?
Creo que el planteo que nos tenemos que hacer es que no debe afectar. Lo que hacemos en el ministerio cuando se presenta un caso de TLC o un acuerdo especial es integrarnos a un equipo de trabajo del Poder Ejecutivo y hacer los planteos que creemos que corresponden. Si sabemos que hay un sector industrial que va a ser golpeado por determinada fase del acuerdo, lo expresamos, y ponemos todos los elementos sobre la mesa para que el Ejecutivo resuelva. Lo importante es que se manejen en equipo las cuestiones; el ministerio plantea, por ejemplo: “Tal capítulo no debe estar”, y desaparece un capítulo entero, porque entendemos que afecta. Tenemos que trabajar para sacar lo mejor posible de los acuerdos. En el acuerdo Mercosur-UE estamos trabajando varios temas. Se trabajó muy intensamente en definir los productos. Uruguay trabajó con responsabilidad. Pero no afectaría, en principio. Mi preocupación está más en la relación comercial con los vecinos.
¿Por qué?
Porque los dos vecinos son muy grandes, y la industria se desarrolló gracias al Mercosur, colocó sus productos en el Mercosur, en una modalidad de producción y venta intracompañía. El tema es que si empieza a haber trabas, no necesariamente arancelarias, empezamos a perder competitividad por cuestiones que no tienen nada que ver con el tipo de cambio. Y ahí tenemos unos temas con Argentina sin resolver, y con Brasil.
¿Temas que se arrastran de gobiernos anteriores?
Surgieron con la problemática compleja de Brasil y Argentina. Una es la ley de protección de Argentina para la industria automotriz, que es de 2016, y nos afecta. Creemos que tenemos una propuesta para solucionar ese tema. Y por otro lado, el acuerdo bilateral (sobre autopartes) con Brasil. Brasil venía avisando que los cupos se iban a terminar y quería ir hacia un tema de libre comercio, y de alguna forma logramos un acuerdo que incluía que los cupos se terminaban pero que si Brasil desarrollaba un nuevo programa, como “Innovar auto”, Uruguay iba a ser considerado parte de ese programa. Y también que si había un desequilibrio muy importante en este acuerdo, cualquiera de las partes lo podía denunciar. Nosotros creemos que ese grado de desequilibrio llegó, porque la relación de compraventa con Brasil ahora es de cinco a uno a favor de Brasil. Hemos presentado la iniciativa para que la cláusula gatillo del acuerdo funcione y lo reestudiemos.
¿Van a sentarse a renegociarlo?
Hemos iniciado eso, sí. Lo elevamos al Poder Ejecutivo hace unas semanas. Ahora está en la parte de trámites internos del Poder Ejecutivo y después se comunicará a Brasil.
El presidente Tabaré Vázquez dijo que el acuerdo de inversión con UPM se firmaría en junio, ¿qué está motivando la demora?
Que son buenas negociaciones. Creo que el Poder Ejecutivo está negociando muy bien, estamos trabajando muy bien en equipo, y la empresa es muy grande, la inversión es muy grande, y ellos también negocian muy bien. No es que haya problemas, es que una negociación compleja, si se hace con responsabilidad, no es freír y comer. Ya llegamos a acuerdos de alto nivel, ahora estamos afinando la letra chica. Es una negociación compleja, pero confío en que va a salir bien.
¿La infraestructura es un capítulo que aún no se ha cerrado?
Es uno de los desafíos que tiene el Estado de Uruguay: de esa inversión enorme que la empresa va a hacer –4.000 millones de dólares–, el Estado va a tener que invertir 1.000. Pero es en infraestructura que en algún momento íbamos a tener que hacer, así que yo lo veo con optimismo. No digo que sea fácil, es difícil, pero va a haber que hacerla.
¿Pero el Estado puede comprometerse a hacerla en un acuerdo de inversión con una empresa?
Estamos trabajando en ese compromiso. Hay fórmulas legales para hacer esto, de cruzar conceptualmente garantías, formas de comprometer avances mutuos. No es fácil porque estamos hablando de cosas grandes, y es eso, entre otras cosas, lo que se está tratando.
¿Sería un objetivo a plantear que la empresa pueda amortizar esa inversión del Estado en infraestructura mediante el pago de un canon o impuestos, por ejemplo?
Todos esos elementos están sobre la mesa, esas son las fórmulas de negociación. Nadie va a hacer una inversión para regalarla, entonces siempre hay que encontrar formas de repago. Y otras formas de repago que no son en dinero constante y sonante, pero sí tienen que ver con la dinamización de la economía y con las oportunidades de trabajo en lo local, lo territorial.
Empresas y partidos
¿Cómo pesó la situación de ANCAP en la imagen de las empresas públicas?
El otro día escuchaba un reportaje a José Mujica que decía: “No tirar el bebé con el agua de la bañera”. Creo que el problema de ANCAP no es de un período de gobierno ni de dos. Puede ser que haya ido en acumulación y que haya llegado a un volumen de problema muy grande. Pero hay una tendencia de mejora sostenible en ANCAP. Ahora ANCAP está planteando una reestructura a nivel de las posiciones gerenciales que a mí me parece interesante porque mueve un poco el tablero, focaliza varias líneas de negocio, y da la oportunidad a jóvenes de que se presenten a cargos gerenciales. Habría que pensar por qué no hubo planteos innovadores en los años pasados, y si los hubo, dónde están. Y hay que arreglar el tema del pórtland, hay que arreglarlo. El directorio ha presentado un plan que se propone dejar de perder dinero en 2018: lo tiene que conversar a fondo con los trabajadores y actuar. Hay que cambiar procesos, cambiar gente. Si algo viene mal, creo que no podés seguir haciendo lo mismo. La premisa es no cerrar (las plantas de pórtland) y conservar los puestos de trabajo. Creo que la situación de ANCAP hay que tomarla para revalorizar a las empresas públicas. Son muy importantes las empresas públicas en Uruguay, incluso para dinamizar el sector privado.
Una parte de la oposición ha cuestionado los precios de la nafta, y ha reflotado la idea de liberalizar la importación de combustibles. ¿Qué piensa de esas críticas?
La propuesta de liberalizar no es seria, porque según cómo vengan las curvas, liberalizás un período porque te conviene, supuestamente, y después en el otro no te conviene. En realidad, el negocio del combustible es muy complejo y hay subsidios cruzados. Estamos subsidiando fuertemente el GLP, y nos parece bien, y eso está subsidiado por los precios que tienen los combustibles. Ahora estamos en un esfuerzo de lograr llegar en algún momento a transparentar la paramétrica de precios, es lo que nos gustaría para que la gente pueda saber a qué responden los precios, y para que entienda que si el barril baja hoy, capaz que no se puede trasladar hoy al precio. ANCAP ahora resignó más de 50 millones de dólares de recaudación para bajar 8% el gasoil.
En el suplemento Dínamo de la diaria se mencionó la necesidad de modificar la contabilidad en las empresas públicas en relación a las inversiones, lo que impactaría en el déficit. ¿Está de acuerdo con esa idea?
Estoy. Me parece muy interesante, es algo para estudiar, porque a veces puede estar condicionada una forma de invertir por la legislación y no por la conveniencia para la empresa o para el país. Sería excelente tener un espacio de reflexión.
Participación y unidad
El presidente Tabaré Vázquez dijo que le están haciendo “bullying” al vicepresidente Raúl Sendic. ¿Comparte esas declaraciones?
Vázquez habló muy bien. Estoy de acuerdo con todo lo que dijo el presidente, porque me parece que hizo una profunda defensa de la democracia, del sistema político, de los códigos, separando que una cosa es investigar, que está muy bien, y otra cosa es ensañarse.
¿La situación de Sendic le está haciendo daño al Frente Amplio (FA)?
Depende del FA.
¿De cómo lo procese?
A mí me parece que todas las cosas hay que procesarlas con la mayor apertura y participación posible. Capaz que hay tiempos para eso, pero me parece que cualquier problema... pero bueno, ahora está en el Tribunal de Conducta Política del FA, vamos a esperar que se expida, y yo me voy a quedar con lo que diga el tribunal.
¿Cómo recibió la encuesta de Radar que la ubicaba en un tercer lugar en las preferencias frenteamplistas, después de José Mujica y Daniel Martínez?
Obviamente, esa clase de cosas siempre se sienten como un reconocimiento.
¿Piensa en ser candidata?
A mí lo que me gusta de Uruguay es que somos tres millones de asadores, tres millones de directores técnicos, tres millones de presidentes.
Y vos estás entre los tres millones.
Somos parte de los tres millones.
¿Es de las que dicen “donde mi partido diga, yo voy a estar”?
No sé si digo eso, pero soy una persona de partido.
Vázquez dijo que prefería figuras de renovación, ¿comparte ese criterio?
Lo comparto en un sentido profundo. No es necesariamente cambiar las personas, el cambio tiene que ser permanente en la vida. A veces es cambiar personas, a veces es cambiar lo que uno hace.
¿Y en qué debería cambiar el FA en los próximos años?
A veces creo que las claves del cambio están –parece una contradicción– en no cambiar el origen. En mirar el fondo de ese origen y ver cómo sería la realidad ahora. Y para mí, el fondo de ese origen es un esfuerzo brutal que hizo la izquierda por unirse, que duró muchos años. El FA empezó como una coalición de partidos y como un movimiento, y eso ahora se traduce en la más amplia participación. Ahora, más que nunca, tenemos un montón de elementos tecnológicos para participar y mucha más experiencia acumulada, por haber estado y por estar en el gobierno, y por entender mejor las necesidades de la gente en clave ideológica. Capaz que hay que repensar los comités de base, pero no sacarlos, porque la presencia en el territorio siempre es necesaria. Y discutir con compañerismo, como siempre fue en la izquierda: terribles peleas hasta las tres de la mañana alrededor de la mesa, pero con compañeros, en unidad.
Ley de medios y televisión digital
Cosse afirmó que su cartera espera que “pronto” se reglamente la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (SCA). El ministerio elaboró un proyecto de reglamentación de más de 50 artículos que ahora está a estudio de Presidencia de la República. “Con la reglamentación lo que tratamos de hacer es sortear la complejidad de algunos temas inconstitucionales, y tener en cuenta cuestiones que la ley no tuvo en cuenta. Por ejemplo, que los minutos de publicidad en el interior, desde un punto de vista conceptual, no computan igual que los minutos de publicidad en Montevideo. Si los computáramos igual, estamos declarando la muerte de los medios del interior. Se trata de poner sentido común y reglas claras”, explicó Cosse. Por otra parte, dijo que una vez que esté la reglamentación y no haya “ninguna zona gris”, es “probable” que el gobierno realice un nuevo llamado a operadores de televisión digital. “Hemos tratado de tener mucho cuidado en cumplir todos los procedimientos, porque si no después hay impugnaciones. Queremos ir con pies de plomo, que sea todo muy claro”, afirmó la ministra.