No sólo se redujeron significativamente los accidentes de tránsito “graves y fatales”, como se supo esta semana, sino que la Intendencia de Montevideo (IM) estimó que la campaña llevada a cabo en el primer año de existencia del Centro de Gestión de Movilidad en la zona este del departamento repercutió en la reducción de 21 millones de pesos en términos de combustible, gastos de explotación y tiempos de viaje, y casi 500 toneladas de emisiones de los llamados “gases de efecto invernadero”.

Durante el desarrollo de la llamada “Fase 1” del plan, que tiene como principal objetivo “ordenar el flujo circulatorio” mediante la coordinación de “onda verde”, se instalaron cámaras y radares de velocidad en algunos cruces de Montevideo para controlar infracciones de tránsito y la emisión de multas en función de estos instrumentos como medidas de control.

Los resultados del informe de ingeniería indicaron que “se está logrando una circulación más fluida y homogénea” como consecuencia de la “programación semafórica”, que ocasionó una reducción en el número de paradas y el tiempo en ellas, con menos diferencias relativas de velocidad entre vehículos, lo cual para la IM genera parte del descenso de la siniestralidad, mediante la influencia de un “comportamiento más predecible” de todos los actores del tránsito.

Los cambios en la modalidad de desplazamiento también generaron “beneficios medioambientales y económicos”: de acuerdo a la IM, un ahorro de casi 16 millones de pesos en combustible y gastos de explotación, más de cinco millones en tiempos de viaje, lo que implicó en total unos 21 millones de pesos, y de 459 toneladas de emisiones de dióxido de carbono y 18 de óxido de nitrógeno.

Desde otro punto de vista: el tiempo de paradas, la cantidad y las demoras se redujeron en una cuarta parte, mientras que los tiempos de recorrido lo hicieron en 6% y las emisiones de los llamados “gases de invernadero” por entorpecer los flujos de energía entre el espacio, la atmósfera y la superficie del planeta en 21% en el primer año de implementación del sistema.

Sin embargo, las diferencias según los tramos son importantes. Por ejemplo, mientras que 8 de Octubre y Rivera no presentaron mejoras en ahorro de tiempo —lo que “era esperable dado la complejidad de la configuración y capacidad vial de dichas arterias, sumado a los altos volúmenes de unidades de transporte colectivo que circulan por estas”, explicó la IM—, en la Rambla Sur y Avenida Italia, las disminuciones parciales llegan a valores entre 12% y 13% —el doble del promedio de toda la red gestionada—.

A modo de bajar aun más estos valores a tierra, un ejemplo proporcionado en el informe indica que para un vehículo mediano, que circula todos los días hábiles, desde Buceo-Malvín hasta la Ciudad Vieja durante algunas de las vías gestionadas, trasladando dos ocupantes, ahorró durante el año evaluado y entre idas y vueltas dos tanques completos de combustible y diez horas de viaje por pasajero.

En este sentido, la comuna aprecia que los resultados indicados son para las llamadas horas “punta” de los días hábiles de la semana —es decir, sólo para seis horas al día (tres en la mañana y tres en la tarde)— y de lunes a viernes. Si se consideraran las horas “valle” del día diurno (unas siete horas más), los valores económicos de ahorros serían “aun mayores”.