Desde julio de 2015 la Ley 19.331 estableció la formación de la Secretaría Nacional del Deporte (SND), como órgano desconcentrado dependiente de Presidencia de la República. La SND define las políticas, los objetivos y las estrategias del sector, según se manifiesta en su sitio web. Entre sus principales lineamientos, figura la inclusión de las mujeres en el deporte: hoy representan apenas 6% de los deportistas federados. “Leer esa cifra nos lastima y debería lastimarnos como sociedad”, asegura Daniel Daners.
Arquitecto, ex jugador, entrenador y árbitro de waterpolo, con reciente participación en la final del mundial de la disciplina, Daners trabajó desde 2008 en la Dirección Nacional de Deporte, dependiente del Ministerio de Turismo. Ya en 2015, ocupó, desde la SND, el cargo de gerente nacional del Deporte. Acompañado de un mate, recibió a la diaria en su oficina y conversó acerca de las políticas que se están implementando actualmente en el deporte.
¿Cuál fue el primer objetivo para conformar la SND?
Se buscó recoger una maduración social del deporte como política de Estado. Lo que nosotros evaluamos es que se estaba intentando dar un paso previo —y de hecho así se constituyó la estructura propia de la SND— a la constitución de un Ministerio de Deporte, que entendemos que es la mejor solución institucional. Nos pareció prudente hacer un camino de transición, por más que había consenso social y político de que la constitución de un ministerio era una buena solución. Conformar la SND con autonomía como un órgano no dependiente de otros incisos sino directamente de Presidencia, al igual que los ministerios. La búsqueda fue colocar al deporte en el rango de la política.
¿Se ha conseguido construir una política deportiva como se pretendía?
Hay algunos lugares comunes que a veces son ciertos y otras no. Muchas veces he escuchado decir que no hay una política deportiva y esa es una afirmación que me enoja. Porque parte del desconocimiento o de la negación. Puede haber una política deportiva ineficiente, con la que no estés de acuerdo o que no llegue a resultados. El Frente Amplio asumió el gobierno en 2005 y lo que había de dinero para apoyo a federaciones deportivas eran 200.000 dólares al año. Hoy tenemos tres millones y medio de aportes a federaciones. Se multiplicó por 15 esa dotación. Esas son señales que pueden ser suficientes o insuficientes, y esa es otra discusión, pero hay claramente una decisión de mejora de lo que el Estado estaba destinando al deporte.
Sin embargo, no se alcanzó la creación de una ley del deporte. ¿La SND no tuvo la suficiente injerencia para lograrlo?
Se trabajó en el primer período de Tabaré Vázquez, también en el de José Mujica. Hubo por lo menos dos proyectos de ley del deporte. Hay un dinamismo tan grande dentro del deporte que nos encontramos distintos acercamientos. Podemos hacer una ley muy abarcativa que legisle todo. Eso va a ser una ley que seguramente pueda responder a la realidad de hoy, de corto o mediano plazo, pero va a terminar encorsetando la evolución a largo plazo. Ahí hay una primera definición: ¿cuánto legislamos? Después, otra definición es la de hacer una ley marco, que estructure grandes lineamientos en pocos artículos, y luego de eso, en cada ámbito, se van a ir acomodando las situaciones particulares. Uruguay es muy de legislar y reglamentar y regimentar. A veces hay leyes existentes que lo que tenemos que hacer es adecuarlas. No es cierto que no haya leyes.
Una de las que hay es la ley de promoción del deporte (18.833), que no funcionó como se esperaba...
No hemos logrado que todo el crédito, el espacio fiscal disponible para usar, se utilice. Pero sí la tercera parte, que tampoco es poca cosa. Es cierto que al principio había dificultades. No existía el conocimiento y el know how para hacerla funcionar rápidamente. Lo que sucedió fue que hace 15 o 20 años se cortó todo beneficio de exoneraciones al deporte porque se prestaba para la joda. No estaba habiendo un aporte sino una ilusión y evasión fiscal. Entonces, se cortó ese chorro. Había bastante resistencia, porque luego de ordenar eso y achicar el margen para la evasión, era volver a abrir una ventana para que otra vez se presentara esa oportunidad. A medida que fuimos avanzando, las reglamentaciones mejoraron y este año se presentaron por lo menos 20 proyectos a la Comprode (Comisión de Proyectos Deportivos). Ahí lo que está faltando es el aporte privado de patrocinadores y mecenas. Tenemos los clubes, las federaciones y la SND, pero faltan los privados que aporten. Van a recibir fuertes exoneraciones tributarias. El sponsor hasta 52% y el mecenas hasta 82%. O sea que el aporte termina siendo en buena parte nuevamente del Estado. Ahí lo que puede estar pasando, no lo estoy afirmando sino pensando razones por las que todavía no hemos logrado usar los casi 70 millones de pesos que tenemos por año para destinar a esta ley, es que puede que haya una dificultad nuestra en promover la herramienta y una dificultad de los clubes y federaciones en armar los proyectos. Y otra opción es que no está habiendo interés o no se ha logrado vender en el sector privado la importancia de esta herramienta. No sé cuál pesa más.
Sigue faltando que los deportistas de alto rendimiento puedan cubrir su seguridad social y derechos laborales, como cualquier trabajador. Sólo lo consiguen en los deportes profesionales.
A mí me gustaría que la respuesta se leyera amigablemente. Yo fui deportista muchos años, competí durante 30 años y fui seleccionado nacional durante 25. A veces cuando vemos este tema me posiciono desde mi vivencia. Hay algunos mitos o algunas afirmaciones con las que yo no estoy de acuerdo. Por ejemplo: el sacrificio y los renunciamientos del deportista. Yo no estoy de acuerdo con esa visión. O por lo menos, yo no lo viví así. Yo no me sentía un sacrificado ni que estaba renunciando. Estaba tomando opciones. Esa visión de que están renunciando… nadie te obliga. Uno lo hace porque el ser humano tiene un afán de superación que es ancestral. El objetivo de romper metas, de ganarse, el ser humano es así. Me parece que está bueno cambiar el discurso y la mirada con la que lo vemos. Si me decís que está perdiendo horas de descanso, yo lo que puedo es emocionarme con alguien que tiene esa capacidad de vencer el dolor y romper las barreras del cansancio, que es cierto. Y romper la carga psicológica en los momentos decisivos y asumir responsabilidades para definir partidos. Uno con esas cosas se emociona. Eso sí creo que es destacable. Después, tú me hablás del profesional, sí, pero el profesional tiene que poder ser profesional. Si yo quisiera ser profesional y quiero ser ingeniero aeroespacial, no tendría lugar en Uruguay para hacerlo. No quiero ser antipático. Lo que digo es que el país tiene posibilidades. Lo que tenemos que lograr con el deporte es que se arme ese negocio, que cada deporte se haga sustentable. Y a partir de eso, yo me puedo hacer profesional.
Hay algunos deportistas que son apoyados por la SND y no tienen sus correspondientes aportes a la seguridad social.
Ahí hay aspectos legales. El deportista que esté en esas condiciones tendría que aceptar que su medio de vida es el deporte. Eso es ser profesional. En Uruguay deportes profesionales hay tres o cuatro. Fútbol, básquetbol, ciclismo, boxeo y ta. Lo que pasa es que no está bueno que ser profesional o no profesional vaya en desmedro o demérito del deportista. Uno puede entrenarse como un profesional y no serlo. Sentirse profesional aunque no viva de eso. Yo creo que los deportistas se dedican y entrenan como profesionales sin serlo. Hay dos dimensiones distintas. Una es cómo encaran la actividad y otra es cómo la actividad es formal o legalmente constituida. Esa diferencia está bueno que la reconozcamos. Nosotros sabemos que se dedican como tales. Después está la posibilidad que tiene el país y si es el país el que debe asumir esa responsabilidad. ¿Es un cometido del país sostener el deporte profesional o debe ser un negocio privado y autosostenible? Yo creo que el deporte profesional no es del Estado. Nadie les impide a esos deportistas crear una unipersonal. Lo que se los impide hoy es la realidad. Hoy no tienen un mercado para vender eso. Los deportes no han logrado armar su negocio de manera que sea rentable. En la medida en que no sea rentable y no sea sostenible, yo no me puedo jugar a eso.
¿Cuál es la política para consolidar a los deportistas en el profesionalismo?
Nosotros hicimos un plan Nacional Integrado de Deporte que empezamos a elaborar en 2009 y terminamos en 2011. El primero en la historia. Nunca antes hubo un plan estratégico de deporte en el país. Creo que logramos un producto que tiene líneas de trabajo bastante aceptadas. Una de ellas es el fortalecimiento de las federaciones y de su capacidad de gestión. Federaciones que no se gestionen profesionalmente no van a poder hacer un deporte profesional. Ahora financiado por la Secretaría, sin costo para ellas, está habiendo un curso de gestión al que están mandando por lo menos dos dirigentes cada una. Nuestra vinculación con el movimiento deportivo es a través de las federaciones, no de los clubes. Entonces tenemos que favorecer su consolidación institucional, los modelos de gestión. ¿Por qué los deportistas no pueden ser profesionales? Porque no tienen a quien venderle sus servicios. Salgamos del deportista. Cuál es la manera de ser profesional en la vida: vender la fuerza de trabajo y encontrar a alguien que lo contrate. Para que eso suceda tiene que haber un mercado que lo reciba y tener un retorno. Estar en un negocio que funcione. Nosotros creemos que hay que caminar hacia eso, a que el deporte encuentre las herramientas, los modelos de gestión que lo hagan sostenible. Hay deportes en Uruguay que lo son. Mal o bien, mejor o peor. El fútbol lo que es. Si tiene problemas es porque capaz no se gestiona adecuadamente el dinero que genera. El básquetbol tiene clubes sólidos y otros que no. ¿Es un problema del deporte o de cómo se gestiona? Es un problema de cómo se está gestionando. Por más que nos encontramos con federaciones que tienen mucho mérito. Sabemos que el dirigente deportivo hace renunciamientos, es honorario y está dándole su tiempo a la actividad.
¿Tiene la SND objetivos en cuanto a resultados deportivos?
Sí. El objetivo de la SND es que el deporte de competencia mejore. Nosotros evaluamos que estamos en un momento de crecimiento en cantidad y calidad de deportistas de alta competencia. Dolores Moreira, Santiago Urrutia, el básquetbol, el atletismo, la natación, el fútbol, el handball, el hockey, el rugby. Todos salen y son competitivos. Ejemplos de crecimiento en calidad. Todas esas mejoras del deporte uruguayo hoy hacen que no esté en el mismo lugar que hace 15 años. Eso no es una casualidad. Pero los uruguayos debemos medirnos a nivel regional, porque no en todos los deportes podemos ser competitivos a nivel mundial.
Los Juegos Odesur 2018 van a ser una posibilidad de medir eso. Los pasados fueron un mínimo histórico en cuanto a resultados.
Fue una mala experiencia. Ahí hay una discusión que está planteada: ¿es el medallero una medida?
Si me decís que nos tenemos que mirar a nivel regional, el medallero de Odesur me parece una medida válida.
Es relativo. Yo te lo planteo así. Creo que el medallero es mentiroso para una evaluación. Uruguay va a unos juegos olímpicos y sale cuarto en todas las disciplinas. En el medallero queda último y en realidad es una potencia deportiva. El medallero es un parámetro y lo que vende es la medalla. Nosotros como SND no podemos encandilarnos con eso. Puede aparecer un Michael Phelps que consigue diez medallas y te gana el medallero, pero eso no es un deporte potente, es un deportista. Nosotros tenemos que medir tendencias, por eso te hablaba de todos esos deportes que no llegan a medallas pero marcan una evolución. Y el desarrollo es en rendimiento pero también en la inclusión nacional. Por ejemplo, que exista sólo 6% de inclusión femenina entre deportistas federados es una afrenta para un gobierno que pretende un desarrollo democrático del deporte. Solamente 6% de los deportistas federados son mujeres. Leer esa cifra nos lastima y debería lastimarnos como sociedad. Y eso marca una de las metas fuertes del desarrollo. Nosotros a las federaciones les estamos dando un apoyo que nunca hubo, ¿y pedimos como contrapartida resultados? No. Los resultados son una consecuencia. No caemos en la medalla, porque la medalla nos encanta, todos queremos ganar, pero tenemos que tener una mirada más estratégica y pensar hacia dónde vamos. Hacia dónde va la inclusión de la mujer en el deporte, si están siendo democráticos, si están desarrollando ligas nacionales, si están desarrollando ligas regionales que permitan competir. Esas son miradas gruesas que estamos teniendo y eso también derrama en el deporte de competencia.