Into the Breach es el segundo juego desarrollado por Subset Games, compañía que tiene en sus vitrinas el haber creado otro juego del mismo género con un éxito superlativo: Faster Than Light (FTL). Con ese espíritu, los de Subset nos traen una obra a la altura, con estilo pixel art minimalista, una dificultad que puede perjudicar a los impacientes y un giro al estilo clásico de la estrategia digno de un podio en los indies del año.

El destino parece escrito: la Tierra tiene que caer. Una raza alienígena llamada vek se come todo a su paso y la especie humana sólo perdura en cuatro pequeñas islas, los últimos frágiles bastiones a defender. En eso aparecen unos –contados con los dedos– robots gigantes al estilo mecha que deben detener lo que es inminente. Con una narrativa que mezcla el bucle temporal de Al filo del mañana (Tom Cruise, 2014) con los robots gigantes de Titanes del Pacífico (Guillermo del Toro, 2013, con una secuela que estrenó hace semanas), estos viajeros del tiempo enfrentarán lo inevitable una y otra vez hasta lograr erradicar el núcleo que crea los monstruos.

En este contexto, tomamos el papel de tres pilotos que, con sus respectivos robots, representan la única defensa de los seres humanos. Fiel a lo que se cuenta, Into the Breach es un juego de estrategia que va mucho más allá de defender y reaccionar, que de atacar y sorprender. Es que hay un plot twist de mecánicas y se resume fácilmente: los enemigos nos anuncian los movimientos que harán a continuación. Parecería que tamaña actitud es una ventaja, pero alcanza con unas horas para darnos cuenta de que en realidad genera desesperación. Cada turno parece un imposible; las ciudades están comprometidas, los puntos estratégicos bajo ataque y los mechas por explotar, pero sólo tenemos tres movimientos para apagar esa emergencia, a la espera de que la próxima surja al tocar “terminar turno”. Acá tampoco nos salva la suerte, porque no existen porcentajes ni golpes críticos: todos los golpes tanto ajenos como propios son certeros, lo que significa que si nos equivocamos es porque no fuimos buenos estrategas.

Into the Breach es un juego de posicionamiento, con un mapa cuadriculado de 8 x 8 en el que no vale eso de “pieza tocada, pieza jugada” del ajedrez, sino que podemos ir tanteando nuestros movimientos antes de ejecutarlos. No hace falta aclarar que perder es empezar el juego desde el principio, sólo contando con el piloto escogido para abrir la brecha temporal e iniciar nuevamente la odisea. Por ende, toda esta presión resulta una satisfacción inmensa cada vez que apagamos un incendio que creíamos que sería el último.

El juego es relativamente corto: alcanzaría con cinco horas para ver el desenlace, y sin embargo te invita a que lo repitas. Esto se debe esencialmente a sus elementos de RPG, como conseguir mechas nuevos, aumentar de nivel a los pilotos, darles nuevas armas y habilidades, etcétera. Ello, sumado al aspecto procedural de los mapas –es decir, creados mediante algoritmos–, crea una variedad de estrategias infinitas para encarar el desafío que supone este título. En un género que ya transitó su era dorada, Into the Breach es un título que viene a revitalizar el mundo de los juegos de estrategia.