Entre las muchas consecuencias que tuvo el estreno de Tiburón allá por 1975 –empezando por un completo cambio de paradigma en el cine todo–, una de ellas fue la creación del subgénero de “monstruos marinos”.

Así, casi inmediatamente después de la aparición de la película de Steven Spielberg, tuvimos ataques regulares de cuanto bicho marino pudiera entrañar peligro para la raza humana, incluyendo pirañas, orcas asesinas, calamares gigantes y, obviamente ya que no se precisa demasiada imaginación, cocodrilos.

Estos reptiles han gozado de especial popularidad dentro del nicho y los hemos tenido tanto en grandes clásicos del cine B –la inolvidable película italiana Il fiume del grande caimano (Sergio Martino, 1979) o la espantosa Alligator (Lewis Teague, 1980)– como en acercamientos mainstream con buena producción, como la comedia Lake Placid (Steve Miner, 1999) o la australiana Rogue (Greg McLean, 2007).

Luego hay parodias del género muy populares en nuestros días –luego del inexplicable éxito de Sharknado– que incluyen cosas como Dinocroc, Supergator o Mega Shark vs. Crocosaurus, por lo que hoy en día es difícil saber qué esperar cuando alguien nos cuenta que “se estrenó una nueva de cocodrilos”. Es el caso de Crawl (o Infierno en la tormenta, como se estrenó por acá).

El segundo punto en cuestión es su director, el galo Alexande Aja. Mascarón de proa de la nueva ola de cineastas franceses en el género de horror –con su gran éxito, la sobrevaloradísima Haute Tension–, su salto a Estados Unidos ha tenido sus altas y bajas. Su remake de Las colinas tienen ojos es muy decente, así como pasable su thriller Mirrors (con Kiefer Sutherland), pero su anterior producto “de monstruos” –Piranha 3D– ya tenía serios problemas (o era una parodia mediocre, en el mejor de los casos) y sus películas posteriores –Horns y The 9th Life of Louis Drax– fueron muy poco vistas.

Sin embargo, para bien o para mal, hay muy poca identidad del director presente en la película que hoy nos ocupa y estamos ante un tenso thriller de supervivencia que, aunque no inventa la pólvora, no decae en ningún momento.

La cosa arranca con Haley (Kaya Scodelario), una nadadora de la Universidad de Florida que en plena alerta por la llegada de un huracán a la costa comienza a preocuparse por su padre (Barry Pepper) del que no sabe nada desde hace demasiado. Contraviniendo todos los consejos y la evacuación en marcha, viaja hasta la antigua casa familiar sólo para encontrarse con papá herido y desmayado en el sótano. Y antes de que pueda cantar “se va el caimán, se va el caimán”, va a encontrarse atrapada en dicho sótano en compañía de enormes cocodrilos.

Así quedan repartidas las cartas rápidamente y la película no aportará demasiada variedad –básicamente, son padre e hija tratando de sobrevivir a los reptiles y al huracán que crece en intensidad– pero sí en potencia. Las situaciones están bien resueltas, la tensión aumenta y se torna imposible no mirar la película desde el borde del asiento.

Aunque no hay salidas espectaculares de libreto –como indican las reglas del género, los cocodrilos devorarán con extrema facilidad a cualquier secundario que se les cruce, pero los protagonistas se les van a escapar una y otra vez–, sí hay buena mano en la ejecución, unas gotitas de gore y un par de buenas actuaciones en Scodelario y Pepper (que logran que dos personajes bastante planos sean interesantes).

El resultado es un disfrutable film de terror, acción y aventura, sobre todo para los que gustamos de las amenazas que avanzan apenas detectadas por debajo del agua.

Funciones para hoy sábado: Movie Montevideo: 20.25, 22.35, 01.15. Movie Nuevocentro: 22.20, 01.00. Movie Portones: 00.50. Movie Punta Carretas: 00.40. Todas dobladas al español (no hay funciones en inglés con subtítulos).