Como quien no quiere la cosa, Alejandro Spuntone –ex vocalista de La Trampa– y Guzmán Mendaro –ex guitarrista de Hereford– dieron su primer show como dúo hace casi una década, el 2 de noviembre de 2010, tocando versiones acústicas y minimalistas de rock nacional. Desde aquel debut pasaron varios discos por arriba de las bateas: Estado natural (2013), El refugio (2015) y En vivo en el Teatro Solís (2016). Su último álbum, Equilibrio (2019), marcó un quiebre con respecto a lo anterior, ya que fue grabado en estudio, con banda, en plan rock-pop, y de las 12 canciones incluidas, siete son composiciones propias del dúo –del resto, cuatro fueron cultivadas por otros autores, y la que resta es una versión–.

Hoy a las 20.30 en la Sala del Museo (Rambla 25 de Agosto y Maciel), Spuntone y Mendaro se presentarán con la banda que grabó Equilibrio (las entradas se venden por Abitab y van desde $ 450 a $ 650).

“Fue un paso más en mi relación con Guzmán dentro de la música. Lo de las versiones estaba bien, pero teníamos ganas de hacer otras cosas, componer y largarnos en un viaje al que no estábamos acostumbrados. Si bien Guzmán había trabajo en composición, yo había hecho pocas cosas”, cuenta Spuntone. Además, el cantante confiesa que escribir canciones que le parezcan buenas y “dignas de mostrarlas” le resultó “un huevo”, sobre todo porque intentó componer temas sobre cosas que siente o le pasaron, y no “una canción boluda, con frases cursis”, que quizá “la podemos hacer todos”. Para rematar el grado de dificultad, Spuntone subraya que venía de integrar dos proyectos con compositores que son “claves en la música uruguaya”, como Garo Arakelian (La Trampa) y Víctor Nattero, el guitarrista de Traidores, que fue su compañero en El Resto de Nosotros. “No porque querer igualarnos ni nada, pero por cosas que aprendí leyendo y viendo, que hacen que después cualquier cosa me pueda parecer una chotada. Tengo la vara alta”, dice el cantante.

“¿Vos qué hacés para cambiar / si tu verdad sólo es virtual? / Consumís y repetís / el medio que más elegís. / La realidad está más allá / del asiento que ocupás”, canta Spuntone en “Indignauta”, una de las canciones con letra de su autoría, inspirada en su experiencia en las redes sociales, que como las agarró “de viejo”, durante un tiempo no supo cómo manejarlas. “Leyendo las redes te imaginás que salís y están todas las calles cortadas con gomas quemadas; sin embargo, afuera no pasa nada. Hay una voz de queja pero poca acción afuera”, reflexiona. Por eso, otra estrofa de la canción dice: “El tercer mundo te encontró / mirando ese monitor. / Con tanta cosa para hacer, / menos odio y más acción. / No es fácil empatizar / pero qué bueno es intentar”.

En cuanto a la música, siempre dentro del rock-pop, el dúo y la banda juguetearon con otros estilos, como lo muestran los aires country de “Te sigo buscando”, la que abre el disco, y también “El fuego me espera”. Además, hay algún tema acústico en plan balada folk, como “El consejo que me doy”. Spuntone dice que los distintos sonidos no los buscaron sino que son los que pedía cada canción, por eso el disco no tiene una búsqueda sonora conceptual. No obstante, el cantante subraya que tiene “un sonido particular” simplemente por su manera de cantar y la forma de tocar la guitarra de Mendaro: “Es la de siempre”.

La única versión del disco es “Santa Lucía”, original de Roque Narvaja, que la venían tocando desde hace dos años, en una parte de los shows dedicadas a canciones que marcaron al dúo por el lado más afectivo, de cuando eran chicos y las escuchaban en la radio. “Norwegian Wood”, de The Beatles, era la elegida de Mendaro, y “Santa Lucía”, la de Spuntone. “Dame una cita, vamos al parque. / Entra en mi vida, sin anunciarte. / Abre las puertas, cierras los ojos. / Vamos a vernos, poquito a poco. / Dame tus manos, siente las mías. / Como dos ciegos, Santa Lucía, Santa Lucía”.

“Ver los cuadros perder su brillo / en un cuarto lleno de recuerdos / es ver retazos de una vida que no está, / tiempos vividos de amarga felicidad”, dice la primera estrofa de “Los dos caminos”, que versa sobre una ruptura, y, teniendo en cuenta que la escribió Spuntone, se podría pensar que fue inspirada por el fin de La Trampa. El cantante deja la puerta abierta, dice que “puede ser” pero que también cabe que se trate de “una relación”. “Pero sin intentar echarle la culpa a nadie. Hay que seguir, sabiendo que se puede haber actuado bien o mal pero que hay que mirar para delante. Como en toda relación que se rompe, hay una cuestión de nostalgia, por algo que uno pensaba que era y no es. También es como un duelo, pero no hay rencor ninguno ni se lavan culpas”, subraya el cantante. “¿Cómo es que no me di cuenta? / ¿Cómo lo dejé pasar? / La historia nunca fue nuestra, / el tiempo la escribirá”, sentencia Spuntone en el estribillo.