Cuatro años después de que el teatro El Galpón reabriera su escuela de formación, la institución le propuso a sus estudiantes que, como proyecto de egreso, tuvieran una experiencia de laboratorio, creación y montaje que abarcara todos los roles vinculados a un espectáculo (actuación, dramaturgia, dirección, producción, rubros técnicos).

En esta temporada, se presentarán dos propuestas que surgieron de este proceso de búsqueda: La travesía involuntaria, un espectáculo inspirado en la vida y obra de Mario Levrero, que se estrena hoy, y Mujeres. El pretencioso aroma de las flores de plástico, que se presentará en febrero.

Con guiños a la novela policial y a cuadros musicales, La travesía involuntaria, dice el actor y dramaturgo Marcos Acuña, “logra un gran equilibrio entre el humor acérrimo” y algunas de las “cuestiones más profundas del ser humano”, a partir de la constante búsqueda de identidad. El director, Vladimir Bondiuk, agrega que, más allá de estas apuestas, se trata de una buena oportunidad para acercarse al mundo levreriano.

Desde adentro

Después de una exhaustiva investigación de su narrativa y poética, de entrevistas y anécdotas, cuenta Acuña, asumieron el desafío de un proceso colectivo que indagara en su obra y en el mito que, con la complicidad de críticos y lectores, se fue construyendo en torno a la figura de Levrero.

El dramaturgo recuerda que durante esta etapa conversaron con el actor galponero Luis Fourcade, que fue alumno del taller de escritura creativa de Levrero en 2004. “Charlando sobre sus experiencias en el taller, nos contó una anécdota relatada por el mismo Levrero, en la que recordaba un momento que había sido crucial en su vida: una tarde, después de meses de estar sin trabajar, le llegó una gran oportunidad laboral, pero implicaba tanto tiempo que hubiera tenido que abandonar su actividad como escritor. Contaba que, cuando llegó a la oficina en la que debía comenzar a trabajar, se encontró con un edificio de largas escaleras, y, antes de entrar, pensó: ‘Si subo estas escaleras voy a conseguir un empleo y transformarme en un funcionario, pero estaré renunciando a ser escritor’. Así que se dio media vuelta y volvió a su casa. Para nosotros, que somos artistas recién egresados, esta forma de vivir el arte, esta decisión de jugarse todo por su pasión, es muy inspiradora”. En ese momento, la anécdota se convirtió en la premisa necesaria para comenzar a escribir la obra.

Escritor personaje

Siguiendo la línea de algunos especialistas en su obra, que proponen organizarla en tres etapas, el grupo seleccionó textos claves de cada una. A su entender, toda la ficción levreriana está signada por la dinámica del adentro y afuera, de lo onírico y la vigilia, lo consciente e inconsciente, la carencia y la búsqueda. Sobre todo, al tener en cuenta obras claves como El lugar o La novela luminosa, que fueron los pilares de este proceso, junto con “la desopilante y divertida sátira detectivesca” Nick Carter se divierte mientras el lector es asesinado y yo agonizo, “en la que Levrero hace gala del humor que lo caracteriza”, y que ellos decidieron trasladar a la puesta.

También trabajaron con Caza de conejos y “la simbología que ha adquirido la imagen de las conejas en la literatura universal”, que, en el transcurso de esta travesía, ofician como guías de un misterioso escritor.

Bondiuk cuenta que, hace unos años, al ver un documental sobre la vida de Levrero, confirmó que el autor de La ciudad era un gran personaje para una obra de teatro. Pero que, durante el proceso, tanto Fourcade como la investigadora Helena Corbellini les revelaron al “Levrero humano”, “desvaneciendo al personaje” que ellos habían creado en su imaginario. Y que luego, en diálogo con su obra, adaptaron a este espectáculo.

La travesía involuntaria. Dramaturgia: Marcos Acuña. Dirección: Vladimir Bondiuk Petruk. Elenco: Marcos Acuña, Lucil Cáceres, Rodrigo Tomé, Camila Cayota, Soledad Lacassy, Clara Méndez. Teatro El Galpón. Sábados, 21.00. Domingos, 19.30.