Como cursé un tiempito la carrera de Ciencias Políticas y no la terminé, puedo hablar. Sobre todo porque no seguí ni egresé. Es sabido que el desconocimiento es la mayor fuente de opinión, de modo que me siento respaldado por mi ignorancia para proferir algunas cosas sobre las elecciones municipales.

Notoriamente, la mayor parte de las intendencias del país serán gobernadas a partir de ahora por el Partido Nacional (PN), que ganó en lugares que estaban gobernados por el Frente Amplio (FA). Hay departamentos donde siempre ganan los blancos y otros donde el antiguo predominio colorado se pasó al Frente en las últimas décadas. Cualquier persona pragmática con intenciones de llegar a la intendencia tendría que ser frentista en Montevideo o Canelones, colorado en Rivera, blanco en muchos departamentos y en algunos otros tendría que ir viendo.

Una lectura que están haciendo tras estas elecciones es que el PN ganó territorio, lo cual no es raro. Cuando el FA ganó por primera vez a nivel nacional, se dieron fenómenos como que ese mismo partido ganara en Treinta y Tres, en un hecho que sorprendió incluso a los propios vencedores. De modo que no es extraño que haya cierta alineación con lo nacional, por los factores que sea y que ahora no me están interesando.

Otra lectura que vi, que me pareció interesante, es que las circunscripciones electorales más pobladas y urbanizadas –Canelones y Montevideo– tendrán otra vez gobiernos del FA, por lo cual posiblemente más de la mitad de la población del país vivirá en departamentos gobernados por ese partido. Claro está, esto no considera el total de los votos emitidos para votar gobiernos departamentales. Es un razonamiento que no vi, pero me parecería interesante sumar los totales de votos emitidos para cada partido, ¿de qué partido habría más votos? Mi hipótesis es que podría haber más votos hacia los blancos. En ese caso, los nacionalistas podrían sacar pecho.

Y me seguí haciendo preguntas. A saber: ¿qué pasaría si se distribuyera gran parte de la población montevideana en el interior? ¿Aumentaría la representación frentista en los departamentos que recibieran esa descentralización poblacional o esa gente se volvería blanca al influjo de las costumbres y el aire de sus nuevos departamentos? ¿Convencerían estos inmigrantes capitalinos frentistas a la gente que los recibiera de las bondades del frenteamplismo? ¿Serían convencidos de emblanquecerse huesobagualescamente? Otro escenario posible sería que de pronto aceleráramos el proceso de migración del campo a la ciudad y todos los que vivimos en el interior dejáramos nuestros departamentos –campos, pueblos y capitales departamentales– y nos fuéramos a vivir a Montevideo. Un país cien por ciento urbano, una linda utopía, como ha sido casi siempre el campeonato uruguayo de fútbol. ¿El país se volvería de pronto establemente frenteamplista al influjo de las costumbres urbanas? ¿O la masa de canarios sería tal que podría dar el batacazo y un día el PN ganaría la intendencia capitalina?