Un procedimiento de registro de documentación en Malvín Norte terminó con efectivos policiales disparando armas con munición letal. En el operativo participaron la Guardia Republicana, su Grupo Especial de Operaciones (GEO) y el Grupo de Reserva Táctica de la Jefatura de Montevideo. Hubo otros operativos de saturación en la zona.

En un video que se hizo viral se puede ver a dos efectivos policiales que disparan armas de fuego en medio de una zona poblada de Malvín Norte. Se explicó que esa fue la respuesta ante las pedradas de los vecinos. También se observa cómo reculan, el operativo se desmonta y se retiran del lugar.

Jorge Larrañaga, ministro del Interior, dijo que “son delincuentes los que tiran piedras”.

Según la ley de procedimiento policial, “en toda circunstancia, el personal policial debe actuar de forma tal que, racionalmente, evite generar un daño mayor al que pretende impedir”.

El Ministerio del Interior no informó sobre móviles dañados, impactos de bala en vehículos o policías heridos en el operativo. Tampoco ha comunicado sobre el registro de las cámaras personales que los policías portan en el pecho en cada operativo para que luego se pueda ver el registro de las agresiones que motivaron su respuesta.

Para el uso de armas de fuego rigen determinadas normas de seguridad. Una de ellas dice que para hacer un disparo se debe estar seguro del blanco al que se le va a tirar, sabiendo además qué hay por delante, por detrás y por los costados de ese blanco al que se le tira.

Juan Faroppa, integrante de la Institución Nacional de Derechos Humanos, explicó cómo debe ser el procedimiento policial en general; no quiso referirse al caso de Malvín Norte en particular porque la institución recién recibió toda la información y aún la está analizando. Dijo que “antes de que se modifique la normativa [con la ley de urgente consideración], de acuerdo con la ley de procedimiento policial la respuesta de la Policía debe ser proporcional. Si me tira una piedra no le puedo tirar un balazo”.

Explicó también que la Policía tiene que responder dentro de los procedimientos de actuación. “Muchas veces tiene que responder retirándose del lugar para evitar un mal mayor. En una vieja cultura policial se puede entender como cobardía el retiro, pero se trata de reagruparse para evitar la situación de riesgo”, explicó.

Según Faroppa, “objetivamente, con base en las normas, la Policía puede reaccionar de acuerdo al nivel de agresión que está recibiendo. Es un tema de proporcionalidad”. “Si le tiro una piedra a un policía o lo escupo y el policía me pega un tiro hay un uso ilegítimo de defensa, porque es un uso irracional y desproporcionado de la fuerza”, agregó.

Dijo también que “el Estado puede usar la fuerza letal cuando una persona está amenazando seriamente la vida de otra persona. Eso no lo discute nadie”. También explicó que “las normas sobre legítima defensa son sumamente complicadas y generan a los jueces dificultades para decidir” al respecto.

La Policía Nacional tiene dos competencias: mantenimiento del orden público y asistencia a la Justicia. “Evidentemente, la función de la Policía dentro del aparato del Estado es, cuando se produce una violación de las normas, proceder a detener a los responsables y someterlos a la Justicia”, señaló.

La voz de la gente de la zona

Los vecinos de La Bombonera de Malvín Norte emitieron un comunicado en el que relatan los hechos. Cuentan que estaban en una olla popular cuando empezaron los enfrentamientos entre la Guardia Republicana y personas de la zona. “Proyectiles y piedras fueron intercambiados durante un tiempo prolongado. Desconocemos quién comenzó las provocaciones”, expresan.

A los dos días hubo otro episodio. “Misma situación, no tan prolongada. Alrededor de las 18.30, cuando los niños terminaban de tomar la merienda compartida en la esquina de Menorca y Calle 2, la Guardia Republicana, acompañada de la Policía Nacional, regresa al barrio”. Los vecinos denuncian que “un efectivo de la Republicana se dirige a un vecino que transitaba por la plaza central del asentamiento diciéndole ‘¿qué mirás, mugriento de mierda?’”. “Mugriento sos vos, gil”, dicen que le respondió, y según su relato ese fue “el detonante de todo lo que aconteció luego”.

“Los policías se bajan del vehículo y sin mediar palabra comenzaron a golpear brutalmente con la cachiporra en primera instancia y con proyectiles de escopeta calibre 12/70 mm con perdigones de goma. Enseguida, corren a su auxilio jóvenes y familiares que estaban jugando fútbol en una cancha próxima al suceso. Estos son también brutalmente atacados y se refugian en una casa próxima. Las piedras son las únicas defensas contra el arsenal del cordón policial atrincherado frente al domicilio, en el cual se encontraban”. En la casa había personas de todas las edades: bebés, niñas, niños, una mujer embarazada, otros jóvenes y una señora mayor.

“La Policía dispara frontalmente hacia adentro del domicilio (como atestiguan claramente los videos)”, afirman. Más tarde, “la Guardia Republicana regresa con refuerzos y en los videos se puede apreciar nítidamente los repetidos disparos con pistolas automáticas”. Según vecinos de esa zona, “apenas caían los cartuchos y casquillos al suelo, los efectivos policiales los recogían y guardaban”.

Al día siguiente, en el momento en que se preparaba la olla popular, llegaron la Guardia Republicana y el grupo GEO. “Esta vez con una estructura exageradamente mayor y con una presencia realmente atemorizante. Tanquetas camufladas, camiones blindados, furgones, camionetas, autos, motos y hasta un helicóptero sobrevolando la zona”, explican. Y agregan que el barrio quedó bloqueado por varias horas. “Nadie entra ni sale. Varios vecinos que llegaban de su trabajo son aleatoriamente detenidos, golpeados y rociados con gas pimienta”, agregan, y aclaran que no hubo piedras ni disparos.

Eduardo Yeye Correa, concejal municipal de la zona, se reunió con la comisión Malvín Norte se Mueve, que nuclea a diversos actores sociales e institucionales del barrio. En principio el encuentro se convocó para coordinar la entrega de canastas de la Intendencia de Montevideo y el municipio, y también para apoyar la organización de las ollas populares y los centros de acopio de materiales.

En esa reunión, uno de los integrantes de la olla popular de La Bombonera contó que cuando iba hacia el lugar donde se preparaba esa comida “un oficial de la Guardia Republicana los paró y les dijo que las ollas no estaban autorizadas”. También contó que un familiar suyo había sido herido.

El concejal le pidió al alcalde del municipio que se comunicara con el Ministerio del Interior para recibir más información y manifestar su preocupación.

Joaquín Berriel, integrante de la olla popular de La Bombonera, contó a la diaria que se tomaron varias acciones: una denuncia pública a través de las redes sociales y una denuncia en la Institución Nacional de Derechos Humanos. Para Berriel “el uso desproporcionado de la fuerza es un hecho, no sólo por lo que dicen los vecinos, lo que se ve en los videos y las fotos que demuestran el daño en los cuerpos de los vecinos”. Dice que los riesgos de esta situación “son claros”, y agrega: “Tememos realmente que la violencia vaya in crescendo y que se cobre víctimas fatales de nuestro barrio, por eso decidimos salir a denunciar”.

También expresó que tienen miedo de hacer una denuncia policial o judicial: “Es el mismo sistema, que incluye a la misma Guardia, que nos reprime duramente y nos amenaza a diario”. Si se valora que hay una violación a la ley de procedimiento policial, la Fiscalía podría actuar de oficio.