El viernes 24 de julio Daniel Viglietti, fallecido en 2017, habría cumplido 81 años. El aniversario fue recordado a lo largo de la jornada y también durante el fin de semana. En la noche del sábado 25, el periodista Nelson Díaz, que actualmente conduce un programa en la emisora estatal Radio Uruguay, acusó al músico, en su muro de Facebook, de “violar menores”.

En la misma red social, la denuncia de Díaz recibió el respaldo de una sobrina de Viglietti que es hija de Cédar Viglietti Ledesma, hermano del músico por parte de padre. De acuerdo a ella, cuando su tío tenía 27 años habría abusado de una familiar de diez años, lo que habría sido ocultado por una parte de la familia.

El domingo 26 la discusión desatada en el muro de Díaz fue recogida por el diario El País y luego por otros medios. También Cédar Viglietti Ledesma escribió en apoyo de lo afirmado por su hija: “Solamente digo que siempre —como lo he hecho— condenaré al violador y preservaré a la víctima. Ya fue dicho lo que tenía que ser dicho”.

El periodista Leonardo Haberkorn recordó en sus redes sociales que Cédar Viglietti había publicado acusaciones similares cuando falleció su hermano por vía paterna, en 2017, aunque sin nombrarlo. “Muchos uruguayos se sorprenderían de un secreto que ha protegido a un abusador en mi familia. Lamentablemente todos lo ocultan para salvar el apellido (hasta la víctima lo hace) y si lo denuncio me acusarían de mentiroso”, había escrito entonces Cédar en Facebook.

El miércoles, Silvia Viglietti Ledesma, hermana menor de Cédar y hermana por parte de padre de Daniel, dirigió un breve comunicado a El País, el medio que había difundido el posteo de Díaz desde TV Show. “La acusación que se ha difundido, que me tiene como protagonista y alude a mi familia, no se corresponde con la realidad. Dicho esto, pido que se guarde respeto por mi persona y por mi familia. Es lo único que voy a expresar al respecto”. También Cédar Viglietti Ledesma y su hija guardaron silencio después de la difusión de este comunicado.

Daniel Viglietti, nacido en 1939, era hijo del primer matrimonio del coronel del Ejército y guitarrista Cédar Viglietti, quien se casó en segundas nupcias con María Ledesma. De ese segundo matrimonio nacieron el también guitarrista Cédar Viglietti Ledesma, en 1951, y Silvia Viglietti Ledesma, en 1956.

Otras repercusiones

El tema despertó múltiples reacciones de figuras públicas y organizaciones sociales. Asimismo, la militancia del músico en causas de izquierda suscitó comentarios desde el ámbito político. De hecho, la diputada frenteamplista Verónica Mato fue una de las personas que debatió en el muro de Facebook de Nelson Díaz.

El martes, tras haber reproducido una nota de El País sobre el comunicado de Silvia Viglietti, la Intersocial Feminista se pronunció en redes sociales. “A partir de que difundimos esta nota se han abierto una cantidad de comentarios que no tienen que ver con nuestra posición sobre abuso sexual ni con lo que hemos venido difundiendo de este caso. Cosa que pueden ver en nuestras redes con facilidad. Así como difundimos la denuncia sostenida por Cédar Viglietti y su hija, ahora difundimos lo que dice Silvia Viglietti, porque no acostumbramos a callar a las víctimas. Y sobre todo nos parece importante su pedido de terminar con esta discusión en redes sociales de esta forma tan poco comprensiva con un problema tan complejo y tan negado como es la violencia sexual, que no tiene ideología ni partido político. Si quieren debatir sobre el tema estamos abiertas a hacerlo, pero ya sin personalizar en este caso”, decía.

Por su parte, la Red de Psicólogas Feministas publicó en Twitter: “En referencia al caso de abuso sexual que involucra al cantautor Daniel Viglietti: repudiamos todo acto de violencia sexual, sin importar quién sea el abusador. Ponemos voz al silencio y al miedo de las víctimas y al entorno que no pudo/supo cuidarla”. El grupo también recordó que “reducir la figura del abusador sexual a una ideología, profesión o clase social es simplificar la gravedad del abuso. La violencia sexual puede estar en cualquier ámbito y contexto”.

En una línea parecida, Gastón Grisoni, de Crysol, la organización que nuclea a ex presos políticos, escribió: “Sin denuncia, sin denunciante, sin evidencias, sin pruebas, por un hecho supuestamente ocurrido hace 54 años, a casi tres años de fallecido, se acusa a Daniel Viglietti de haber cometido un crimen atroz y repudiable. Hacerlo, sin pruebas, sin evidencias, es una auténtica canallada, una operación mediática de enchastre. La supuesta sobrina en quien se apoya Nelson Díaz, afirma, incluso, que la supuesta violación ocurrió cuando ella no había nacido, varios años antes. En una sociedad democrática, no gobernada por los medios, todas las personas somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario y tenemos derecho al honor y a la buena reputación. El periodista Nelson Díaz, ante la Justicia, como corresponde, con todas las garantías del debido proceso, deberá aportar pruebas de sus afirmaciones”.

El investigador Henry Engler, antiguo miembro del MLN-Tupamaros, escribió en Facebook: “He leído la comunicación de Silvia Viglietti desmintiendo las aseveraciones truculentas que circularon por las redes sociales y que la prensa replicó, señalando a Daniel Viglietti como violador de su propia hermana, cuando ella tenía 10 años. Hablé con Lourdes [Villafaña], la esposa de Daniel, y sé que el desmentido de Silvia es verdadero”.

Mate Amargo, la publicación del MLN, reprodujo el breve comunicado de Silvia Viglietti bajo el título “Daniel Viglietti sigue molestando con su canto. Hermana del artista desmiente acusaciones”. Desde su cuenta de Twitter, el Movimiento de Participación Popular difundió la pieza de Mate Amargo.

El jueves, El País volvió al tema con una columna de Gerardo Sotelo, ex candidato al senado por el Partido Independiente y actual director del Servicio de Comunicación Audiovisual Nacional, que integra a las emisoras de radio y televisión estatales. En ella, Sotelo vincula la naturaleza del episodio a la militancia política del músico y afirma que “la denuncia contra Viglietti se parece más al oprobio de los sacerdotes pedófilos que al esperpento de [Michael] Jackson, y por eso mismo, las consecuencias existenciales en sus acólitos pueden resultar devastadoras. Más allá de que surjan declaraciones en cuanto a que lo dicho, no corresponde con la realidad”.

Ese mismo día, el consejo de la Fundación Mario Benedetti, integrado por Hortensia Campanella, Diane Denoir, Andrés Olivetti, Silvia Guerra y Washington Carrasco, expresó “el mayor repudio a lo que considera una campaña de difamación para destruir la imagen de Daniel Viglietti, quien fue, en vida, un colaborador cercano tanto a Mario Benedetti, como miembro del Consejo de esta Fundación”.