Uno de los pilares de la estrategia del gobierno para combatir el delito es “recuperar el concepto de autoridad”. Si bien se considera que la Ley de Faltas fue un avance en ese sentido, también se cree que en el contexto actual esta norma es insuficiente. Es por esto que desde el oficialismo se están impulsando una serie de agregados que tipificarían nuevas faltas.

No arrodillarse cuando pasa un policía

En el gobierno saben que sería “una locura” proponer que los civiles tengan que poner una rodilla en el suelo y agachar la cabeza cuando están en presencia de un efectivo policial. En lugar de eso, se decidió penalizar a quien no lo haga. “Es la fórmula jurídica que encontramos para que no parezca una ley medieval”, explicó un dirigente de la coalición multicolor.

Burlarse de la dicción de Jorge Larrañaga

Los legisladores oficialistas consideran que, por tratarse de la máxima autoridad de la Policía, la figura del ministro del Interior debe ser protegida especialmente. “En una situación normal no sería necesario condenar este tipo de burlas, pero, teniendo a Larrañaga de ministro, es la única forma de que este no se termine convirtiendo en el hazmerreír de la población, algo que tendría efectos desastrosos para la credibilidad de las fuerzas del orden”, declaró un diputado.

Burlarse del helicóptero de Jorge Larrañaga

En un artículo de la nueva ley se define a este vehículo como “una extensión de la imagen del ministro”, por lo que también pasaría a estar protegido ante posibles mofas.

Practicar la sociología

Los jerarcas policiales consideran que esta actividad, si bien no es estrictamente un delito, se encuentra “en el límite de la complicidad”, ya que tiene el efecto de terminar relativizando las culpas de los delincuentes mediante la difusión de teorías sobre la relación entre el contexto social y el delito. De aprobarse este artículo, quienes sean hallados practicando la sociología deberán asistir a un mínimo de ocho horas de clases en la Facultad de Ciencias Empresariales y Administración de la Universidad de Montevideo.

No mostrar la cédula de identidad con la excusa de estar avergonzado de la foto

Como bien dice el refrán, “hecha la ley, hecha la trampa”. Ni bien se definió la obligatoriedad de identificarse cuando los agentes de la ley lo solicitan, muchas personas comenzaron a negarse a hacerlo con el argumento de que no les gusta cómo salieron en la foto. “Es difícil para un agente rechazar este planteo, porque saben que no es fácil andar mostrando la foto de la cédula. Esperemos que con este marco legal se les haga más fácil”, explicaron desde el Ministerio del Interior.

Dormir la siesta en público

Desde la perspectiva de las autoridades, el trabajo es una de las herramientas fundamentales para evitar que las personas emprendan el camino del delito. La siesta, por el contrario, corrompe el espíritu emprendedor de las personas y las vuelve más proclives a vivir de los planes sociales. Para que el infractor sea llevado al juez no será necesario que la Policía lo pesque in fraganti durmiendo la siesta, sino que alcanzará con que presente síntomas de haber estado haciéndolo, como desorientación, ojos hinchados e hilos de saliva partiendo de la comisura de los labios.

Salir a la calle sin un baño químico

Defecar en la vía pública ante la presencia de transeúntes ya es una falta, pero los jueces se han encontrado con que muchos de los acusados se escudan en la figura jurídica del incontinentum analus. Con la nueva disposición, ya no se podrá recurrir a esta chicana legal.

Vaciar un banco

Actualmente este delito está tipificado en el Código Penal, pero la coalición de gobierno está considerando eliminarlo. El argumento es que las restricciones para que los banqueros estafen a los ahorristas y al erario público pueden desalentar la iniciativa empresarial y la generación de empleos. De todas maneras, las autoridades creen que sería una “mala señal” dejar que quien desfalca una institución bancaria no tenga castigo alguno, por lo que quienes lo hagan deberán cumplir tres horas de trabajo comunitario.