Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
En el afán de convencer acerca del riesgo que representa la covid-19, muchos actores sociales emplean metáforas deportivas. También (a veces en forma involuntaria, porque está muy naturalizado) acudimos a imágenes bélicas: hablamos de “combate”, “lucha”, “guerra” contra el coronavirus. A ese uso de figuras del lenguaje se refirieron los organizadores del campamento Beraca para explicar el discurso y la estética militarizada de la convocatoria, como si no fuera lógico relacionarla con otros discursos de la neopentecostal Misión Vida para las Naciones; por ejemplo, el de su líder, Jorge Márquez, que habla del peligro de un gobierno comunista global al que hay que resistir, y del coronavirus como una “plandemia”.
La corriente que niega la entidad del coronavirus tiene distintos tipos de adeptos, aunque la mayoría comparte la desconfianza hacia las instituciones globales. Uno de ellos, el médico jubilado Mario Cabrera, que fue asesor en salud del partido del actual ministro del ramo, será denunciado, junto a otros integrantes de Médicos por la Verdad, ante el Colegio Médico, por violar el código de ética de la profesión.
De este lado de la realidad, ayer los muertos por covid-19 superaron los 400, mientras que los departamentos de Rivera, Tacuarembó y Montevideo siguen en la “zona roja” del índice de Harvard; sin embargo, otros indicadores, como la cantidad de personas que cursan la enfermedad, vienen experimentando un descenso desde el viernes. De todos modos, es alarmante la saturación que alcanzaron los laboratorios de la Udelar que realizan análisis para ASSE en el interior del país.
Habrá que ver cómo inciden estas cifras en las decisiones que tomará el Consejo de Ministros hoy. Aunque varios actores reclaman nuevas medidas para contener la propagación de la enfermedad, lo que había trascendido hasta ayer apuntaba sólo a la posible prolongación de las medidas ya adoptadas en diciembre, que en algunos casos, como el del cierre de fronteras y la limitación del derecho de reunión, requieren un trámite parlamentario para ser renovadas. Otras no, como la limitación del aforo de los viajes interdepartamentales, que aunque parece de sentido común, forma parte de los reclamos de los trabajadores.
Volviendo al universo militar, aunque ya no en plan metafórico, ayer se conocieron más detalles de la participación que tendrán las Fuerzas Armadas en la distribución de las vacunas. Estas tareas se enmarcan en un proceso de reconversión de los ejércitos regionales, que paulatinamente han asumido tareas antes asignadas a otras instituciones, especialmente en casos de catástrofes, lo que justifica su mantenimiento en tiempos de paz.
Si ayer intentábamos esbozar una especie de “geopolítica” de las vacunas contra la covid-19, hoy cabría agregarle a ese panorama la “prohibición de exportaciones” de la Unión Europea ante la escasez de la producción de sus propios laboratorios. Pero no sólo en el ámbito internacional se dan los forcejeos por conseguir vacunas: ayer se conoció que los funcionarios del Poder Judicial le reclamaron prioridad en la lista de inmunización al gobierno, que ya definió que los primeros en vacunarse serán trabajadores de la salud, educadores, y trabajadores y residentes de geriátricos.
Hasta mañana.