Fernanda “Peke” Sander es la cara y la voz de la bajadita en el Teatro de Verano, la primera en abrazar a los conjuntos cuando terminan sus espectáculos. De familia carnavalera y vinculada al básquetbol, siente pasión por ambos mundos, que conviven en verano y la obligan a perderse algunos partidos.

Nunca soñó con salir en Carnaval ni con ser comunicadora de Carnaval: “Fue el destino”, dice. En 2008, mientras cursaba Comunicación Social en la UTU, un operador le propuso enviarle un demo a Guzmán Ramos, de Colados al camión, que lo escuchó y le ofreció trabajar en la producción del programa. Dos años después, se convirtió en notera de Carnaval en Agitando una más y en 2014 comenzó a trabajar en Pasión de Carnaval, que marcó “un antes y un después” en su vida.

¿De chica soñabas con salir en Carnaval? ¿Cómo llegaste a trabajar en este ámbito?

Vengo de una familia en la que siempre se consumió murga, sobre todo la familia por parte de mi papá. Nunca soñé con salir en Carnaval, pero tampoco me había planteado ser comunicadora de carnaval, se fue dando, fue el destino. En 2008 estaba cursando Comunicación Social en la UTU y teníamos un programa de carnaval con una compañera. Un día nos escuchó un operador que conocía a Guzmán Ramos, que en esa época trabajaba en Colados al camión con Gustavo Seijas en la Sport 890, y nos dijo que si queríamos grabáramos un demo y él se lo hacía llegar, y así fue. En noviembre de 2008 empecé en la producción de Colados al camión, en 2010 me presenté a un casting en Agitando una más porque buscaban una notera para carnaval, quedé, y en 2014 entré a Pasión de Carnaval, que es lo que me ha hecho más conocida, fue un antes y un después para mí.

¿Cómo estás viviendo este Carnaval?

Yo digo todas las noches que es una enorme alegría que hayan vuelto las sonrisas. El teatro estaba muy frío el año pasado, la gente con tapabocas y distanciamiento, que estaba bien porque era lo que había, era eso o nada, pero creo que la gente quería ver carnaval en condiciones normales por decirlo de alguna forma. Eso se refleja en que tuvimos seis etapas de entradas agotadas; los tablados están repletos. Había ganas de ver carnaval. Yo estoy observando como siempre desde mi mismo asiento en la parte de las sillas, hace muchos años que veo los espectáculos desde ese lugar. Creo que hay un buen nivel en general, con la crítica que esperábamos que iba a haber porque el carnaval es eso, es criticar, es satirizar, y esperando con ansias la segunda rueda y la liguilla donde se van a jugar muchísimas cosas.

¿Extrañás poder ir al tablado?

En diciembre fui al lanzamiento de Zíngaros porque me invitaron y me di cuenta de que eso estaba bueno también. Hace muchos años dejé de recorrer ensayos por el simple hecho de que a mí no me gusta predisponerme a los espectáculos que voy a ver en el Teatro de Verano. No me gusta ir a los festivales y ensayos, prefiero sorprenderme en el teatro y descubrir ahí de qué van los espectáculos. El teatro tiene la magia del espectáculo completo con el vestuario, con las pantallas, pero el tablado se extraña, tiene una magia que el teatro no aporta, otro sabor, sobre todo los tablados de barrio que me parecen muy lindos y la mayoría tienen una obra social por detrás.

¿Tenés conjunto favorito?

Los que fuimos público en algún momento lógicamente la mayoría tuvimos un conjunto al que miramos con mucho amor, en mi casa se escuchaba mucho Contrafarsa. Yo el problema que tengo es que tengo amigos en todos los conjuntos, entonces quiero que a todos les vaya bien, y eso se complica porque siempre hay alguien que tiene que perder y gana uno solo, pero tengo el corazoncito por muchos lados.

En estos años trabajando en el Teatro de Verano imagino que has visto y vivido las transformaciones del Carnaval.

La esencia se mantiene, pero el carnaval se ha profesionalizado mucho, creo que en parte eso es gracias a la televisación, porque es un espectáculo que se ve en todo el país y el mundo, nadie quiere ir al teatro a hacer cualquier cosa. Las pantallas llegaron para quedarse. El otro día conversé con Ángel Duarte, un gran escenógrafo de carnaval, y le pregunté qué estaba haciendo, porque lógicamente una piensa en las fuentes laborales de la gente, y me comentó que estaban haciendo cosas de utilería para algunos conjuntos. Yo creo que técnicamente se ha avanzado y hemos avanzado también como sociedad, por ejemplo, con la inclusión de lengua de señas en varios espectáculos, eso hace que la fiesta sea más disfrutable para más gente. Y en la participación de mujeres hemos avanzado, afortunadamente, en el periodismo de carnaval siempre estuvimos bastante bien, los hombres predominan, pero somos unas cuantas. Las mujeres están haciendo camino y no sólo debajo del escenario, están cobrando protagonismo y eso está buenísimo.

¿Sentís el cariño de la gente cuando estás en el teatro?

Sí, la gente es súper cálida, son una gran compañía y me han ayudado mucho. Yo perdí a mi papá un 8 de enero, a poquitos días de empezar el Carnaval y el cariño de la gente y el carnaval me ayudaron a salir adelante, sobre todo los niños y las niñas, que son los que más se acercan a la bajadita a pedir una foto. La gente es muy tierna.

En una entrevista con Salimo’ Uy dijiste que cuando vas a ver a Trouville a la cancha te transformás.

Sí, en la cancha me transformo. Yo siempre digo que ir a ver a Trouville saca las peores cosas de mí. Este es un mes complicado porque lógicamente no puedo ni seguirlo por la televisión porque estoy en el teatro. Descubrí en el básquetbol una pasión, también vengo de una familia muy vinculada al básquet, es un deporte que está buenísimo y Trouville es mi casa, si bien no nací en Pocitos siento que es un club al que pertenecí toda la vida.

Es una arista de vos que no vemos en la tele, ¿cómo es la Peke Sander más allá de la bajadita?

Soy transparente, soy una persona muy agradecida. Todos los días cuando me levanto y cuando marco la entrada decreto que será un gran día, cuando marco la salida agradezco por otro día. Esa sería la palabra principal: agradecida. Yo soy así, soy eso que se ve, cuando me quiero reír me río, las veces que he sentido que tengo que llorar lloro. Soy una atrevida, una caradura, soy eso que ustedes ven.