A casi cinco metros por debajo del nivel de calle, sobre Tomás Giribaldi, y lindero al Museo Nacional de Artes Visuales, se encuentra Rincón del Parque. Cada mediodía, entre jacarandás floridos, algunos parroquianos todavía se juntan a jugar a las cartas o a las bochas; los domingos el lugar se torna más familiar, con el público diverso que acerca la feria del Parque Rodó. Hace dos años Rodrigo Gómez se hizo socio y tomó la posta de la cantina, llamada inconfundiblemente Las Bochas del Parque Rodó.

“Esto es predio municipal cedido a la comisión vecinal Rincón del parque. Es el antiguo Club Jackson; el bochófilo veterano conoce su prestigio. Antes de que llegáramos se había venido un poco abajo. En conjunto con ellos hicimos el proyecto ‒que está avalado y a punto de salir‒ de una concesión que la Intendencia [de Montevideo] renueva por diez años y apunta a revitalizar el club, a tener un espacio cultural, con música, cine, fotografía”, dice.

Cuando eso suceda, a esta altura, el año entrante, piensan replantear el horario de la cantina, que actualmente sólo abre de noche cuando está alquilada para eventos o reuniones privadas. La concesión anterior no incluye los permisos necesarios para hacer espectáculos públicos, así que están esperando la habilitación para volver a tener jazz en vivo o candombe, entre otros géneros.

Han prestado el espacio a murgas jóvenes o comparsas para que ensayen y se maquillen antes de presentarse en el Teatro de Verano, y lo único que piden a cambio es que algún integrante de la troupe se asocie. Quieren que se acerque más gente joven a jugar, y más mujeres.

“La idea es seguir sumando socios y que las bochas no desaparezcan como deporte. Este es un estadio construido en 1930 y entran 700 y pico de personas sentadas en las gradas. Es un predio muy grande que ofrecemos a quien lo precise; hasta han venido escuelas a pasar la tarde”.

Para tomar cuentan con cerveza artesanal, de botella y tirada, cerveza industrial de litro, jugos, refrescos y los licores habituales de un bar. Gómez entiende que los precios son populares: “Estamos $ 30 por debajo del resto de las parrilladas. Vendemos choripán y todas las carnes, asado (porción $ 330), vacío, pulpón, entraña, pollo, bondiola, brochette vegetariana ($ 210), tacos vegetarianos con ensalada ($ 270), pizzetas ($ 270)”.

El cantinero explica que están dispuestos a abrir el espacio para que haya más actividad vecinal, desde talleres de costura hasta maquillaje o exposiciones. No cobran por eso, pero piden que alguno de los talleristas pague la cuota mensual. “En este lugar no te imaginás que estás en pleno cruce de Bulevar Artigas. Te da un resguardo no sólo de sonido, del ruido del tránsito, sino que a veces vengo, hay un viento bárbaro y cuando bajo acá está hermoso”.

Las Bochas del Parque Rodó. La cantina abre al mediodía de martes a viernes hasta las 18.00 aproximadamente. Los domingos prenden la parrilla al mediodía. Alquilan el lugar para eventos y cumpleaños, y también el salón del fondo (al otro lado de la cancha). Cualquiera puede ir a comer o a tomar algo, pero para usar las instalaciones la cuota mensual es de $ 100.