Dos cervecerías artesanales del interior hacen alianza para estrenar un punto de retiro de cerveza sobre la calle 26 de Marzo (en la esquina está la pizzería Trouville). En estos días terminan de instalar la cartelería del local y entre miércoles y viernes ya van a estar prontos para despachar. El nombre es clarísimo: Kiosco Cervecero. Se trata de “un take away de cervezas”, como lo define uno de sus dueños, Joel Gak.

El lugar tiene una barra en la que comprar cerveza embotellada en distintas presentaciones –growler/botellón, botella o vasos–, y además, para aprovechar el espacio, le colocaron algunas mesas, como para recibir de diez a12 personas que quieran tomar una, ver un partido de fútbol, juntarse a festejar un cumpleaños.

“Si vos querés comer, andate a la plataforma que más te guste y pedite algo para que te lo traigan, no hay problema. El concepto acá es de kiosco cervecero”, subraya Gak, contando que igualmente habrá papas, queso o maníes de cortesía para los que prefieran instalarse un rato.

Como están a favor de la reutilización, ofrecen la opción de comprar la pinta de cerveza en ecovasos o en vasos descartables comunes: “Tenemos vasos ecológicos compostables, un polímero hecho en base a plantas, y la primera vez que lo comprás te sale un poquito más, pero si lo volvés a usar la próxima pinta te sale diez pesos más barata que en vaso de plástico. Si venís con tu propio vaso de vidrio también, y estamos evaluando si se puede hacer vasos a partir de los envases de medio litro de cerveza artesanal, que hoy se tiran a la basura”.

Como el kiosco surge de la unión de dos marcas, Piwo y DeGarage, la primera de Canelones y la segunda de Colonia, de las ocho canillas, seis serán ocupadas por las cervezas de la casa y dos estarán reservadas para cervezas invitadas, sidra artesanal, fernet o bebidas sin alcohol. En heladeras probablemente haya más variedad, ya que las botellas de Piwo y de DeGarage convivirán también con otras etiquetas amigas. Piwo existe hace tres años como impulso de Joel y Iosef Gak junto con Santiago Corbo, y está disponible en algunos bares, mientras que DeGarage, empresa de Pablo Bertin y Martín Sánchez, desembarca con este kiosco propio en Montevideo.

“Nuestra idea es tener la pinta más barata del mercado”, dice Gak. Costará $ 140 y la recarga de growler se va a cobrar $ 400 (aparte el envase, que vale $ 200, o también se puede llevar el growler propio).

Van a estar en Pedidosya y están tratando de ver la mejor forma de articular la recarga de growlers, quizás por medio de cadetería semanal. Por otro lado, están estudiando la posibilidad de incorporar growlers más livianos, de plástico, que se consiguen en Argentina. Si bien la alternativa no los convence, no están encontrando growlers amigables con el ambiente.

Kiosco Cervecero, en 26 de Marzo 1295, entre Gabriel Pereira y Barreiro, de 17.00 a 1.00, de martes a sábados. @Kioscocervecero_uy.