No fue fácil la adaptación de la industria local a los nuevos gustos en cervezas lupuladas que eclosionaron con la proliferación de fábricas artesanales en la última década.

Al principio hubo negación: el grupo internacional que produce todas las marcas industriales locales (Pilsen, Patricia, Norteña) ignoró el asunto. Luego, hacia 2013, hubo algo parecido a la ira, con presión sobre la cadena de distribución de las competidoras pequeñas. Los locales que servían cervezas artesanales, sin embargo, continuaron multiplicándose y ganando en sofisticación. Hubo también algo que causó dolor: el reetiquetado de las cervezas de siempre con marcas discontinuadas como estrategia para captar a noveleros distraídos. Finalmente, la aceptación: Fábricas Nacionales de Cerveza (FNC) comenzó a importar, en cantidades apreciables, cervezas especiales que producen otras plantas del megagrupo Anheuser-Busch InBev. De esas se destacaban la argentina Patagonia y algunas marcas simpáticas, como la estadounidense Goose Island.

Hace dos años, FNC dio un paso más y produjo su propia cerveza superlupulada, la Zillertal IPA. La intención era buena, pero para los paladares más exigentes algo no cerraba del todo: la bebida era bien amarga, sí, pero también un poco liviana, y generalmente no se toman cervezas de este tipo para sacarse la sed como si fueran un refresco.

Este otoño, FNC le dio una vuelta al experimento y empezó a producir Zillertal APA. Las cervezas APA (de American pale ale; las IPA son Indian pale ale) suelen ser menos amargas que las IPA, porque su malta le quita un poco de protagonismo al lúpulo. Ese cambio, al parecer, le agregó a la Zillertal especial el “espesor” que faltaba en su antecesora. Un éxito para días de frío, al menos para este catador atrevido.

“Zillertal APA no la tenía fácil porque debíamos proponerle a la gente una cerveza distinta pero fiel a la búsqueda de sabores más amargos que la tradicional lager. Por eso la APA es una opción intermedia de amargor entre la IPA y la lager, pero con un aroma cítrico y frutal que la hacen tan especial”, dice Gabriel González, de FNC.

“Tanto la IPA como la APA son cervezas de fermentación alta, tipo ale. Se fermentan a temperaturas más altas que la lager tradicional, lo que les brinda una gama de aromas y sabores característicos de estos estilos de cerveza. Para lograr una diferenciación en aroma y amargor aportado por los lúpulos, para la elaboración de APA utilizamos la técnica de dry hopping. Esta se basa en agregar los lúpulos aromáticos a la cerveza en su proceso de elaboración durante la maduración. Así adquiere la variedad de aromas herbales y cítricos aportados por el lupulado tardío que la hacen única”, agrega.

Al principio comercializada en botellas de litro, ahora la Zillertal APA agregó el formato lata, ideal para probar (y transportar sin miedo) nuevas cervezas y especialmente adecuado para el consumo individual. El precio, además, está de su lado: cuesta entre 20% y 30% menos que sus competidoras industriales de otras marcas.

Zillertal APA. En botella de 970 ml ($ 145) y lata de 473 ml ($ 92).


Entre espumas y lúpulos

Hoy, después de tanto tiempo, retoman la actividad cervecera en El Fermentorio. De la mano de los expertos reseñistas Tomemos sin Saber comienza un ciclo de encuentros sobre anatomía de estilos en el local de Rivera 2130 bis. En esta oportunidad será de tipo sensorial teórico y práctico sobre cervezas IPA, en el que desfilará una amplia variedad de cervezas lupuladas y se analizará sus cualidades y aspectos de producción. Tiene un costo de $ 1.900 e incluye pintas y picada en el búnker artesanal de Criaturas Nocturnas e Índica. El teléfono de contacto es 091 299 919.

ABC del vino

Hay tiempo para pensarlo: saber de vinos es elegir y apreciar mejor. Por eso el 17 de agosto a las 20.00 bodega Beretta dará un curso teórico y práctico por videoconferencia para el que tiene previsto enviar un kit de degustación a domicilio. Inscripciones y más datos al 097 037 534.

Cena del reencuentro

El sommelier Daniel Arraspide organiza para el miércoles 28 de julio a las 20.00 en el Hilton Garden Inn Montevideo (ubicado en el World Trade Center) una cena con aforo limitado para brindar por el reencuentro. La dinámica será en cuatro tiempos regados con selectos vinos nacionales: algunos de la zafra 2021, el tannat y sus estilos estarán presentes y habrá productores invitados. Consultas por cupos disponibles al correo [email protected].

Placer por la paella

Uruguay se clasificó por primera vez al Mundial de la Paella que se celebrará en setiembre en Valencia, la cuna de ese plato. En representación nacional asistirá el chef Javier Piñeyro, del restaurante Don Quijote de Piriápolis. La receta original llegó de España en la década de 1950 junto con su abuelo, y su familia sostiene el local de Maldonado desde 1987. Allí mismo impusieron la tradición de la paella gigante que inaugura la temporada.

Para darle aliento y despedirlo como se merece, hoy la comunidad Placer convoca a un almuerzo en la rambla del balneario. El menú es el siguiente: como bienvenida, un tostón de masa madre con jamón crudo, de entrada, chipirones a la gallega encebollados con papas, la paella de principal y de postre, natillas. El menú completo incluye ocho vinos elegidos. La cita es a las 13.00 en Rambla de los Argentinos 1082 (Piriápolis). Para asegurarse lugar: 098 320 023.