El universo cinematográfico basado en los personajes de DC Comics tuvo un 2017 movidito, con la película de Wonder Woman como oasis en medio del desierto de malas críticas, anuncios masivos de títulos que aún no tienen fecha de estreno y los golpes de timón durante los meses previos al estreno de Justice League, que incluyeron una tragedia en la familia del director Zack Snyder que llevó a que su colega Joss Whedon se encargara del último tramo de la filmación.

Poco le importarán estos intríngulis al seguidor de las películas de superhéroes, que quiere ver por primera vez a los “Súper Amigos” en la gran pantalla, dándose golpes contra algún enemigo digno de tantos pesos pesados. Para todo el manoseo que tuvo ese plato, la película de la Liga de la Justicia logra mantener un sabor interesante. Al igual que en la venerada Avengers (de Whedon, mire usted), la trama es una prolija excusa para que los protagonistas se enfrenten a hordas de malosos en formas originales, vertiginosas y bien coreografiadas. En esta ocasión, se trata de una invasión de bestias del Cuarto Mundo, aquel creado por Jack Kirby cuando Marvel le dio el olivo. Con el humor de Flash como gran condimento y Ben Affleck siendo la quintaesencia del Batman de los cómics, merece disfrutarse en la pantalla grande.