Canción de Lunas es una propuesta de talleres que ofrecen un espacio de acercamiento a la música desde la teoría del aprendizaje musical que postula Edwin Gordon, dirigidos a pequeños de tres meses a tres años. Conducidos por la docente Denise Mermelstein, especializada en educación musical temprana, tendrán lugar en el Espacio de Desarrollo Armónico (Juan Paullier 1009) los martes a las 17.00 y estarán distribuidos en dos grupos: Creciente, para los más chiquitos, de tres a 18 meses; y Menguante, para los un poquito más grandes, de 19 meses a tres años (más información: [email protected]).
Mermelstein resume de qué se trata la teoría del aprendizaje musical de Gordon, músico, pedagogo e investigador estadounidense que en la década de 1980 “abrió un nuevo paradigma en la enseñanza musical”. “Su teoría se basa en la experiencia vivencial de la música y de la asimilación a través del oído. Gordon vio con claridad las enormes semejanzas que existen entre cómo aprendemos el lenguaje y cómo aprendemos música. De la misma forma que el desarrollo del lenguaje requiere que los niños oigan hablar desde que nacen –y esto es bastante tiempo antes de que ellos mismos puedan articular sus primeras palabras–, con la música también ocurre eso”. Se trata, pues, de “mucho más que meramente guiar el aprendizaje musical”: de esta forma se intenta hacer que los niños “vivan naturalmente todos los beneficios que les da la música en lo emocional, expresivo, cognitivo y creativo”. “La música se vive, se siente, se experimenta, se imita, se crea, y más tarde se aprende el símbolo que la representa: la partitura. Exactamente análogo al proceso del aprendizaje del lenguaje hablado”, explica Mermelstein.
Con respecto a los talleres de Canción de Lunas, comenta que “poner en práctica esta teoría implica ofrecerles a los niños un repertorio rico y variado de canciones y recitados en todos los modos y métricas musicales, los cuales se van alternando en las clases junto a actividades apropiadas para el momento evolutivo de cada niño. No es la intención descubrir genios de la música, sino enriquecer la vida de los niños mediante un contacto temprano con ella”.
¿Cómo funcionan los encuentros? “Los talleres comienzan con una canción de bienvenida donde se saluda a cada niño y al final se canta una despedida también mencionando a cada uno. Los chiquitos llegan acompañados de su madre, padre o persona cercana afectivamente. En los talleres no usamos grabaciones: yo canto todas las canciones en el momento. Los niños participan todo el tiempo, haciendo un uso libre del espacio; se trata, sin duda, de un espacio lúdico y vivencial. Las actividades presentan un equilibrio: algunas son de pie, otras sentados, en círculo, con movimiento libre, con o sin objetos. La clase gira esencialmente en torno a los niños y sus necesidades. Interactúo con cada uno, doy espacio a los silencios para que ellos puedan responder. Es fundamental el contacto visual frecuente, así como el manejo del ritmo y la energía para captar la atención de los pequeños”.