¿Las películas de Marvel son cine? ¿Las películas de Martin Scorsese son cine? ¿The Irishman puede verse en las salas de cine? ¿Y en las salas de Marvel? Estas preguntas y otras que jamás te habías hecho, pero que eran necesarias para tu supervivencia espiritual, en una nota que lo tiene todo. A diferencia de la película del Hombre Hormiga.
Todo comenzó hace muchísimo tiempo, en el lejano mes de octubre. En medio de una entrevista con Empire, el afamado director Martin Scorsese fue consultado acerca del Universo Cinematográfico de Marvel, esa monumental construcción de más de 20 historias que concluyó su gran arco con la salida de Avengers: Endgame (Anthony y Joe Russo, 2019).
“No las veo”, dijo en su momento. “Traté, ¿sabés? Pero eso no es cine. Honestamente, a lo que más me recuerdan esas películas, por mejor hechas que estén, con actores dando lo mejor que pueden en esas circunstancias, es a los parques de diversiones. No es el cine de seres humanos tratando de transmitir experiencias emocionales y psicológicas a otro ser humano”.
Pie al personaje de Álvarez que interpretaba Alberto Olmedo: “¡Para qué!”.
Los Vengadores: la era de Martin
A partir de ese comentario perfecto para su viralización ("Las películas de Marvel no son cine"), prácticamente cualquier persona relacionada con Hollywood salió a dar su opinión y ponerse en alguna de las trincheras construidas como por arte de magia y sin saberlo por el pequeño Martin. Puedo llamarlo así porque es (incluso) más bajito que yo.
Los primeros en aparecer, obvio, fueron los 175.000 productores, actores y directores de la saga que trajo títulos tan atractivos como El Hombre Hormiga y El Hombre Hormiga 2: ahora con la Chica Avispa. No sorprende a nadie que todos ellos hayan defendido los proyectos de los que formaron parte y que concluyeron con la película más taquillera de todos los tiempos ‒esto sin tomar en cuenta la inflación; en ese caso la película más taquillera fue y seguirá siendo Lo que el viento se llevó (Victor Fleming, 1939) ‒.
El periodismo del espectáculo estaba de parabienes. Tenía una guerra de vedettes protagonizada por afamados creadores y figuras taquilleras. Así que durante unos días se multiplicaron los titulares, que (como de costumbre) recortaban y pegaban las frases más explosivas.
“Adoro a Marty, pero...”, escribió Josh Whedon (Avengers, Avengers: la era de Ultron). “Es uno de mis cinco cineastas favoritos. Me indigné cuando la gente hacía piquetes ante La última tentación de Cristo sin haberla visto antes. Me entristece que ahora esté juzgando mis films de la misma manera”, escribió James Gunn (Guardianes de la Galaxia, Guardianes de la Galaxia 2).
Por supuesto que hubo quienes echaron paños fríos a la situación. Como el guionista de historietas Ron Marz, que escribió: “Martin Scorsese sabe más de cine que vos y está bien si no le gustan las mismas películas que a vos”.
A esto hay que sumarle la opinión de las redes sociales, que por lo general suele ubicarse entre lo incendiario y lo apocalíptico. Han “cancelado” a gente por mucho menos. Scorsese dijo “déjenme que les explique” y el resultado fue una nueva lluvia de napalm.
En una columna de opinión publicada por The New York Times, el neoyorquino de 77 años redobló la apuesta y, con tiempo, explicó por qué tenía tal visión acerca de las películas de superhéroes de Marvel (las de DC Comics zafaron como unas campeonas, quizás porque casi nadie va al cine a verlas).
“Dije que se parecían más a parques de diversiones que al cine que conozco y amé durante mi vida, y que a final de cuentas no creía que fueran cine”, escribió. “Algunas personas se agarraron de la última parte de mi respuesta como si fuera un insulto o evidencia de mi odio hacia Marvel. Si alguien quiere describir mis palabras de esa manera, no hay nada que pueda hacer al respecto”.
Reconoció que esas obras muchas veces están hechas por gente talentosa y que si fuera joven quizás le hubieran interesado y hasta habría querido hacer alguna. “Pero crecí cuando crecí y desarrollé un sentido de las películas que está tan lejos del Universo Marvel como la Tierra lo está de Alfa Centauri”.
“Para mí, para los cineastas a los que aprendí a amar y respetar, para mis amigos con los que empecé a hacer películas, el cine se trataba de revelaciones: estéticas, emocionales y espirituales. Se trataba de personajes: la complejidad de las personas y en ocasiones su naturaleza paradójica, la manera en que lastiman y se aman y de pronto quedan frente a frente con ellas mismas”. En definitiva, dice Scorsese, “era una forma de arte”.
Aprovechó para reflexionar acerca de Alfred Hitchcock, quien era la “franquicia” para aquellos de su generación. “Cada nueva película de Hitchcock era un evento”, agregó. “Y a su manera, algunos de sus films eran parques de diversiones”.
“Muchos de los elementos que definen al cine como lo conozco están en las películas de Marvel. Lo que no hay es revelación, misterio o un peligro emocional genuino. Nada está en riesgo. Las películas se hacen para satisfacer demandas específicas y están diseñadas como variaciones de un número finito de temáticas. Son secuelas de nombre pero remakes de espíritu”.
Se preguntó: “¿Por qué no dejo vivir a los films de superhéroes y a otras franquicias cinematográficas? La respuesta es simple. En muchas partes de este país y alrededor del mundo, las franquicias cinematográficas son actualmente tu elección primaria si querés ver algo en la gran pantalla”.
“Y si me vas a decir que es un simple tema de oferta y demanda, y de darle a la gente lo que la gente quiere, no voy a estar de acuerdo. Es un asunto del huevo y la gallina. Si a las personas les dan solamente un tipo de cosas, por supuesto que van a querer más de ese tipo de cosas”.
También habló de la falta de riesgos del cine manufacturado para su consumo inmediato y de la falta de una visión de un artista individual. “Porque, por supuesto, el artista individual es el factor más riesgoso de todos”. Decíselo a Zack Snyder.
Las respuestas siguieron, incluso de gente como Kevin Feige, emperador supremo de la flotilla de producciones de Marvel. “Cada persona tiene derecho a opinar”, le dijo a The Hollywood Reporter. “Me gustaría saber cómo seguirá la cosa. Mientras tanto, vamos a seguir haciendo películas”.
Para este muchacho Feige, Marvel sí toma riesgos creativos. “Matamos a la mitad de nuestros personajes al final de una película (nota del redactor: spoiler). Creo que es divertido aprovechar nuestro éxito para tomar riesgos e ir por diferentes caminos”.
Esos caminos serían (entre otros) El Hombre Hormiga 3, Guardianes de la Galaxia 3 y Pantera Negra 2.
Capitán Irlanda: Civil War
Los comentarios de Scorsese que dispararon la guerra de guerrillas fueron en el marco de la promoción de The Irishman (El irlandés), su más reciente producción (aprendí que si ponés “su última producción” hay gente que se piensa que murió... espero que no se muera antes del sábado).
Un elemento particular de esta cinta es que se trata de una producción de Netflix (¡pom pom!). La popular plataforma de streaming fue la única que puso su chequera a disposición para que el creador pudiera trabajar con libertad de crédito.
Por eso, a partir del 27 de diciembre todos los abonados a Netflix (¡pom pom!) podrán disfrutar de The Irishman en sus dispositivos móviles o televisores. Claro que no se trata de la manera favorita de Scorsese para ser disfrutada y por eso es que en muchos países del mundo tendrá un limitado pasaje por los cines. Bueno, por eso y porque para poder ser nominada al Óscar es necesario que tenga un mínimo estreno comercial.
A último momento Montevideo se convirtió en una de las ciudades favorecidas por el estreno en la pantalla grande. Desde el jueves 21 en Cinemateca pueden ver esta nueva obra de mafiosos, aunque la nacionalidad italiana en esta oportunidad mute por la que describe el título.
La historia tiene por protagonista a Frank Sheeran (Robert De Niro), un veterano de la Segunda Guerra Mundial que trabajó como estafador y sicario con varias figuras destacadas de la historia del siglo pasado. The Irishman, adaptación de I Heard You Paint Houses, un libro de Charles Brandt, tiene a Sheeran recordando la desaparición del sindicalista Jimmy Hoffa (Al Pacino). Por ahí también anda Joe Pesci, como para completar una trilogía de ases de la actuación que saben interpretar a figuras o figuritas del crimen organizado.
Verla es una experiencia que no podés rechazar.
Hoy, el lunes, martes y miércoles, las funciones en Cinemateca Uruguaya (Bartolomé Mitre 1236 y Ciudadela) son a las 16.00 y las 20.00. Mañana, en cambio, la función es a las 19.40. Los socios pagan $ 50 y los no socios $ 220. Hay 2x1 para comunidad la diaria, para tarjetas del BROU y para clientes de Antel.