Nacido en Chile, pero criado en el exilio en las ciudades alemanas de Karlsruhe y Colonia, Matías Aguayo es uno de los músicos más interesantes de la escena electrónica global, destacándose como multiinstrumentista, cantante, productor y, más recientemente, por su aporte en el sello/colectivo internacional Cómeme.
Aguayo toca hoy en Montevideo: estará a la medianoche en Bluzz Live (Daniel Muñoz 2049 y Defensa) presentando canciones de su próximo disco solista, titulado Support Alien Invasion.
Mi primer acercamiento a tu obra fue hace una década, cuando un amigo me mostró “So in Love”, esa canción en la que cantás los días de la semana. En ese momento pensé que sampleabas tu voz y la repetías en loop, pero más adelante descubrí que cantabas en vivo y me resultó muy interesante el asunto de la repetición vocal, que supongo que, sumado a estar tocando y bailando, debe ser extenuante. ¿Cómo vivís tus shows en vivo?
Cantar esas especies de mantra me gusta porque es como la frase de un instrumento que no cambia mucho, pero que uno le va cambiando intensidad y tono. Es algo que además te hace bailar. Siempre entendí la voz como un instrumento, y esos juegos forman parte de la manera en que yo grabo música desde niño. Mis shows varían mucho, desde el DJ set con micrófono, implementando algunos instrumentos electrónicos, o también los shows solistas de improvisación, creando de la nada, o también las performances con la banda The Desdemonas. Todas esas diferentes formas de presentarse están unidas quizás por el hecho de que siempre están relacionadas a una interacción con la audiencia.
Lo siguiente que me llamó la atención en tu carrera fue tu colaboración con Battles en “Ice Cream”. El resultado es alucinante. ¿Cómo surgió esa colaboración?
John Stanier, el baterista, se me acercó hace un tiempo. Para mi sorpresa, era muy fan de Cómeme y me había visto tocar varias veces. Me contó que tenían ese tema y que les gustaría grabarlo conmigo. También los acompañé en algunas partes de su gira entonces. John es de los bateristas más originales que conozco, y es muy rico trabajar con él. Es gigante y camina con pasos largos; siempre termino corriendo al lado de él. Recuerdo un invierno cruel en Nueva York, con mucho viento, y un John Stanier gigante avanzando apoyado contra el viento, y yo al lado, trotando.
En el disco Sofarnopolis, con la banda The Desdemonas, ocupás un rol muy diferente al de tu faceta como DJ, haciendo un estilo que se acerca más al krautrock y a la electronic body music. ¿Cómo surge ese grupo y qué planes tienen a futuro?
Cuando me puse a trabajar en Sofarnopolis no tenía idea de a dónde me iba a llevar esto. La historia comienza con unos recuerdos del año 1987, de cómo yo sentía la música en ese momento. Es música que cuando la escucho hoy suena muy distinta a lo que recuerdo. Nunca escuché mucho krautrock, tampoco mucho electronic body music, pero crecí en el interior de Alemania en los 80, y hacía música que en el fondo ya se parecía un poco a esa banda semificticia que son las Desdemonas. Ellas forman parte de un imaginario cómic, en una ciudad ficticia que es Sofarnopolis, donde también viven y actúan otras bandas, como Nardac, Cold Fever, Johnny Frugo & The Nutty Bananas. Parte de esa historia está documentada en el video para el single “Cold Fever”, que es un video de animación dibujado por mí y animado por Celine Keller. Los otros integrantes con los que grabamos el disco fueron Gregorio Gómez, aka Gladkazuka, que acaba de sacar un hermoso disco llamado The Drop, y Matteo Scrimali en las baterías y Henning Specht en teclados.
¿Cómo surge tu interés por la cumbia amazónica y la música tropical peruana, en particular por el grupo de los 70 Los Mirlos?
El disco Rionegro, en el que aparece ese tema, fue un proyecto que hicimos en Rionegro, Antioquia, Colombia, que partió de una idea de Sano, que también edita por Cómeme. Él tenía la visión de un sonido tropical moderno sucio y nocturno, que nos llevó a reinterpretar diversos ritmos que íbamos escuchando, y al final también ese tema de Los Mirlos. Fue con Sano, Gregorio Gómez, Lord Byron Maiden y Natalia Valencia que grabamos todo eso en el campo –a veces oyes perros y otros animales en el fondo–, e invitamos a varios músicos más de Medellín a participar.
Hace unos meses nos visitó Christian . y tuvimos oportunidad de conocer un poco más sobre el trabajo de Cómeme. ¿En qué está el trabajo del sello en este momento? Supe que hace un tiempo tenían la política de no editar más a artistas masculinos.
No es tan así. Lo que sí no queríamos era agregar más artistas masculinos al sello hasta que tuviésemos un equilibro, ya que nos molestaba mucho el hecho de tener a casi puros hombres editando por el sello. Así que nos enfocamos en trabajar con más músicas hasta llegar a un equilibrio, y el año pasado fue el primero en el cual editamos más producciones femeninas que masculinas. Sentimos la necesidad de esa agenda feminista y de aportar a la disolución de las estructuras de poder masculinas, que están también muy presentes dentro de la música. Es un proceso muy entretenido y falta muchísimo por hacer, y es un lindo desafío que espero que pueda aportar a que las cosas cambien. Sería bueno para todas y todos.
En tus videoclips hay un despliegue muy personal del baile o la expresión corporal en general. ¿Tenés formación en ese rubro o lo encarás desde una perspectiva más espontánea o autodidacta?
Trabajé mucho tiempo en teatro, y como adolescente creía que ese iba a ser mi rumbo. La música era como un hobby, algo que ni lo pensé porque siempre lo estuve haciendo. Pero también siempre me gustó mucho bailar, y siempre vi la música que toco y que hago como algo muy relacionado al cuerpo. Para “Pikin”, que es un tema de mi disco Support Alien Invasion, que va a salir a fines de mayo, desarrollamos una coreografía junto a los bailarines de la isla La Reunión, en el océano Índico. Los ritmos de esa isla también usan mucho los tresillos, y por ende tienen bailes asociados a esto, entonces nosotros quisimos combinar nuestros pasos de baile e inventar nuevos, como un baile futurista con raíces en el hemisferio sur.
¿Qué opinión te merece el momento actual de la música electrónica sudamericana?
Me encanta que se hayan estado creando más conexiones entre varias ciudades en grandes partes de América Latina. Eso cambió mucho, y Cómeme también aportó su grano de arena a ese cambio. Sí veo que hay muchas dificultades, ya que la estructura social y económica muchas veces vuelve la música electrónica algo elitista por estos lados. Hay muchísimos artistas que me encantan y de los cuales estoy tocando sus temas, como Sano, Carlos Reinoso aka Aye Aye, Valesuchi, Debit, DJs Pareja, Lucrecia Dalt, Iarahei, Carisma, White Sample, Diegors, Rizu X, Lechuga Zafiro, Ana Helder, Dany F y muchos más.
¿Qué podemos esperar en tu show en Montevideo?
Es la primera vez que toco en Montevideo, y eso me entusiasma mucho. Así que lo voy a dar todo, tocando temas nuevos y antiguos, cantando, tocando percusiones electrónicas y bailando. Me gusta armar todo un viaje en mis sets, y también quiero tocar muchas cosas de Support Alien Invasion.