El primer disco del dúo riverense Tacuruses se llama Despertando silencios, se editó en 1976 y, a contracorriente de lo que podría recomendar un experto en marketing artístico, en vez de presentar sus caras en primer plano los integrantes del conjunto ocupan apenas unos centímetros de la foto de la carátula. Los que podemos inferir que son ellos, ya que sólo vemos dos siluetas diminutas en el margen inferior izquierdo de la fotografía, aparecen sobre la ladera de un peñasco rocoso y macurero coronado por algunos arbustos. El perfil anguloso del cerro, su pendiente exponencial y el efecto contraluz que provoca el sol apenas asomándose entre las rocas realzan el carácter salvaje de la geografía. Nada en esa presentación nos sugiere la escolar idea de penillanura suavemente ondulada.

Algo similar sucede con el contenido de este larga duración que quiebra lo que imaginamos como la geografía aparentemente plana de nuestro cancionero y le aporta sombras, ángulos y colores hasta el momento poco explorados al menos en la margen sur del río Negro. El sonido y los decires de la frontera norte; el rescate y la puesta en valor de los ritmos folclóricos populares de la región, como chotis, polcas y habaneras; la manera particular de ejecutar milongas y valses y, sobre todo, la defensa de los dialectos portugueses de Uruguay, el portuñol, máxima expresión cultural de ese territorio.

Carlos Enrique Yoni de Mello es autor de cinco de las 11 composiciones de ese disco, entre ellas “Al Yaguarí”, canción que da apertura y anuncia el universo en el que merodeará como un gato montaraz durante toda su obra.

Oriundo de Moirones, un poblado que dista a 100 kilómetros de la capital de Rivera, donde su abuelo paterno, proveniente de Brasil, se afincó como tantos otros norteños que buscaban asentamiento de este lado de la línea divisoria, a fines de la década del 60, por cuestiones de estudios, se mudó a Montevideo, donde compartió contrapuntos y aburrimientos de pensión con los hermanos Tabaré y Yamandú da Cruz, los Tacuruses, los primeros y más asiduos intérpretes del moironense.

Yoni –mote de la infancia que refiere al actor Johnny Weissmüller– es autor de “Yaguatirica” (tal vez su tema más popular), “Don Libindo Guatimí” y “La contradanza molecular de lo átomos de la piedra mora”, por nombrar algunas canciones que fueron versionadas, entre otros, por Alfredo Zitarrosa; particular es el caso de la última, que fue compuesta a pedido del cantor y debe su nombre a un divague a propósito de sus charlas sobre el materialismo dialéctico.

Semejante a otros autores del cancionero nacional, De Mello construye su obra en torno a los recuerdos de su niñez y juventud, con el arroyo Yaguarí como eje y el entorno rural, semiselvático, casi quiroguesco de fondo. Según su testimonio, más que una intención autobiográfica lo que predomina en sus composiciones es una especie de transferencia de la mirada del interior, como deja manifiesto en los versos de aquella primera canción: “Y el cantor allí es el Yaguarí / En cada picada, misterio adentro se oye su voz”.

Foto del artículo 'Yoni de Mello presenta su libro/disco “Memorias del Yaguarí”'

El compositor se mueve en esa frontera que no es sólo límite y paisaje, sino también un territorio habitado donde el español, el portugués y el guaraní –aportado por la fonética de la toponimia– se confunden tanto como los espacios políticos de los países.

En esa tarea exploratoria De Mello es un pilar ineludible. Se lo puede catalogar –siempre viéndolo desde la ingenua mirada sureña–, junto a su coterráneo Chito de Mello, como un continuador del legado de poetas como Agustín Ramón Bisio y Olyntho María Simões, pioneros de la lírica en portuñol.

Asimismo, su trabajo antecede al de los artiguenses Fabián Severo y Ernesto Díaz. En cierta medida, sin que se lo propusieran, estos artistas forman un movimiento que, en vez de agruparse como matecito del molle, se ubica a manera de mojones de frontera, visibles pero a cierta distancia, delineando el paisaje.

En el escenario

Carlos de Mello se presenta hoy en la sala Zitarrosa. La excusa es la edición del libro/disco Memorias del Yaguarí (Ayuí/Tacuabé y editorial Yaugurú), un precioso material que reúne 28 de sus composiciones acompañadas de breves relatos que amplifican los recuerdos y recrean el contexto.

Cada uno de estos episodios se acompaña de un glosario con las traducciones de los modismos regionales y los textos en portuñol; de esta manera sabemos que macurero se refiere a algo superlativo de tamaño, que el yaguatirica es un gato de monte o que matecitos de molle se les dice a los frutos de la especie arbórea denominada molle.

Se destaca el trabajo de Gustavo Maca Wojciechowski, responsable de las ilustraciones y el diseño, que incluye algunas de las cartas que a principios de los 80 intercambió con Zitarrosa. Corona el trabajo un CD con 16 de estas canciones editadas por primera vez por quien las creó y que cuenta con el acompañamiento del guitarrista Patricio Echegoyen.

En el show de esta noche, que promete ser irrepetible, Yoni estará escoltado por varios de sus compadres: Numa Moraes, Chito de Mello, Ernesto Díaz, Mario Rodríguez Lagreca, Pedro Ospitaleche y, como no podía ser de otra manera, los Tacuruses.

Yoni de Mello en la sala Zitarrosa (18 de Julio 1012 ) hoy a las 21.00, $ 350.