En este año de poquísimos estrenos cinematográficos, los servicios de streaming están exprimiendo al máximo sus posibilidades. Ya sea apurando todo lo posible sus producciones propias como buscando adquirir en los variados mercados internacionales lo que esté a su alcance, intentan alcanzar la esquiva variedad de contenidos.

Es así que a Netflix llegan dignos exponentes televisivos y cinematográficos de varias partes del mundo, y la producción asiática es una de las que más visibilidad logra en este proceso. Dentro de estos estrenos asoma Mundo doble, un estreno de acción, fantasía y aventuras.

Aunque nunca es explicitado, las razones de su título pueden deberse a que estamos ante un universo dividido en dos secciones muy claras: el sur y el norte, que estuvieron involucrados en una cruenta guerra hasta diez años atrás, cuando los sureños derrotaron a sus enemigos. Hoy, sin embargo, un atentado contra el príncipe que gobierna el sur (y todo el mundo) pone en entredicho esa tensa calma y llama nuevamente a la guerra.

Es entonces que se convoca a un tradicional torneo para decidir quién será el capitán del ejército. La prueba exige la presencia de representantes de las ocho tribus del sur, y negarse a asistir lleva a la condena por traición. Nuestros protagonistas son, en un principio, los tres representantes de uno de estos pueblos: un ladronzuelo y bastardo (Henry Lau, la estrella de la función), un veterano soldado desertor de la última batalla (Peter Ho) y un guardia real destinado al lugar (quien dura tan poco que ni es posible encontrar el nombre del actor que lo interpreta).

Así, la aventura comienza: el viaje hasta la capital con todos sus peligros, el enfrentamiento con los otros competidores en el torneo, las razones personales de los protagonistas y, por encima de todo, la conspiración política que se va desenvolviendo.

Pura mano

La serie adapta el popular juego online del mismo nombre y sostiene diálogos emparentados con muchas otras propuestas de fantasía similares, desde Los juegos del hambre hasta aventuras clásicas como Krull o Willow. Es decir, no innova demasiado sobre la fantasía heroica más básica.

También hay que tener en cuenta que a los muchos millones de dólares puestos en escenarios y arte se le contraponen unos efectos especiales verdaderamente espantosos, de esos que provocan carcajadas involuntarias.

Esos probables defectos dejan claro que el fuerte del director Teddy Chan reside en la ejecución. La emoción genuina que transmiten los personajes, el vértigo que se imprime a la acción y las muchas tramas y giros que componen el argumento (que incluye incluso costos reales para los protagonistas, momentos en los que el peligro se siente real y las muertes chocan) hacen que Mundo doble valga la pena.

Uno más de los tantos estrenos que se saltan el cine para llegar a algún servicio de streaming, Mundo doble se transforma así en una recomendable opción para una matiné de fin de semana, con sus héroes clásicos, sus batallas espectaculares y sus espantosos monstruos en CGI.