Con el avance de las plataformas de streaming, podemos contemplar el desarrollo de realizadores en países tan lejanos como Noruega. Es el caso de Tommy Wirkola, un verdadero especialista en cine de género y en las combinaciones que se pueden dar entre ellos. 

Se dio a conocer en 2009 con Dead Snow, película en la que reflotaba una idea popular en los 70: los nazis zombis. Su particular comedia terminaba en una gozosa lucha de sangre, tripas y elementos filosos y Wirkola se revelaba como alumno de realizadores como Sam Raimi o el más temprano Peter Jackson.

Tuvo después su oportunidad en Hollywood con Hansel y Gretel: cazadores de brujas (2013), pero es en su país natal donde el noruego Wirkola puede moverse a sus anchas, y así lo demostró en Dead Snow 2 (2014) y también lo hace ahora con su mejor film hasta el momento: la comedia negrísima El viaje.

Sus protagonistas son el realizador cinematográfico Lars (Aksel Hennie, uno de los más populares actores noruegos) y su novia actriz Lisa (Noomi Rapace, la Lisbeth Salander de Millenium), quienes no pasan por su mejor momento. Él, condenado a telenovelas de bajísima producción y ella, que dejó Suecia para estar con él en Noruega, sin conseguir un papel en largo tiempo. Ambos culpan al otro de su insoportable infelicidad.

Por eso, durante una escapada de fin de semana a la cabaña junto al lago cada cual planea el asesinato del otro (seguro de vida de por medio), lo que de por sí genera una particular comedia de enredos de marcado humor negro. Pronto, un trío de reclusos fugados –una especie de Tres Chiflados muy pasados de rosca– recalará en la misma cabaña y las cosas ahí sí que se van a complicar.

Wirkola, por una vez, apuesta a una narración convencional –o, por lo menos, más convencional que cuando cuenta historias de nazis zombis– y eso lo favorece. Sabe que tiene cartas ganadoras en Hennie y Rapace y las aprovecha dejándolos interactuar y reaccionar a una narración que se va tornando cada vez más vertiginosa, y en la que el gore y la escatología van ganando protagonismo hasta terminar en un perfecto splatter (como se conoce al subgénero comedia más terror).

Como si durante La guerra de los Roses –la legendaria comedia de Danny DeVito con Michael Douglas y Kathleen Turner– ocurriera una home invasion, nuestros personajes se irán deslizando por un divertido tobogán de incidentes violentos hasta alcanzar un arrollador ritmo de estupidez feliz: ese estado en que lo que ocurre –casualidades narrativas incluidas– no nos importa tanto como la gracia que nos da verlo. El golpe y porrazo se instala sin dudar y sólo podemos reír ante mutilaciones, disparos repentinos, hachazos y gente que recibe de repente caca en la boca.

¿Para todos los públicos? Claro que no. Pero para el público adecuado, muy divertida.

El viaje, de Tommy Wirkola. 113 minutos. En Netflix.