“Miro más o menos cómo es y me tiro a hacerlo. Lo que me sale siempre resulta medio grotesco”. Iván Krisman, cantante y bajista de Iván y Los Terribles, podría estar hablando de la composición de sus canciones, de la fabricación casera de sus bajos o, como ahora, después de que una amiga le regaló un libro sobre alimentos fermentados, de la preparación de un plato para su cena.

Si volvemos a las canciones, como las de La colección infinita, el tercer disco de su banda y su proyecto más personal, las costuras no están a la vista y con las melodías hasta se puede bailar, pero lo que suena más profundamente en “Valizas”, “El escucha furtivo” y “El loco Marcos” es como un pescado todavía vivo pero fuera del agua.

Iván sigue por Instagram a pequeños bares del mundo para descubrir bandas nuevas. “Las empezás a seguir y ves su derrotero”, cuenta, y por el notorio sonido de los (dos) bajos de sus discos, y también por la remera que lleva puesta, de golpe, charlamos sobre Jaime Roos.

“Mi viejo, cuando vivía en Colón, paraba en un bar en el que había toques, y en esa época Jaime tocaba el bajo con El Sabalero”, recuerda. “No sé, pero a mí me parece que el loco, cada vez que puede, agarra un bajo. En sus composiciones se nota un cuidado del lugar que ocupa ese instrumento. Siempre es un sonido gigante, pesado, claro, cristalino. Viene de una cosa y cuando entra el bajo cambia todo, completamente”, dice.

Iván fabricó una cigar box, y su último invento es un contrabajo hecho con un tambor de lavarropa. “Fabricar instrumentos con basura es mi plan de retiro”, dice, a la vez que siente que las horas de recuperación cada vez son más largas, luego de cargar equipos e instrumentos de un barrio a otro.

Tocó en La Teja Pride, La Hermana Menor y un sinfín de proyectos más o menos conocidos. Actualmente es parte de Eté & Los Problems, también tiene un dúo acústico con Ernesto Tábarez y otro más nuevo con el baterista Walo Crespo, que lleva como nombre Iracundo.

Iván y Los Terribles nació cuando La Hermana Menor decidió bajar su frecuencia de ensayos. Con el baterista Fabricio Luraschi ya eran amigos y hacía tiempo que querían tocar juntos. Del proyecto se enteró Marcelo Alfaro (otro integrante de La Hermana Menor) y quiso sumarse con otro bajo. Luego se incorporó el tecladista Esteban Machado y, por último, en sintetizadores, Pol Villasuso, que trabajaba en Pera de Goma, un lugar que el grupo solía frecuentar.

“Compongo cosas muy precarias, llevo ideas y se terminan armando mientras zapamos en los ensayos”, dice Iván sobre la dinámica de trabajo del grupo. Sin embargo, los textos y los subibajas de Iván y Los Terribles salen, en gran medida, de la motricidad fina de Iván: “Yo siempre toqué en muchas bandas, pero nunca había compuesto canciones”, confiesa. “En un momento estaba hablando con mi psicoanalista, le conté eso y me dijo: ‘¿Y por qué no?’. Y me mató, porque realmente no había una razón”.

En una instancia de un grupo de análisis lacaniano, a cargo de Marcelo Real, otro psicoanalista mencionó la técnica de cut-up (relacionada con los collages) del escritor William Burroughs. “Me pareció brutal; ya me gustaba su literatura, pero no conocía ese método”, relata Iván. “Lo empecé a practicar con la mayor de las satisfacciones. Después queda la canción y vos tenés que hacer el trabajo interpretativo para saber bien qué es lo que estás cantando”.

Desde el primer disco de Iván y Los Terribles, (Los incautos no fallan, usa esa técnica basada en recortar texto, o cosas escuchadas en la radio o diálogos de películas. “Vas juntando fragmentos, no cualquier cosa; lo pegás cuando te das cuenta de que juntos generan cierto ambiente. Y sigo usando esa forma. En mis discos no hay frases mías”, explica.

En La colección infinita el escucha atento podrá encontrar a Burroughs y también a Juan Rulfo, Alejandro Jodorowsky, Nick Cave y Leo Maslíah. “No he podido salir de esa técnica. En un momento pienso que se puede agotar, y no. Empezás a escuchar y a leer todo de otra forma. Agarrás un libro y estás a la captura de eso, que sabés que es musical o te puede servir”, dice.

Iván no entiende a los músicos que precisan tomarse largos descansos. “Yo no puedo parar”, reconoce. “Antes de las vacaciones de julio, con los Problems hicimos un toque grande y la banda decidió parar; al mismo tiempo, uno de los Terribles se fue de viaje a Europa como cuatro meses, y entonces armé la banda con Walo. No iba a estar cuatro meses sin hacer nada. Después te pasa que de repente te dicen: ‘El viernes que viene vamos a tocar’. Es muy importante mantener la continuidad, estar siempre en estado musical, para que no te agarren fuera de ambiente”.

Iván y Los Terribles se presenta el jueves 13 a las 22.00 en Inmigrantes (Juan Paullier 1252). Entradas anticipadas al 098 354 221.


Tres de Argentina

» Este sábado toca La Renga en el Campus de Maldonado. Vienen con la gira presentación de Alejado de la red, su último disco. Será un evento multitudinario, con entrada única, por lo que la organización comunica que habrá libre circulación entre el campo y las tribunas habilitadas (tribuna Oeste, platea Sur, platea Norte). Se accederá indistintamente por las puertas A, B, C y D. Las vías de ingreso a la zona de exclusión perimetral serán por la avenida Acuña de Figueroa esquina Burnett. Entradas en Redtickets a $ 1.650. Desde las 18.00 habrá bandas locales.

» Patricia Sosa, la voz femenina del hard rock argentino, estará en el teatro Movie este sábado a las 21.30. Las entradas se venden en la boletería de la sala y en www.movie.com.uy a $ 1.900 y $ 1.500.

» Kevin Johansen toca el domingo a las 21.00 en el Auditorio Adela Reta del Sodre. El cantautor está presentando su disco Tú ve, de versiones propias y ajenas, en el que participan Natalia Lafourcade, David Byrne, Jorge Drexler y Rubén Rada. Entradas desde $ 1.300 a $ 3.000 en Tickantel y boletería de la sala.

Hanson en La Trastienda

Hace tiempo que los chiquilines que cantaban “MMMBop” ya son tres señores grandes, pero los hermanos Hanson siguieron haciendo muy buen pop rock. Este sábado vienen con su Red Green Blue 2022 Tour al local de Fernández Crespo y Paysandú, con entradas a $ 3.200 y $ 3.800 en Abitab.