Un rubio gigantón se baja de un ómnibus con lo puesto en algún punto del sur de Estados Unidos. Camina bajo la lluvia por una carretera apartada, llega a un restaurante, se pide un café y una tarta de durazno, pero antes de que pueda morderla es arrestado por la policía, que lo acusa de asesinato. Así conocemos a Jack Reacher, el protagonista de la nueva serie que adapta la popular invención de Lee Child a la pantalla.

Así lo conocimos también en sus novelas –aunque no era tarta de durazno lo que pedía– cuando en 1997 Child presentó al personaje en Zona peligrosa, relato que sirve de base para esta primera temporada de la serie producida por Amazon y desarrollada por Nick Santora. A lo largo de (hasta hoy) 26 novelas y unos cuantos relatos, el escritor británico nos contó la historia de un expolicía militar devenido vagabundo y detective diletante, capaz tanto de deducir hasta el último detalle de la vida íntima de un sospechoso mediante métodos sherlockholmesianos o de romperle la crisma si la cosa se pasa de castaño oscuro.

Lejos de ser lo que se conoce como “alta literatura”, la serie de novelas de Jack Reacher tiene el encanto y la eficacia de los mejores pulp, con sus tramas sencillas pero atrapantes y su héroe de pocas palabras y muchos recursos. Hay ritmo, buenos personajes, villanos detestables, acción, algo de humor, y la sensación de que se está pasando un gran rato mientras se lee.

Las historias fueron adaptadas en dos ocasiones a la pantalla grande para calzar con el protagónico de Tom Cruise (lo que indignó a los fans porque el petiso de oro estaba lejísimos del exmarine de dos metros), con resultados muy distintos a los de la nueva versión de Santora.

En esta, el pueblo donde Reacher es arrestado es Margrave, en el estado de Georgia, y pronto nuestro protagonista descubrirá que hay gato encerrado. No sólo su arresto es bastante improcedente, sino que la ley responde a los intereses de una empresa con misterioso objetivo. La llegada de Reacher coincide con una serie de muertes, algo con lo que nuestro protagonista va a colaborar muy gustoso, sumando su propia cuota de cadáveres.

Estamos ante una serie de acción y aventura que tiene en Alan Ritchson su mayor baza. El actor –quien viene de protagonizar a un par de superhéroes en la televisión: Aquaman en Smallville y Halcón en Titanes– encaja perfecto con el physique du rôle y es una aplanadora, un mastodonte que se lleva por delante a cualquiera que le toque las narices mientras sonríe con carisma. Luego, lo mejor son las peleas, los tiros, las persecuciones y la traslación exacta del carácter adictivo de las novelas a una trama que no da descanso en sus ocho episodios.

¿Lo malo? Que por momentos se diluye al propio Reacher, que en los libros es poco menos que una fuerza de la naturaleza, para darle más protagonismo a los personajes secundarios y terminar resolviendo cosas de manera algo torpe. Pero no estamos esperando Los Soprano o The Wire. Por el contrario, estamos a bordo del tren del entretenimiento en el que, como en las novelas de Lee Child, Reacher nos lleva siempre a destino.

Reacher. Ocho episodios de aproximadamente 50 minutos. En Prime Video.