Con ese atractivo particular de los catálogos, ¿Qué será de ti? Presenta 52 oficios más o menos exóticos, más o menos disparatados, que se expanden en un abanico que deja pequeñísima a la gama de posibilidades consabida del manido y ¿superado? “m’hijo el dotor”. La premisa, generosa y abierta, es que cada persona tiene un punto fuerte por el que se destaca, y el libro funciona como una suerte de guía que une talentos y pasiones con los más variopintos oficios. Lo que esta cronista no estaba preparada para encontrar era su propia profesión de correctora de estilo estampada en estas páginas –supongamos que en el extremo menos insólito del continuo–.
Con la estética del grabado y una apuesta al trazo grueso de la caricatura y al juego gráfico con distintas tipografías y la omnipresencia de las curvas, cada ítem se dispone en una doble página, en la que se despliega título, breve presentación, algún dato curioso o relevante, e ilustración. En cada una hay un decidido énfasis en el uso del color y sus combinaciones, que en el conjunto del libro se despliega en una propuesta equilibrada que sustenta al mismo tiempo la unidad de la publicación y la singularidad de cada caso.
La selección, minuciosa aunque, por supuesto, no exhaustiva, abarca oficios antiguos y modernos, de diversas partes del mundo, y el grado de rareza –que en algunos casos roza lo inverosímil– es variable. Para arrancar bien arriba, los autores apuestan fuerte: la primera lámina presenta a un degustador de comida canina que se dispone a probar el alimento bajo la atenta mirada de un chucho que, cual Cleopatra canina, prefiere que sea otro el que se arriesgue a unas galletas apestosas. Algunos oficios son más corrientes, como el tasador, el apuntador, el comisario de exposiciones. Otros son curiosos y plantean la interrogante sobre su existencia, como el atrapachicles y el probador de muebles, o nos hacen reparar en una necesidad muy precisa en la que no habíamos pensado antes, como la maquilladora de efectos especiales, la observadora de bosques o el buzo de pelotas de golf.
En todos los casos, la clave está en poner en evidencia la posibilidad, en recolectarlos y ponerlos a la vista en un viaje cuyos ingredientes principales son el asombro y la apertura de un mundo de opciones en el que hay lugar para casi todo y cuyo funcionamiento depende de un engranaje complejo en el que hay cabida para estos especialistas en los detalles más mínimos. El punto de vista, de un observador que se aleja un poco para sintetizar en un texto breve la esencia del caso, se complementa con un toque de humor y una buena dosis de exageración en la ilustración.
El conjunto es una colección –y como tal tiene un encanto particular– que lleva al lector a un viaje en direcciones diversas, que al mismo tiempo invita a elegir y a incluir en el rango que abarca la mirada un puñado de ocupaciones no habituales, que se salen de lo corriente. La vocación del libro, además de contener todo ese universo en sus páginas, es volverse una excusa para compartir, para leer junto con otro, para recorrer en desorden y probar a encontrarse en esa variedad.
¿Qué será de ti?, de Aleksandra y Daniel Mizielińscy. Libros del Zorro Rojo, 2011. 112 páginas. $ 1.150.
Posibles enlaces
Cuando sea grande, de Magdalena Helguera y Gabriela Burin. Calibroscopio, 2013. 40 páginas. A partir de la clásica pregunta “¿qué vas a ser cuando seas grande?” que la ansiedad adulta suele formular a los niños, Helguera ofrece un conjunto de poemas que, desde una mirada irreverente y cómplice, dan cuenta de la mirada al mundo adulto desde la perspectiva de la infancia. Una mirada que no es condescendiente, sino que interpela, exige, toma postura, insiste en hacerse escuchar.
Perico, de Juan José Morosoli con ilustraciones de Fidel Sclavo. Banda Oriental, 2021. Publicado por primera vez en 1945, es un clásico de la literatura para niños uruguaya y ha tenido distintas reediciones en sus casi 80 años de vida. Salvando las distancias en estilo y género, esta deriva lectora es una buena oportunidad para reencontrarse con Morosoli en la flamante edición de Banda Oriental en la nueva entrega de su colección Gurises. “Leer a Morosoli es viajar. Bueno, es más lindo todavía que viajar”, sostiene el texto de contratapa, y en ese viaje en el que resisten y vuelven a contarse historias del campo y del pueblo chico, vuelven también esas semblanzas de oficios que se han ido perdiendo desde la mirada curiosa y sensible de un niño.
Lost in translation. Un compendio ilustrado de palabras intraducibles de todas partes del mundo, de Ella Frances Sanders. Libros del Zorro Rojo, 2015. El vínculo entre ambos libros es en este caso formal: ambos son colecciones de objetos cuyo valor radica en su singularidad; ambos están organizados de la misma manera, presentando en cada doble página un ejemplar único y asombroso. Lost in translation compendia 50 palabras “que expresan palabras y emociones tan universales como difíciles de traducir”. La clave de este libro maravilloso es ubicarse en el terreno farragoso de la traducción para dejarse llevar por aquello que no es traducible en su especificidad, pero en lo que nos reconocemos de todos modos.
Vivir la ciudad
Hoy a las 17.00 en la plaza de la Comisión Pro Fomento de Shangrilá, en Ciudad de la Costa, y mañana a la misma hora en la plaza Liber Seregni, en Montevideo, las integrantes de Proyecto Artilugio invitan a un taller abierto y gratuito para niñas y niños, bajo el nombre de “Un mapa en el espacio” (en caso de lluvia, se reprogramará para el fin de semana de 19 y 20 de marzo, en los mismos lugares y a la misma hora).
“Un mapa del espacio es una invitación a encontrarnos en el espacio público de nuestra ciudad para jugar la, registrar la, habitar la, descubrir la y, entre muchos otros laes, experimentar colectivamente relaciones singulares con el espacio, con los demás y con nosotras mismas”, explican en su página de Instagram, @proyectoartilugio.
Artilugio es un proyecto artístico-cultural que trabaja con las infancias desde 2020. Lo definen como “un laboratorio de arte dirigido a niñas y niños en donde dialogamos con la música, la danza y las artes plásticas; un espacio de expresión y experimentación de ideas, experiencias y saberes a través del encuentro en el juego, el movimiento, la imagen y la palabra, abordado desde una pedagogía colectiva, cuidada y humana”.