Varias actrices (entre ellas Nacha Guevara y Madonna) han tomado el desafío de encarnar a la mítica Eva Perón y, aunque se han filmado muchas películas sobre ella, hasta ahora no se había abordado el increíble raid en el que terminó su cadáver. La historia no sólo es impresionante como narración en sí misma, también es un resumen de las pasiones y complejidades de la historia reciente argentina. A 70 años de la muerte de Evita, Natalia Oreiro, en el papel más importante de su carrera, se pone en la piel de ese cuerpo manipulado.

Santa Evita, la miniserie producida por Salma Hayek, es dirigida por Rodrigo García (En terapia) con base en el guion de Marcela Guerty, creadora de éxitos como El hombre de tu vida y Culpables. Además del rol principal de Oreiro, cuenta con un destacado elenco en el que se destacan Ernesto Alterio, Diego Velázquez, Francesc Orella y Darío Grandinetti en el papel de Juan Domingo Perón.

Mezcla de realidad y ficción, la serie es una adaptación de la famosa novela homónima del escritor y periodista Tomás Eloy Martínez que, aparecida en 1995, conmocionó a la sociedad argentina: se centra en el sorprendente destino del cuerpo de Eva Perón y la investigación periodística de su paradero. Una historia escandalosa y perversa alrededor de uno de los secretos mejor guardados: lo que realmente pasó con su cadáver.

Una secuencia ordenada comenzaría en 1952, cuando Eva murió de cáncer y Perón contrató al médico español Pedro Ara (Francesc Orella) para conservar su cuerpo y darle paso a la inmortalidad. La propia Eva había pedido que su cuerpo se exhibiera en un mausoleo casi faraónico, en un “monumento al descamisado” que finalmente, cuando Perón fue derrocado en 1955 por la dictadura de la Revolución Libertadora, no se terminó de construir. Brillantemente plasmado en la serie, este hecho da cuenta de las contradicciones del matrimonio: por un lado, ella se autodenominaba la abanderada de los humildes, pero, por otro, hasta el momento mismo de su muerte todo era opulencia y esplendor.

Con gran rigurosidad biográfica, Santa Evita relata uno de los episodios más inconcebibles y macabros de la historia argentina. La espectacular recreación de época nos acerca al derrotero de un cadáver que fue retenido, mutilado, robado y escondido de forma inverosímil por los militares y que deambuló durante años hasta que finalmente descansar en el cementerio de La Recoleta.

Con saltos temporales que nos llevan desde su muerte en los 50 hasta los años 70, cuando el periodista Mariano Vázquez (Diego Velázquez) investigó el destino del cuerpo, somos testigos de la constante lucha de los militares por conseguir que Eva fuese una “muerta común” y no permitir que su muerte la transformara en una “santa”, con el aditamente del odio que representaba para ellos que una mujer, actriz y de clase obrera tuviera más poder que ellos. El siniestro plan incluyó cuatro cuerpos (el verdadero y tres réplicas) y un ocultamiento de 16 años.

Santa Evita no es una biopic de Eva Perón. Es una brillante miniserie, técnicamente perfecta, muy bien actuada (se destaca Ernesto Alterio como el coronel Moori Koenig) y bien construida, que aborda el manoseado destino del cuerpo de una mujer amada y odiada por igual. Una trama policial y política que expone la controvertida figura de la “jefa espiritual de la Nación”, una radiografía del comportamiento social, político y militar argentino, y una excelente reseña histórica. Casi todo lo que aquí se ve parece el increíble resultado de una mente retorcida. Y, sin embargo, así sucedió.

Santa Evita. Siete episodios de entre 40 y 45 minutos. En Star +.