El domingo es una nueva entrega de los Premios de la Academia y este año tuvimos la suerte de que las diez candidatas al Oscar a la Mejor Película hayan estado disponibles en nuestro país. A todas ellas las reseñamos in extenso , pero vale la pena repasarlas en forma de breve.

Las diez candidatas al premio mayor:

Avatar: el camino del agua (Avatar: The Way of Water), de James Cameron. 4 nominaciones en total. En cines.

James Cameron dirigió, pero además concibió, tres de las cuatro películas más taquilleras de todos los tiempos. Egocéntrico, bocón, agrandado, pero capaz de mantenernos un montón de horas en el asiento apelando a nuestros deseos más básicos de entretenimiento. Puede ser una historia de amor entre clases sociales en medio de un barco que se hunde, o una historia de amor entre especies en medio de una lucha por la explotación de recursos en otro planeta. Aquí vuelven los Na'vi, guerreros elegantes, y vuelven los mercenarios malos malísimos. También vuelven los humanos metidos en cuerpos de Na'vi, quizás para justificar el título, pero no son necesarios. Alcanza con que Cameron nos lleve por sus mundos coloridos, nos muestre trepidantes escenas de acción y nos deje algo parecido a un final feliz. Por suerte, en Pandora entra casi toda una familia arriba de la puerta flotante.

Ellas hablan (Women Talking), de Sarah Polley. 2 nominaciones. En cines.

Un planteo casi teatral, en el que un grupo de mujeres se encierra en un granero a discutir. Hasta ahí lo sencillo. Lo difícil es no estremecerse con lo que están discutiendo, ya que las integrantes de esta colonia menonita (sin voz, voto ni educación) discuten si quedarse o marcharse de allí, después de destapar una olla de abusos sexuales que se camuflaban como actos demoníacos o simple histeria. Con sus armas y aprovechando que ellos no están, argumentan las ventajas y desventajas de permanecer o huir, en una historia basada en hechos reales que tiene mucho que ver con innumerables situaciones domésticas que ocurren en todas las comunidades del planeta. Semejante historia solamente podría funcionar con actuaciones a la altura de las circunstancias, y eso sucede, con figuras consagradas (Rooney Mara), en ascenso (Jessie Buckley) o dignas de mayor atención (Michelle McLeod).

Elvis, de Baz Luhrmann. 8 nominaciones. En HBO Max.

¿Cuántas biopics de artistas brillantes pero/y conflictuados podemos tolerar? ¿Cuántas veces se repetirá la fórmula de reordenar una existencia de manera dramática, aunque no sea cronológica, para mantener nuestra atención durante una hora y media? Por suerte a Baz Luhrmann no le interesan estas preguntas, y decide homenajear al Rey con una película excesiva, exagerada, estridente. Con Tom Hanks en el papel del villano, el coronel Tom Parker, que deja atrás a su feria de freaks cuando encuentra al freak más grande: un blanco jugando con la música negra. La película no escapa de los clichés, empezando por el pérfido representante y pasando por el abuso de sustancias para escapar de... bueno, de todo. Pero los valores de producción están puestos al servicio del espectáculo, y Austin Butler está tan convencido de ser Elvis Presley, que nos termina convenciendo por un ratito a nosotros.

Los espíritus de la isla (The Banshees of Inisherin), de Martin McDonagh. 9 nominaciones. En cines.

Hay quienes dicen que el fin de una amistad puede doler más que el fin de un amor. Esto mismo le ocurre a Pádraic un día como cualquier otro, cuando pasa a buscar a su amigo Colm para ir al bar a tomar una cerveza. Pero Colm tiene ideas mejores: si va a trascender, no será conversando con un pánfilo sino componiendo música que lo vuelva eterno. La historia transcurre en una pequeña isla irlandesa hace 100 años, durante la guerra civil (con los paralelismos de turno). Así que no hay redes sociales en las que descargarse, y los examigos se cruzan mucho más de lo que deberían. Con actuaciones brillantes, empezando por el macho beta que construye Colin Farrell, y un guion que sabe volverse oscuro sin olvidar el humor, se construye una historia de amistad y de muerte, de estupidez y de trascendencia, que lo refresca a uno como una cerveza tomada junto a su mejor amigo o amiga. A mí no me miren, yo tomo agua sin gas.

Los Fabelman (The Fabelmans), de Steven Spielberg. 7 nominaciones. En cines.

Steven Spielberg es el mejor en lo suyo. Sabe dónde colocar la cámara, cómo obtener lo mejor de cada uno de los integrantes, por qué camino llevarnos para que experimentemos lo que él busca que experimentemos. En este caso, se trata de una versión fabulada (guiño) de su propia historia, del amor por el cine y cómo fueron sus primeras experiencias del lado menos visible de la pantalla. El resultado es técnicamente impecable, obvio, pero Spielberg no parece estar interesado en reinventar la rueda (lo perdonamos porque lo ha hecho un montón de veces) y la acción va por los carriles típicos de las coming of age en las que el protagonista persigue su pasión. La poca picardía se la reserva para los últimos minutos, donde el avatar del director recibe una deliciosa lección de parte de uno de los maestros del género, pero es poco y un poco tarde.

Sin novedad en el frente (Im Westen nichts Neues), de Edward Berger. 9 nominaciones. En Netflix.

“La guerra, ¿para qué sirve? Para absolutamente nada”. Así comienza el tema “War” de Edwin Starr, y salvo que tengamos deseos expansionistas (o nos estemos defendiendo) la verdad es que encontrarnos en un campo de batalla y matarnos con crueldad no nos aporta mucho como especie. Claro que los expansionistas y los que se matan nunca son las mismas personas, como se encarga de aclarar esta nueva adaptación de la novela homónima de Erich Maria Remarque, que contaba los horrores de la Primera Guerra Mundial a través de los ojos de un soldado alemán. La puesta en escena es impecable, con una banda de sonido que hace buen uso del foley y queda resonando después de terminar. Incluye momentos horribles, injustos, humanos... y aun así el resultado es menor a la suma de las partes. Puede que uno ya esté sedado ante tanta violencia audiovisual, o puede que la historia oscura y aterradora no se aleje mucho de la anécdota.

Tár, de Todd Field. 6 nominaciones. En cines.

Se habló muchísimo de esta película, pero es que una de sus principales características es que da para hablar muchísimo de ella, dicho esto en el mejor de los sentidos. Field construye una historia tan compleja como el funcionamiento de una orquesta, con elementos más sutiles, algunos que solamente se notarán después de experimentarla por segunda o tercera vez. Al mismo tiempo, se construye sobre una historia potente, evidente por más que su protagonista haga los mayores esfuerzos por tapar el sol con un dedo. Lydia Tár (Cate Blanchett dándolo todo) es una déspota, una depredadora, y si quedan dudas de su comportamiento es porque la película decide qué mostrar, pero especialmente qué no mostrar. En plena cultura de la cancelación, que no es otra cosa que una “cultura de las consecuencias”, la directora de orquesta más famosa del mundo tendrá que lidiar con ellas. Juro que el chiste salió solo.

Todo en todas partes al mismo tiempo (Everything Everywhere All at Once), de Daniel Kwan y Daniel Scheinert. 11 nominaciones. En Prime Video y en cines.

Una familia de inmigrantes chinos está por perder el lavadero automático que tiene en Estados Unidos por problemas económicos, así que deberán hacer todo bien para lograr el beneplácito del fisco. Unos minutos más tarde, estarán envueltos en una aventura cósmica, con guiños que van desde Matrix hasta Ratatouille. Escenas tan diferentes coinciden en una película deliciosa, que nos recuerda que la vida tiene momentos monótonos (llenar un Excel para pagar el adelanto del IRPF), y otros en los que parece que el mundo, o al menos nuestro mundo, está a punto de estallar (no me hagan empezar). El elenco, la dirección, la edición, el vestuario, cada componente de esta película se combinan para que todo funcione, a pesar de los riesgos de jugar con múltiples versiones de cada uno de los protagonistas. A propósito, ojalá hubiera más categorías actorales para poder premiar a cada uno de ellos.

Top Gun: Maverick, de Joseph Kosinski. 6 nominaciones. En Paramount+

Desde la segunda Evil Dead hasta la reciente Star Wars: el despertar de la Fuerza, hay secuelas que huelen a remakes (¿recuelas, secuakes?). 35 años después de Top Gun, Maverick, o sea Tom Cruise, está de regreso. Todos los elementos que recordamos de la original están presentes: la academia de pilotos, el deporte en la playa, el interés romántico, el enemigo sin identidad ni rostro para no tener que preocuparnos por eso de cruzar medio planeta para matar gente que vive allí. Pero también hay mejoras clave: las escenas de combate aéreo antes parecían sacadas de un banco de imágenes, y ahora ganaron en calidad narrativa. Tom es Tom es Tom, con todos los ingredientes típicos de una estrella de Hollywood, capaz de hacer que el público regresara (por fin) a sentarse frente a la pantalla grande. Ahora ya no será lo mismo ver esta película en la pantalla chica.

El triángulo de la tristeza (Triangle of Sadness), de Ruben Östlund. 3 nominaciones. En Prime Video y en cines.

Pegarles a los que menos tienen es un poco cruel. Pegarles a los millonarios, especialmente si el dinero lo hicieron a costa del trabajo ajeno (como... bueno... casi todos los millonarios), nunca pasará de moda. El director sueco Ruben Östlund sigue a dos jóvenes modelos a través de una aventura en tres actos que se va tornando más y más absurda. Al comienzo los vemos discutir acerca de dinero, mientras se codean con los realmente poderosos. La cosa se empieza a poner buena cuando suben a un yate de lujo, rodeados de los asquerosamente ricos y de un capitán que entre borrachera y borrachera dispara consignas comunistas. El yate no tendrá el mejor final y el tercer acto, algo desparejo, transformará a parte del elenco en protagonista de una nueva Isla de Gilligan. Lo mejor está en el centro, en el absurdo creíble del yate y en un festival de vómitos que no se veía desde Cuenta conmigo.

Otras películas multinominadas

Babylon, de Damien Chazelle. 3 nominaciones. No está disponible en este momento.

Él es un inmigrante que se encarga de arreglar lo que no funciona en Hollywood, ella es una aspirante a actriz que está toda rota. Por supuesto que tratará de arreglarla y no lo conseguirá. Orgías y excesos en una película recargada y muy disfrutable (para algunos).

La ballena (The Whale), de Darren Aronofsky. 3 nominaciones. En cines.

Una obra de teatro adaptada al cine, que mantiene eso de la escenografía única y los personajes diciendo mucho más de lo que muestran. La obesidad mórbida retratada en una película que no está ajena a lo mórbido, filmada en 4:3 para que Brendan Fraser ocupe toda la pantalla.

Batman (The Batman), de Matt Reeves. 3 nominaciones. Disponible en HBO Max.

Varios llevaron a Batman al cine, y podríamos discutir si la de Chris Nolan con Heath Ledger es mejor película, pero tendríamos que estar de acuerdo en que esta es una mejor película de Batman. Reeves entiende al personaje, y de paso lo filma con una belleza gótica de aquellas.

Pantera Negra: Wakanda por siempre (Black Panther: Wakanda Forever), de Ryan Coogler. 5 nominaciones. En Disney+.

La maquinaria de Marvel cada vez acierta menos, pero Coogler logra que lo dejen en paz en su rinconcito africano, aunque la historia sufra porque en una sola película tiene que velar al personaje/actor que falleció e introducir a una nueva civilización. El origen del nombre de Namor: sin palabras.